domingo, 30 de septiembre de 2018




Una Constitución por atajo
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com

Ya nadie discute una expresión, asumida como una sentencia lapidaria, que se ha hecho bastante popular; y que reza así: los procesos socio-históricos y políticos sostienen sus propias dinámicas; mantienen sus particulares ritmos y tiempos.

Entendamos, entonces, que  si por casualidad o por provocada intención se produce  algún desvarío,  una precipitación o tamaño desquiciamiento como el que nos han informado, que  están asomando los sostenedores de este régimen: aprobar una nueva Constitución para el Estado venezolano, sin consultar mediante referéndum  a la ciudadanía; si así  se les ocurre actuar; en consecuencia, será la propia historia que se encargará de  expurgar a tales sediciosos. Porque, con exactitud, eso es lo que son. Y que nos atrevemos a calificar de  perpetradores ruinosos de la constitucionalidad.

Ese esperpento denominado asamblea nacional constituyente (minúsculas adrede) nació viciado.

Seguimos sosteniendo hoy, como lo justificamos ayer con creces, que esa tal a.n.c ha devenido en una triste y vergonzosa página en nuestra historia actual. Que en nada ha contribuido a la solución de los problemas que nos acogotan, sin misericordia.

Siempre fueron írritos y nulos los procedimientos a través de los cuales se estructuró ese ente  que será, muy pronto, de ingrata recordación en la vida política de Venezuela, una vez que superemos esta ominosa condición en que nos han subsumido.

En cada  acto ponen en práctica rancios ejercicios de tracalería jurídica a diestra y siniestra; que desembocan, con sus leyes constituyentes, en la consumación estrepitosa de sendos  fraudes constitucionales.

Prestemos seria atención a esto: ha habido una costumbre inveterada entre mucha gente de repetir y admitir, como cosa natural que gobierno, Estado, país, nación, república y patria son la misma cosa. Y que además da igual si utilizamos a alguno de esos vocablos para mencionar, sin distinción, la idea cualquiera de ellos.

 Es un grave error la utilización invariable de estas palabras. Cada una posee sus propias consideraciones para los enunciados.

 Si mencionamos uno de ellos, necesariamente no estamos significando los otros; por lo que nos vemos obligados a hacer las correcciones en esta hora aciaga que atraviesa nuestra Venezuela.
Cuando se legisla para una Nación como totalidad; es decir para un Estado, entonces: su Constitución, sus leyes, sus códigos adquieren la identidad y legitimidad de la población en sentido genérico, para su cabal funcionamiento.

Reafirmemos, una y otra vez: El Estado es la Nación completa, con leyes.

 El Estado Somos todos, con nuestras divergencias y pluralidades; la ciudadanía con tendencias ideológicas disímiles. El Estado se asienta en una creación jurídica-política que nos teje e involucra: a la nación y al país. Así también diremos que la Patria siempre se hace y será hermosa por cuanto ella nace desde las sensibilidades y motivaciones psicoemotivas de quienes vivimos con las especificidades de la nación. La patria se lleva en nuestro corazón, mente y voluntad.

El bochorno que quiere desatar el régimen es que  aspira irse por los atajos para dar por aprobada, para  sus propios intereses, una nueva Constitución.

Al momento de proponerse una Constitución para el Estado; desde sus inicios debemos estar conscientes que su proyecto, diseño, discernimientos, elaboración y texto definitivo será para toda la población nacional, sin diferenciación. Y diremos, con énfasis, porqué.

Porque todo gobierno es efímero; este no será una eterna excepción. Ya tiene un rechazo de casi un 90% de la población.

Con más razón aún para reforzar  nuestro criterio que un gobierno es una gestión temporal, limitada para administrar (que no corromper y  dilapidar como lo han hecho) los recursos del Estado; el Estado que nos involucra a todos.


martes, 25 de septiembre de 2018




 Hago evangelización con los resultados científicos”

 Agradable conversación sostuvimos con el astrofísico deltano, Luís Cabareda Fermín.
(Premio Nacional a la Innovación Tecnológica)

Comienzo con decirle mi propia consideración, aunque muy somera, del temor que producen los fenómenos naturales poco explicados; y le señalo que  todo niño —el que dejamos y el que seguimos siendo-- suele sentir curiosidad, tal vez mucho miedo, por los asuntos atmosféricos. Por más que uno se dedique a estudiar tales hechos hay un hálito sorprendente en cada “cosa celeste” que nos impacta, y en la mayoría de las ocasiones nos espantan.

En las distintas y densas disertaciones que le hemos escuchado al brillante deltano Luís Cabareda emana una expresión vertebradora, pesquisada también en toda su amplísima bibliografía. Nos refiere, de entrada: “aún no hay, hasta hoy, una protección absoluta contra el fenómeno de las tormentas eléctricas, sino sólo una protección adecuada”.

Si lo dice este reconocido científico, nacido en Macareo Santo Niño, ya podemos estar un poco más tranquilos. Porque él, en este campo, ha logrado acaudalar bastantes conocimientos.

Nos expone, con cierta discreción, que ha tenido la posibilidad de escuchar los mensajes de una “revelación sapiencial”, que le han permitido nutrir su sabiduría.

El Ing. Cabareda Fermín se propuso y logró trascender el campo tradicional en el cual se   parcela académicamente a los ingenieros electricistas, y hoy podemos reseñar, orgullosamente para la Deltanidad,  que son numerosos los países en el mundo que rinden respeto, reconocimiento y admiración a este coterráneo, que ha adquirido de suyo la humildad del sabio.

Tiene una larga experiencia como investigador astrofísico (su pasión por más de 40 años), inventor, filósofo y escritor.

No es de poca monta que alguien pronuncie y sostenga “¡Dios no está en todas partes... ¡ Todas las partes están en Él, en Dios !  El hombre puede estar y está en todas las partes del Universo, porque no está ubicado en ninguna parte  del universo…..”.

Constituye la anterior categoría, sucintamente reseñada, tal vez la tesis de mayor peso epistemológico en el pensamiento de quien conserva en sus alforjas más de 950 proyectos de ingeniería y de Alta tecnología.

Hemos dedicado algunos momentos a revisitar su extensa bibliografía. A este ilustre deltano, se le amerita la construcción de casi un setenta por ciento de la infraestructura física, cuando se desempeñó como director de obras públicas, en la década del setenta.  El Paseo Manamo es la obra urbanística-ambiental más emblemática de su recordada gestión.

El científico Cabareda es en sí mismo la mejor definición de un agradecido hijo, que la prodigalidad de estas tierras deltaicas ha proyectado nacional e internacionalmente.

Quien iniciara sus estudios de primaria en la escuela Petión de Tucupita, hoy se asume en tanto un atrevido deconstructor (Derrida, dixit) de las teorías tradicionalistas y sistemas preestablecidos e intocables, que se vuelven rancios y acríticos, en el ámbito científico.

Con inmensa satisfacción celebramos, jubilosamente, cuando recibió el Premio a la Innovación Tecnológica otorgado por el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología por su invento El Pararrayo Ionizante Natural Ionca y el Electrodo Iónico Trimetálico Activo Triac de Puesta a Tierra.

Nos explica que cuando se producen los grandes apagones, en los que quedan sin energía eléctrica considerables zonas geográficas, generalmente se ven involucrados, como factores causantes, severos fenómenos de descargas atmosféricas.

“los sistemas de protección —expone con propiedad—que tienen las subestaciones y las empresas eléctricas no alcanzan la capacidad suficiente para resguardar los equipos del daño que puede ocasionar toda la energía generada por un rayo”…

Abraham Gómez (A.G): ¿Intentas con tu interesante categoría “Revelación Sapiencial”, aludir nociones filosóficas o develar algo de esoterismo cientificista?

 Luís Cabareda (L.C.): El grano de arena que Dios y la Virgen Del Valle me han permitido generar mediante la obra realizada aclara y permite comprender la conjunción de la Filosofía, la Ciencia y la Teología y demás vertientes del saber y pensar humano en maravillosa e ineluctable armonía, una y única, entre la materia, antimateria y espíritu, esencia y substancia, fenómenos y sucesos del Universo y la Creación. La revelación sapiencial siempre está presente conjuntamente con la inspiración y las ideas hijas de la intuición, la fe y la clarividencia que todos poseen.

A.G.- ¿Le agrada que lo homologuen con quienes pensaron primero o prefiere labrarse su propio surco de cientificidad?

 L.C.- Isaac Newton en su humildad y consciente de sus limitaciones decía que él había logrado ver más lejos que los demás porque se había subido sobre los hombros de gigantes, refiriéndose con ello a Copérnico, Kepler, Galileo y otros. En ese orden, mi admiración por todos aquellos hombres y mujeres que han dedicado su vida a la investigación científica, filosófica y teológica es inmensa. El más grande anhelo de un científico es el beneficio que su invento o descubrimiento provea a la Humanidad. En mis avatares, me he subido subrepticiamente a los hombros de los más grandes, acompañado siempre de una enorme fe en Dios.

A.G.- ¿Cómo y con qué jugaba cuando niño?

L.C.- Nací en Macareo Santo Niño, en el seno de una familia muy humilde. Mis abuelos, mis padres y demás familiares se dedicaban a la siembra y cultivo del maíz, plátano, yuca, naranjas y al cuidado, cosecha y secado primario del cacao, puesto que teníamos extensas haciendas de cacao y hasta una casa de secado con rieles de tren que permitía secar al Sol el cacao y preservarlo de las intensas lluvias propias de aquellas regiones. Nuestros juegos eran básicamente con animales y alimañas: avispas, bachacos, lagartijas, ranas y sapos, loros, perros y monos. También con juguetes hechos de madera y flores multiformes. Un día cuando tenía apenas cuatro años, junto a mi primo René Salas, jugábamos en el patio frontal de la casa de mi abuela María, atrapando con frascos, grandes avispas que hacían cuevas en la arena, se me apareció una luz en el tobillo del pie izquierdo. Tenía decenas de rayitos. Me asusté y corrí a decirle a mi abuela lo que me pasaba. Mi abuela hundió mi cara en su delantal y trató de consolarme, pero al levantar la cabeza, la lucecita estaba allí brillando en mi tobillo. Nadie, solo yo podía verla. Me hicieron toda clase de remedios y hasta me envolvieron la cabeza con hojas y aceites. Sin embargo, cada vez que veía mi tobillo, la luz estaba allí. Toda la gente del pueblo se arremolinó en la casa de la abuela. Algunos decían que el Sol me había calentado la cabeza, pero eso ocurrió justamente muy temprano en la mañana. Pasé todo el día llorando y solo en la noche cuando me dieron un guarapo de hierbabuena con valeriana y me quedé dormido, todo pasó. Al día siguiente, no vi más la luz y hube de soportar las changas y burlas de todos quienes se reían de mí y de la lucecita que había visto.

A.G.- Si no hubiera sido ingeniero, ¿tenía o conserva una vocación sustitutiva?

L.C.- Desde niño manifesté que quería ser Ingeniero. Empero me gustaba la Historia y la Literatura, y sentía una respetable admiración por los grandes Científicos y Filósofos. Gracias a Dios y a la Virgen Del Valle, a mis padres, Luis y Facunda, y a mis profesores y maestros: Sebastián Gil Nieves Gómez, Pedro Emilio Aponte (Pellín), Maulia Rodríguez, Luis José Pastrano, Abelardo Reyes y tantos otros que me inspiraron y de quienes recibí sólida y buena formación, me fue sencillo estudiar Ingeniería Eléctrica especializado en Potencia y Comunicaciones. En la Universidad de Los Andes fui asistencia del Profesor Andrés Zavrotsky, científico e investigador, el tercer matemático del mundo, quien me instruyó, en amenas tertulias, a incrementar mi vocación por la investigación astrofísica que es mi gran pasión. Por ejemplo, mi descubrimiento de El Partonatón o Partícula-n, ubicuo y omnipresente, ¡Más Rápido que la Luz!

A.G.- ¿Cómo percibe-mira al Delta y su gente, hoy?

L.C.- Como siempre, con inmenso amor e inquietud cristiana. Amor por la Tierra, el pesebre que me vio nacer. Sus inmensos recursos hidrográficos, pero por encima de todo el carisma y la admirable humildad de su gente, su estoicismo y fortaleza para aguantar, su esperanza y su fe en la Tierra prometida, que con solo pasar un switch, en un tris, se podría convertir en un inmenso emporio turístico.

A.G.- De músico, poeta y loco todos tenemos un poco… ¿y de científico, también?

L.C.- La ciencia está al alcance de todos. No es tan complicada como parece. El desarrollo científico de la humanidad ha estado signado por múltiples y variados personajes de todas las clases y capas sociales. De hecho todas las grandes teorías se fundamentan en cosas sencillas, en fenómenos cotidianos. Déjeme responderle que cada quien, cada uno de nosotros, seremos y somos músicos, poetas y locos y… científicos también” . Así nos despedimos.


viernes, 21 de septiembre de 2018




   Trinidad anda en componenda con Guyana

“A menos de dos meses para que Guyana comparezca, nuevamente, por ante la Corte Internacional de Justicia a solicitar que se le imponga a Venezuela con carácter vinculante el nulo e írrito Laudo Arbitral de París de 1899; no nos sorprendió la posición que acaba de asumir, descaradamente, el gobierno trinitario, cuando da a conocer que apoya a la excolonia británica en la controversia que sostiene con Venezuela, por la Guayana Esequiba”

Tales afirmaciones nos la da a conocer el Dr. Abraham Gómez, reconocido conferencista y estudioso, desde hace muchos años, sobre esta materia. En amena conversación, añade de seguidas:

“ya no tienen el menor recato para decirlo, lo vocean de manera directa. Inclusive sospechamos que en esta oculta tratativa hay un perverso juego para cercenar nuestro derecho a Mar Territorial, por esa área; pretenden cerrarle la mínima posibilidad de salida al atlántico a nuestro país.”

¿Hay algún hecho que nos lleve a pensar que lo que usted dice se pudiera concretar?

“Fíjese el tamaño descaro. El primer ministro trinitario Keith Rowley; el mismo que vino a firmar acuerdos de cooperación, para comprar y exportar Gas Natural Licuado (GNL) desde el Campo Dragón, que sostuvo una amplia reunión con el presidente Maduro hace menos de un mes; que ha invitado a los gobernadores de Monagas, Sucre y Delta Amacuro a formalizar intercambios comerciales e industriales; sale ahora señalando que no sabe si se enmendará el Acuerdo de Delimitación de Aguas Marinas de 1990, con nuestro país, que al parecer acusan cierto solapamiento. Se atreve a decir que ellos van a esperar los resultados del Tribunal de la Haya; y que en base a tal pronunciamiento, y que según ellos la sentencia de la CIJ será favorable a Guyana, entonces decidirán a qué atenerse. Dicho de otra forma, piensan hacernos una doble trastada”.

Pero, en honor a la verdad, Trinidad y los demás países del Caribe siempre han dicho que apoyan a Guyana en el reclamo que hace Venezuela, sólo que ahora lo publican por todos lados.

“Lo que usted reflexiona es cierto. Aunque hay algunos países del Caribe que aparentan estar del lado de Venezuela en este litigio; casos de San Vicente y las Granadinas, Dominica y Antigua-Barbuda. No obstante, debe ser motivo de preocupación para nosotros el apoyo que recibe Guyana, en cada asamblea de la Commonwealth.

También nos gustaría conocer: ¿cuándo le corresponde asistir a nuestro país al Tribunal de   La Haya, para desmentir todo lo que vaya a argumentar el gobierno guyanés?

El 18 de abril del próximo año, ha sido la fecha pautada por la Corte Internacional de Justicia, para que la representación diplomática de Venezuela consigne el Memorial de Contestación de la demanda incoada por Guyana; en cuya Pretensión Procesal aspiran que la CIJ nos imponga una medida de admisión completa, perfecta y definitiva de todos los asuntos pertinentes a la determinación cartográfica    de la Guayana Esequiba.” Concluye su diálogo con nosotros el Dr. Abraham Gómez.

martes, 18 de septiembre de 2018




Estado sicariante

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua       

El aniquilamiento a la que se somete a una población no se restringe, únicamente, a acabar a la gente en su condición física. La Política de Estado desata   hambrunas, a propósito, para hacer a los habitantes sumisos, sometidos y   dependientes.

Que nadie tenga dudas o confusiones: la intención, marcada con saña por quienes detentan la conducción del Estado en Venezuela, consiste en quebrar cualquier resistencia de los oponentes; al precio que sea y sin medir consecuencias. Lo más importante, para ellos, es mantenerse en el poder. Poco valoran si convierten a inermes ciudadanos en estropajos. Para alcanzar esos objetivos ignominiosos se trazan el propósito de derrumbar las fortalezas morales, en tanto refugio de la gente pensante.

Ya hay bastantes estudios que dan cuenta de los orígenes del sicariato; también denominado, en algunos lugares y en otros tiempos: muerte por encargo; sólo que para los efectos de las específicas circunstancias por las que atraviesa hoy nuestro país, nos conseguimos con un espectro amplio; porque, con  certeza han secuestrado a toda una Nación, y los crímenes que perpetran son variados y de distintos calibres y tipificaciones: persecuciones y aniquilamiento de las organizaciones políticas adversas; censura, hostilización y terror a los medios de comunicación, a los comerciantes, industriales  y productores honestos; han provocado  la más  incalculable diáspora que haya conocido Latinoamérica; encarcelamiento a dirigentes sin fórmulas de juicios o trampeando la ley… ¡ Están matando la civilidad…! ¡Están acabando con las estructuras y soportes democráticos...!

Vivimos tiempos convulsos, atribulados, confusos.  Hay una espantosa crisis que envuelve completa a la asfixiada Sociedad Civil. Hay una ausencia de referentes firmes.

Todo se presenta endeble, se torna movedizo, precario. No únicamente en lo económico; en todos los ámbitos. Por donde usted meta la cabeza, la crisis hace invivible cada situación.

Estamos padeciendo   un tiempo de extremos vergonzosos, atribuible, precisamente, a quienes se creen dueños del Estado; que han hecho sistemático el crimen a la civilidad, en Venezuela. Han transformado el Estado en un esperpento sicarial, cuyo objetivo apunta a liquidar a quien se atraviese. Han devenido en una horda tribal multiforme que corroe.

Por muy extensas e intensas que sean las complejidades confrontadas, debemos redoblar nuestra mística para que prevalezca, entre nosotros, la concepción humanista y libertaria; característica esencial de los demócratas.

Dicho otra vez, para quienes somos humanistas y demócratas los seres humanos deben ocupar el centro de las significaciones y realizaciones, antes que el Estado. Y menos la entelequia que nos están dejando.

En el patético trance amargo de sufrimiento generalizado, hoy estamos obligados a pronunciar sin miedos y con mucho más fuerza que el Estado y sus instituciones deben ponerse al servicio de los ciudadanos, y no el ciudadano arrodillarse ante un Estado manipulado, con perversión, por una secta de ineptos.


                                                                                                                  


miércoles, 12 de septiembre de 2018




Cosmética y genética de palabras cognadas.
Dr. Abraham Gómez R,
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua.

La similitud entre palabras que provengan de distintas lenguas, o del mismo idioma, pero que evolucionan por caminos diferentes, no basta para demostrar que dichos vocablos están relacionados entre sí.

No es desde ahora que la apreciación anterior ha resultado una curiosa trampa, en la que caemos bastantes veces; tal vez por ingenuidad o por ostentar ser   exquisitos desafiantes de los idiomas.

Tengamos presente la siguiente reflexión, que también aplica, sin dudas con propiedad, para la lingüística: por un parecido físico (con cosmética o sin ella) no se puede determinar si dos personas tienen los mismos genes.

Veámoslo así: dos palabras que se nos presenten casi que con idéntica estructuración morfológica, en ningún caso garantiza que sus significados responden al mismo referente.

En muchos casos, ante sospechas o confusiones, debemos evitar las tropelías en los actos de habla o algún desafortunado desliz semiológico.

 Usted se imagina el atasco (o despelote) lingüístico si cada quien pretende darle su particular interpretación a las palabras; a hacer uso caprichoso de los significados; o apelar a antojadizos modos de decodificar los contenidos de los mensajes.

En lingüística histórica se llama cognados a aquellos términos con un mismo origen etimológico, pero con distinta evolución fonética y de significados.
Quizás el ejemplo más común (y patético) de lo que hemos llamado falsos cognados, lo conseguimos con los verbos adolescere y adolecer. Cuyos diferentes orígenes explicaremos.

 Veamos: el vocablo adolescente se refiere lexicalmente a la persona que,  encontrándose en etapa de desarrollo o crecimiento, aún dentro de la pubertad, requiere completar otros componentes biosicosocial hasta hacerse adulto.

El verbo adolescere nos provee su participio activo, que le corresponde, exactamente a adolescente (quien se encuentra en crecimiento). Además, el verbo adolescere, así también, nos proporciona su participio pasivo que es la palabra adulto; es decir, quien ya ha completado   su formación.

Caeríamos en una trampa de falso cognado si confundimos el verbo adolescere, con este otro verbo, adolecer (que se parecen muchísimo, verdad?).

Por qué nos llegaríamos a tropezar; porque adolecer da cuenta, lingüísticamente, de   quien está aquejado, carente de algo. Adolece, le falta.

La confusión quizás se origina en la Homonimia (la casi igualdad fonética y escritural de los verbos adolescere y adolecer); así como, a la figura lingüística denominada: Falso Cognado, suficientemente conocida; que consiste cuando una palabra debido a similitud fortuita de apariencia, como que guardara cierto parentesco con otra palabra.

Da la impresión que los verbos adolescere y adolecer nacieran de la misma cepa semiótica (signos idénticos). Por lo que uno   llega a sospechar (  creer y admitir) que tienen iguales resultados semánticos; cuando, en realidad, no es así; por cuanto,  no comparten un mismo origen etimológico, no son verdaderos cognados. Provienen de diversas raíces etimológicas.

La semejanza de las palabras cognadas induce a menudo a traducciones erróneas, a irrespetos en los actos de habla, a intemperancias o despropósitos como los que se cometen involuntariamente o adrede, sin pudor o recato; sin la menor consulta a los entes encargados de tales estudios, como nuestra respetada Academia Venezolana de la Lengua,  que para eso  ha sido creada.

domingo, 9 de septiembre de 2018



Vuelta a la Patria, o la patria envuelta

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com

Quienes hemos tenido la modesta oportunidad de leer las obras de algunos de nuestros afamados escritores venezolanos; encontramos que cada palabra escogida para las oraciones, los enunciados, los párrafos tienen sus propias y muy específicas significaciones.

Cada vocablo está plasmado allí para que referencie un pedazo de historia del autor; de las vivencias del contexto o del evento acaecido, del cual desea dar cuenta en su trabajo escritural. En casi todos encontramos un testimonio de tácita solidaridad con la libertad de los seres humanos.

Característica esencial de los escritores venezolanos no es otra que la directa intención para decir las cosas. Llamarlas por su nombre. No hay reflejos postizos en los étimos, jamás se solapan para expresar sus sentimientos individual o colectivamente.

La sinceridad en sus letras les ha valido destierros, desolación, terribles torturas, castigos sin misericordia; con lo cual lejos de amilanarlos constituyeron acicates para conferirles más reciedumbre y templanza a las actitudes y palabras empeñada por el bienestar de la sociedad venezolana, en todos los tiempos y deleznables circunstancias.

Nos apena la sibilina pretensión desde el oficialismo de querer torcer la esencia que dio origen a páginas de nuestra literatura; que nacieron a partir de vivencias y sufrimientos.

Resulta inaceptable que alguien, por muy osado, tenga la desquiciada idea de alterar un ápice de “Memorias de un Venezolana de la decadencia” (1927), inmortal relato de José Rafael Pocaterra; cuya exigencia, para una tenaz e indetenible lucha libertaria, sigue vigente entre los pueblos, que desafían a los regímenes tiránicos, aún nos dice : ”Quiera Dios que cuando el hombre que escribió estas páginas no sea ya sino un puñado de ceniza en la huesa de una tierra extranjera, ellas os sirvan de escarmiento y de enseñanza y puedan vivir en vuestro recuerdo, no como venganza de estos malhechores ni de sus cómplices…” Hermosa reflexión legada a la posteridad.

Qué decir de la vívida narratología en Casas Muertas (1955), de Miguel Otero Silva. Síntesis de denuncias del mal morir. Conjugación de incontroladas enfermedades que diezman a una población inerme, un detestable autoritarismo y la manifiesta violencia extendida y expresada de muchas maneras. El párrafo siguiente es suficientemente conmovedor “...No es posible soportar más. A este país se lo han cogido cuatro bárbaros, veinte bárbaros, a punta de lanza y látigo. Se necesita no ser hombre, estar castrado como los bueyes, para quedarse callado, resignado y conforme, como si uno estuviera de acuerdo, como si uno fuera cómplice…” Retumba entre nosotros como voz premonitoria, de sospechada anticipación.

Jamás imaginó Juan Antonio Pérez Bonalde que su poema cumbre Vuelta a la Patria (1877) , denso de subjetivación; considerado en la literatura como una elegía, escrito con profundo dolor y tristeza mientras padecía el destierro impuesto por una feroz dictadura, iba a ser manipulado a través de una aberración de los exégetas del régimen; a extremos de llegar a denominar “vuelta a la patria” una tratativa armada para traer de regreso al país a unos rufianes, malvivientes, que enviaron al exterior. 

Con tal abominación se siguen retratando a cuerpo entero. Poco les importa llevarse por delante lo que sea. En la presente hora aciaga hasta la Patria parece envuelta en sus ignominias.

"Vuelta a la Patria" que al decir de nuestro gran extinto escritor Arturo Uslar Pietri "es un limpio canto que casi más que a la poesía, pertenece al patrimonio moral de los venezolanos”
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lunes, 3 de septiembre de 2018




Título traslativo que conquistamos con la Independencia.
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

La vocación natural de cualquier región del mundo que viva bajo condición de colonia viene signada para alcanzar su independencia.

Algunas veces se logra rápido y de manera determinante tan anhelada emancipación; en otros casos las circunstancias para gloriar la libertad popular se vuelven enrevesadas, escabrosas y cuesta muchísimo.

La independencia de Venezuela se inscribe precisamente en la citada segunda definición; por cuanto hubo que librar cruentas batallas, sufrir vilezas y traiciones, padecer rigores, penurias y necesidades, hasta que tras la batalla de Carabobo (1821) y el combate Naval del Lago de Maracaibo (1823), a partir de ambas gestas decisivas y heroicas, enarbolamos, al grito de Libertad, nuestra enseña tricolor.

En ligera retrospectiva, podemos mencionar, en purísima verdad, que no fue sino hasta el 30 de marzo de 1845 cuando el reino de España, mediante tratado, confiere su reconocimiento a Venezuela como Estado independiente.

Nuestra independencia la logramos en campos de batallas; no fue el resultado de arreglos obligados de descolonización. Téngase bien en cuenta, por lo que vamos a exponer más adelante.

El 11 de mayo de 1845 fue un día de inmensa expectativa en nuestra naciente República suramericana, por cuanto se esperaba, en el Puerto de la Guaira, el arribo de un delegado expresamente enviado por el reinado hispánico para consignar el acuerdo. Un ejemplar del Tratado de reconocimiento que el Congreso de Venezuela debía darle ratificación y aprobación; como en efecto se cumplieron tales formalidades.

Extracto del texto dice así: “- Su Majestad Católica, doña Isabel II, renuncia por sí, sus herederos y sucesores, la soberanía, derechos y acciones que le corresponden sobre el territorio americano conocido bajo el antiguo nombre de Capitanía General de Venezuela, hoy República de Venezuela…”

Se hace imprescindible detenernos para profundizar en tres elementos fundamentales, contenidos en ese texto: Soberanía, Derechos y Acciones de lo que alguna vez había sido la Capitanía General de Venezuela, y que mediante este acto diplomático quedan determinantemente cedidos a la República de Venezuela.  Manifestación irrefragable de Traslativa Titularidad que se encuentra sufrientemente explícita en el citado escrito, que no requiere ninguna hermenéutica especial para su cabal comprensión, interpretación y aplicación.

Admitamos que como consecuencia directa de los hechos socio-históricos narrados, en brevedad, advino la paz definitiva entre ambas naciones, se adecuaron y normalizaron las relaciones comerciales y diplomáticas con el nombramiento de los respectivos embajadores y representantes. Aunque ensanchó la voracidad del   Imperio Inglés que siempre le tuvo ganas a estos territorios.

Sin embrago, prestemos particular atención a lo siguiente: si hubo, en el 1845, un Título Traslativo de conferimiento de la soberanía a la República de Venezuela, fue porque sesenta y ocho años antes se consolidó la Capitanía General de Venezuela, a través de la Real Cédula de Carlos III, el 8 de septiembre de 1777 con la cual nos dimos a conocer ante el mundo como Nación.

Con la condición política-administrativa de Capitanía General entrelazamos la identidad de las provincias: Maracaibo, Caracas, Nueva Andalucía y Paria (Cumaná), Margarita, Trinidad y Guayana que abarcaba la extensión geográfica de los actuales  estados Bolívar, Amazonas, Delta Amacuro, las regiones de  Pacaraima y Pirara ahora de  Brasil, hasta la margen izquierda del río Esequibo. Documentos comprobatorios ante cualquier instancia de discernimiento de las razones que nos asisten en  la controversia sostenida por más de cien años.

Al cumplirse un nuevo aniversario del Justo Título de la Cédula Real de creación de la Capitanía General de Venezuela reafirmamos nuestra plena soberanía sobre la Guayana Esequiba.