miércoles, 2 de julio de 2014





  JOSÈ BALZA A LA ACADEMIA VENEZOLANA DE LA LENGUA

 Entrevista que le hicimos, recientemente, al laureado escritor deltano Josè Balza.
Quisimos “interpelarlo”; inquirirlo en y con sus palabras, de casi todo de lo que últimamente le ha correspondido, aunque sea por asomo, disfrutar o padecer. Esto nos ha estado diciendo….
A.G.-Cómo nostalgias tu infancia...?
J.B. No necesito tener nostalgia. En el Delta sigo encontrando familiares, amigos, árboles, lugares, sabores, música iguales a los de mi infancia.
Y también personas, hechos y cosas completamente nuevos. Me alimento de eso, estoy siempre muy atento a lo inmediato
A.G.-Cuándo supiste que había llegado el momento de salir del Delta, de labrarte una trayectoria destinal.?
J.B.- A los 16 años. Sucedió por casualidad y también porque ya había leído mucho. Los libros te abren mundos distantes como si los tuvieras a la mano. Nadie se imagina cuántos lectores ha habido en el delta en los últimos 100 años.
A.G.- Tuviste confianza en tì mismo. Creíste, absolutamente, en tu potencial creativo con las palabras; como imaginador de cosas que luego propenderías a narrar..?
J.B.- No. Primero era un niño cantor, músico, como casi toda mi familia materna; después quise ser pintor (todavía dibujo y viajo con cuadernos, lápices y una acuarela). A la vez escribía un diario desde los 9 años, que todavía continúo. En esa inclinación mental era como la familia paterna: analista, burlón. Como ves, mil inseguridades.
A.G.-Con quién sientes que estás en deudas por "concepto de elaboración sostenible" de piso literario...?
J.B.- Me impresionaron mucho viejos señores de San Rafael: Andrés Carrasquero, Josefa Contreras, Venancio Jiménez y, claro, las grandes lectoras que eran mi mamá y mi hermana Solange. Me resumían obras, las contaban como si hablaran de personas y sucesos próximos. Entre todos ellos me llevaron a Julio Verne, a Shakespeare, a Dumas, Dickens, etc. (aunque yo no conocía sus nombres sino sus obras)
Estoy en deuda con todos los autores de cuentos de hadas, con los filósofos y los poetas. Con los grandes y verdaderos escritores (nunca con los que están de moda)
A.G.-Las palabras, lo hemos compartido siempre, no son neutras; cada una tiene su propia carga axiológica; acuña su específico tramo epocal de mundo-historia....Cuál ha sido la palabra màs difícil de escribir y/o pronunciar..?
J.B.- Hablando, pocas. Escribiendo, casi todas.
A.G.-Si le hago esta pregunta a un político, tal vez produzca un bochorno u ofensa; pero un hacedor de " ejercicios narrativos" la disfruta. Cómo y de qué vive un laureado escritor que viaja por el mundo entero..?
J.B.- Tuve una infancia y una adolescencia rica en afecto y ambiente. Pobre económicamente. No me gusta el lujo pero si la calidad en todo. Vivo con lo imprescindible, mi sueldo de la UCV, francamente limitado, el pago de ediciones (más bien escaso). Las universidades del mundo pagan bien y los Congresos intelectuales también. Aunque debe ser chévere, no me imagino viviendo como un millonario. Me gusta compartir lo que gano.
A.G.-Entendemos que hay una comunidad literaria internacional que legitima las creaciones y las producciones, consideras que habido la suficiente distinción y reconocimiento por parte de ésta hacia tì.
J.B.- Creo que la he recibido con justicia. No me gusta la fama.
A.G .-Tienes una particular metodología ( momentos de las musas, horas, percepción especial de las circunstancias...........) para desplegar tu versatilidad literaria..?

J.B.- Siempre fui muy disciplinado. Escribir es como un grado de sacerdocio: con la vida y la belleza. Te exige gran cultura, estudio de idiomas, concentración, atención a los seres y a los momentos. El lenguaje no perdona: o te hace decir tonterías o te lleva lo más hondo de la realidad y las personas. Hay que ser fiel a la exactitud.
Escribo normalmente en las mañanas, pero puedo sentir el “eco” de algo (un suceso, un recuerdo, algo que te comentan) y entonces obedezco de inmediato al llamado. Me pongo a trabajar donde quiera que esté: en una servilleta, un cuaderno, en la tableta… hay que apuntar para volver a eso.
A.G.-Te ha visitado " la señora envidia", la has visto de cerca...?
J.B.- Claro: cada vez que leo a un gran autor. Envidio a William Goyen, a Cortázar, a Platón, a Shakespeare, a Ramos Sucre. A miles.
A.G.-Hay dos corrientes encontradas: una que señala la poca salud que le queda a los libros (en físico), que sostiene que los avances tecnológicos terminarán por aniquilarlos tarde o temprano; la otra dice que aún hay y tiene un largo trecho por recorrer el libro como instrumento de aprendizaje en amplísima acepción; que es imposible que desaparezca...Dónde te ubicas: catastrofismo o moderado optimismo...?
J.B.- Me ha tocado el privilegio de gozar y vivir en ambas realidades. Amo los libros (en papel). Amo los computadores (grandes, mínimos, portátiles, invisibles). Aprovecharé ambas formas mientras existan y yo exista.
A.G Las distinciones te abruman, te adulan o te comprometen...?
J.B.-Si dependiera de mi, las aplazaría o alejaría. Si vienen con afecto, me proporcionan alegría.
A.G.- Confiesas, en claves de Neruda, que has vivido...?
J.B.-Hasta la saciedad. He visto morir políticos y cada vez me gusta más que así ocurra. He sido amado y apreciado y he correspondido al máximo. Nací en el Delta del Orinoco y ese es mi supremo don. Conozco numerosas ciudades del planeta y eso ha sido como beber un licor inagotable.
También estoy preparado para la partida.