lunes, 28 de octubre de 2019



Guayana Esequiba: vienen dispuestos  a arreciar.
Dr. Abraham Gòmez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com

El presidente Granger, ahora en su condición de aspirante a la reelección, y su canciller insisten  que en la controversia que sostiene esa nación con Venezuela, no tienen la menor duda que la Corte Internacional de Justicia sentenciará a favor de la excolonia británica,y, según él, la citada instancia dará por terminado el pleito de la Guayana Esequiba, en el momento de  decidir tan litigioso asunto como Cosa Juzgada.

 En muchas ocasiones hemos hecho las advertencias a las autoridades de la cancillería venezolana; en el sentido,  de que quedarse callados; dar aquiescencias o permisividades;  omitir las denuncias oportunas y contundentes; o tolerar que los  gobiernos guyaneses, desde Cheddi Jagan hasta hoy, otorgaran concesiones en la Guayana Esequiba; todos estos silencios cómplices  y/o las alabanzas imprudentes e inconvenientes en favor de la contraparte (  Principio de Estoppel),  conspiran contra nosotros en los reclamos, que desde hace más de un siglo hemos hecho de la Guayana Esequiba , que siempre ha sido nuestra.

Llegó el momento de demostrar y reafirmar la venezolanidad con declaraciones y con hechos concretos.

Guyana, luego de introducir una demanda contra nuestro país, y ratificarla el 19 de noviembre del  año pasado, para que la CIJ obligue a Venezuela a reconocer el presuntamente ejecutoriado Laudo Arbitral de París de 1899, como cosa juzgada, parece  que viene dispuesta a   arreciar, ya no únicamente en la proyección atlántica que genera la parte continental de la Guayana Esequiba, en contención; sino que, imprudentemente, ha dado instrucciones, y hasta órdenes escritas, a las empresas transnacionales para que operen en cualquier coordenada marítima hacia su costado oeste, irrespetando la soberanía venezolana en esa área.  Burlando, como les da  la gana, el Acuerdo de Ginebra de 1966.

La excolonia británica nos han venido atropellando y vulnerando en nuestro legítimo e histórico contexto geográfico; y aún el canciller de esa nación, Carl Greenidge hace la desvergonzada afirmación, de que violamos  la soberanía e integridad territorial de su país. También añade: " Venezuela es una ‘amenaza’, con actos hostiles, agresivos e ilegales para el desarrollo económico de Guyana”.

La màs reciente tropelía discusiva la acaban de emitir al señalar que la Corte Internacional de Justicia (CIJ), seguramente va a "sentenciar" a favor de  Guyana, no importa la ausencia de Venezuela en el juicio; asì nosotros hayamos invocado la No Comparecencia: recurso perfectamente válido conforme al Derecho Internacional Público.
Insinúa Granger que la CIJ  concederá todo cuanto ellos han solicitado en su Pretensión Procesal: "carácter legal y efecto vinculante del Laudo Arbitral de Parìs de 1899". Tal documento para Venezuela siempre ha sido considerado nulo e írrito. Inexistente jurídicamente.

Debemos dar a conocer que el equipo de asesores de la Alta Parte guyanesa en este litigio ha recomendado que pidan, además, el envío de la "presunta decisión sentencial" de la CIJ, al Consejo de Seguridad de la ONU, para imponerla a Venezuela y hacer que la cumpla, inexorablemente.

Han dicho que Guyana no se contentarà  con que la CIJ, se pronuncie mediante una resolución consultiva, conforme al articulo 65 de sus propios estatutos. Ellos exigen, de manera determinante una sentencia, definitivamente firme, con efectos impeditivos de impugnaciones ulteriores; en tanto Arreglo Judicial, contemplado  en el Artículo 33 de la carta de las Naciones Unidas.

En casi todas las conferencias que dictamos en las universidades y otros organismos del país o a través de la Red y los medios de comunicación se nos hace la misma pregunta, ¿Por qué estamos obligados a debatir por ante la Corte Internacional de Justicia?; y la respuesta que ofrecemos resulta invariable: porque exactamente, ha sido esa la estrategia jurídica que ha jugado Guyana.
Ya fuimos a la CIJ, el 18 de abril de este año. Introdujimos un escrito donde dejamos sentado que no le reconocemos entidad jurisdiccional en esta contención. Proponemos regresar a la figura de un nuevo Buen Oficiante.
Guyana  nunca ha querido   la figura del Buen oficiante para que resuelva este caso con su mediación. 

En sentido estrictamente verdadero, no debemos tener ningún temor, porque poseemos todos los elementos probatorios: socio-históricos, cartográficos, políticos y jurídicos, los cuales nos avalan, asisten y respaldan satisfactoriamente; y conforman un legajo de documentos importantes para exponerlos cuando corresponda.



domingo, 20 de octubre de 2019



Universidad: síntesis de libertades
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la lengua
abrahamgom@gmail.com

Confieso el inmenso agrado que siento cada vez que  seleccionamos el tópico universitario para nuestras reflexiones, de cualquier aspecto de nuestra admirada institución.

Reconocemos que la Universidad, algunas veces, se nos presenta  esclerosada; pero, también elogiamos que la universidad sigue siendo un exquisito espacio societal donde se  crean, re-crean, preservan, difunden y legitiman los conocimientos.

La universidad venezolana, la que promueve y permite el disenso y el pensamiento critico,  ha resistido los embates desde diversos lados. Adversarios internos y bastantes que le disparan desde afuera.
Nuestra Universidad ha soportado las trapacerías  que las mentalidades obtusas y retrògradas han hecho ( y aún insisten) para que desaparezcan   estas casas de Estudios Superiores. 
Han declarado:"muerte a la inteligencia"; aquella infeliz expresión del general Millàn Astray, enfrentado al rector Unamuno, en la Universidad de Salamanca.  

Otros, no pocos, apelan a los ardides más inimaginables para intentar “arrodillarla. 
Los totalitaristas  creen que colocando la Universidad en condición abyecta  responderla, de mejor manera, a sus específicos intereses ideológicos. 

La universidad por su pura y clásica definición jamás estará al servicio caprichoso de parcelas y menos hará juegos a conveniencias individualistas. 

Con toda seguridad, en la fortaleza de principios  de la Universidad estriba su fama bien ganada de irreverente, protestaria y crítica. En permanente ebullición de ideas.

Sépase que así la queremos y necesitamos. Que nuestra disposición para defenderla  siempre es irreductible e indoblegable.  
Somos creaturas de la Universidad que mantiene incólume sus exquisitos escenarios para las constantes y respetuosas  confrontaciones plurales. 
Ha sido el propio carácter critico, que la Universidad  genera y propicia,  los que nos motiva a repensarla, sin descanso; a debatir lo que ha venido  siendo y cómo debería ser. Con la severa advertencia de no  incurrir en el artificio contrario de  querer modelarla según nuestras egolatrías; o pretender  cerrarle sus disímiles miradas y apocar sus horizontes. 

Nuestra posibilidad  académica apunta en otro sentido: resensibilizar, desde adentro, para que se desplieguen  serias actividades de transformación. No es poca cosa. Lo sabemos. Hay demasiados asuntos álgidos  a lo interno, que respaldan  los conservadurismos o por lo menos “reman en dirección contraria” en estos tiempos de cambios acelerados.

En el presente tramo epocal muchas veces las opciones tecnológicas  llevan un ritmo màs rápido para alcanzar   las causas de los hechos, que superan los rituales tradicionales  de enseñanzas-aprendizajes y a los contenidos de las matrices curriculares, en nuestras universidades.

Frente a la descripción anterior, asumamos una actitud autocrítica. Empecemos por reconocer que estamos obligados a salir de este atolladero. Que  a nadie se le ocurra que la solución, en lo inmediato, es nombrar una comisión de reforma universitaria. De lo que se trata es de  Transformar;  que es adentrarnos mucho más allá de las formas. 
Transformar, con libertad y autenticidad. Vamos a exponerlo con las palabras de este distinguido investigador social venezolano, Alex Fergusson: “La institución universitaria tiene, entonces, la responsabilidad de incitar a tener una visión crítica sobre sus propias misiones y las relaciones de ésta con la sociedad. Por consiguiente,, también tiene la responsabilidad de desarrollar la reflexión crítica y de garantizar una autonomía de pensamiento…..es, sin duda alguna, el sentido que   debe darse hoy a la libertad académica y científica”. 

Hay que dejar atrás  (decimos nosotros en añadidura) suficientemente lejos a tantos que han vegetado (y  han medrado) por años en las universidades. A esa gente que  jamás se han atrevido a propiciar nada que vaya a contracorriente de lo estandarizado. Debemos desplazar a quienes se dicen capitostes de la Universidad; que engulleron  lo que alguna vez fue legitimado; pero que ya tales esquemas se  ha vuelto  disfuncionales e  impracticables.
Hay que abrir las miradas para comprender y aprehender  que hoy  estamos inmersos en una sociedad que valora intensamente las múltiples posibilidades generadoras de conocimientos: fuente sustantiva de sus propias realizaciones. Entendamos que en la actualidad las ignorancias tienen un alto precio. 
 Agreguemos a todo lo reflexionado, lo siguiente:  si la  intención es construir saberes;  entonces, que continúen anudados dos previsibles sustratos filosóficos  en los espacios universitarios: Pensamiento Crítico y Libertad. Ambos factores conjugados  no son   pecaminosos ni ingenuos. Por cuanto Pensamiento Crítico y Libertad conforman una síntesis intrínseca en y desde la universidad. Pensamiento Critico y Libertad  han hecho insumisa  a la Universidad,a lo  largo de la historia

miércoles, 19 de octubre de 2011



miércoles, 16 de octubre de 2019




Calle sin retorno, ¿Por qué no?
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com

La historia nos ha entregado suficientes testimonios, para aleccionarnos lo que debemos poner en práctica.   Las circunstancias nos conllevan a replicar, tal vez con idénticos resultados, escenas ya vividas por otros pueblos.

La anterior reflexión viene dada a propósito de las estrategias diseñadas, hasta ahora, por el presidente interino, Ing. Juan Guaidó, con sus asesores directos, para encarar, con contundencia, la situación calamitosa que padece, sin misericordia alguna, la población venezolana.

Cuando revisitamos, documentalmente, tragedias similares, causadas por regímenes totalitarios uno llega a preguntarse: cómo hicieron esos pueblos para salir y execrar tales ignominias. Y en los análisis, con perspectivas de solución, nos hacemos recurrente la interrogante: si en aquéllos resultó, luego de una determinación solidaria, donde todos los demócratas se juntaron, unívocamente; por qué no podemos   nosotros apelar a iguales mecanismos.

Apenas referiré dos ejemplos, muy recientes, que evidencian lo que son capaces las sociedades enardecidas, que luchan y procuran reencauzar mejores destinos, con líderes auténticos.

La Primavera Árabe constituyó una sistemática manifestación de gestas libertarias, reivindicativas de verdaderos estados de derechos, que abarcó a varios países; cuyos gobiernos autoritarios habían devenido en dictaduras atroces, perpetradoras de todo tipo de persecución y conculcación de los Derechos Humanos.

Comenzó, la también conocida Revolución Democrática Árabe, en Túnez, en el año 2010, cuando la policía arremetió, sin ninguna justificación o causa contra un vendedor de frutas. Bastó ese hecho brutal para que los pueblos unidos se encolerizaran, salieron a las calles y no regresaron a sus hogares, sino diez días después, hasta que se produjo el derrocamiento de la satrapía de Bouazizi, que los hostigaba, apoyado por militares corruptos y llenos de todo tipo de vicios.

El mundo árabe hizo suya y propia la gesta de los tunecinos; y así fueron cayendo regímenes crueles: en Egipto millones de personas se instalaron en las principales avenidas de las ciudades más importantes de esa nación, y vieron derrumbarse a Mubarak que llevaba treinta años hostilizando la dignidad.

Los libios patentizaron el ejemplo; se alzaron en las calles contra Gadafi, quien los pisoteó por cuarenta y dos años.
La prensa internacional, con anterioridad a la caída del régimen y luego del asesinato de Gadafi, publicaron serios escritos, donde se acusaba a Gadafi de múltiples casos de secuestros, violaciones, torturas y diversos escándalos sexuales cometidos durante su gobierno.

Cuando las sociedades se deciden a ser libres e independientes se vuelven indetenibles. Esa es la razón fundamental por la que el mundo celebró los movimientos libertarios y democráticos, (La Primavera Árabe), sin precedentes en: Siria contra Al Assad; en Yemen frente al despotismo de Saleh, que fue depuesto; en Argelia quedó sentido Buterflika, quien renunció el dos de abril de este año. En Omán fue desplazado del poder Al Said; en Bahréin la sociedad no quiso saber más nada de Al Jalika; y en Jordania, sacaron por la fuerza al tirano, primer ministro Rifai.

Otro caso, para la historia, lo acabamos de presenciar en Puerto Rico, cuando Ricardo Rosselló anunció su renuncia como gobernador de ese país, al expresar que no estaba en condiciones de   mantenerse más tiempo al frente de la jefatura del Estado, después que un levantamiento popular extraordinario y un proceso de destitución dio al traste con su gobierno.

La abrupta caída de Rosselló ocurrió luego de más de una semana de fervientes protestas públicas, en las calles, que exigían su salida.

En la capital de Puerto Rico, San Juan, los manifestantes se hicieron presentes a pie, a caballo e incluso en botes, lanchas, motos y vehículos de todo tipo.

Cuando alguien del gobierno tuvo la infeliz idea, y declaró que se trataba de una minoría de exaltados; la gente, en conglomerado multitudinario en las calles, creó espontáneamente una canción “No somos un grupo pequeño. ¡Somos Puerto Rico!”.

Se ha demostrado que, en los países con instituciones estables y  valoradas sus funciones idóneamente, hay más tendencia a participar a través de foros productivos. A apreciar soluciones por intermedio de   actividades de pedagogía política.

Nuestra Constitución Nacional contempla, en tanto Derechos, las manifestaciones civilizadas. Sin embargo, no se comete delito alguno exteriorizar el malestar generalizado, producto de la cotización que se sufre, si utilizamos mecanismos de participación directa, como las protestas callejeras. Lo que ya se conoce en el presente contemporáneo, como” Calle sin retorno”.

Basta saber si la legítima dirigencia opositora (no la que funge de oposición, pero la sabemos colaboracionista del régimen) está en condiciones anímicas para ejecutar medidas de tamaña fortaleza y repercusión.

martes, 8 de octubre de 2019




 Educar e ideologizar: dos dimensiones humanas contrapuestas.

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com

La educación es una necesidad humana subjetiva. La Educación, en sus tres components esenciales, solo es posible  en lo  personal de alguien. Me explico: nadie acumula, o guarda por cierto tiempo, la Educación de nadie. Cada quien la va construyendo según sus posibilidades.

Los contenidos programaticos de una asignatura o tema se restringen apenas  al componente que, generalmente. queda restringido a los procesos formales de enseñanza-aprendizaje en  la escuela, el liceo o la Universidad. Allí estriban los diseños curriculares.

Por otra parte, casi que simultáneamente se teje además el componente axiológico; es ecir,   de los valores, que coadyuvan en el modelamiento de la personalidad del individuo. Los valores a lo largo de la existencia de cada ser humano fortalecen su personalidad, individualizada.

Valores que adquieren, en sí mismo, suprema importancia en la educación.

 Citemos, a manera de ejemplo que: la libertad, la responsabilidad, el respeto, la confianza, la solidaridad, entre muchos otros valores estructuran un hermoso entramado intimista, que dará sustentacíon  a la persona humana que se está formando. Siempre en posibilidad de Ser.

 Así también, y no menos importante en la tríada de la educabilidad, indicamos el sustrato de la socialización, la cual  se define  a partir de la participación colectiva de los seres humanos en ámbitos, donde se identifican con sus semejantes. Señalamos: medios de comuniación, organizaciones sociales, agrupaciones confesionales,equipos deportivos, juntas comunales, reunions familiares, vecinales, eventos culturales etc. La socialidad aporta, con densidad,  a la formación integral de cada uno de nosotros.

En síntesis: contenidos curriculares, valores y socialización encuadran y se imbrican en  lo que, sustantivamente, llegamos a conocer como Educación. Ninguno de esos componentes  por separado nos llevará al verdadero  significado de la Educación ( dicha siempre en mayúsculas). Para que haya generación educativa, con tales propósitos, es imprescincible que los tres pilares  juntos se levanten  (metabolicen)  al mismo tiempo.

Insistimos en nuestra aseveración: la educación  únicamente es dable entre humanos. Solo la Educación abre la mente, motiva, promueve y alienta la conciencia critica; crea y recrea conocimientos, proyecta un modo de ser, de exteriorización actitudinal, de aprehender la realidad, de construer teorías, de aportar  explicaciones para  la vida en tanto posibilidad de existir, en plena libertad. Hablamos de la Educación tejida con sus tres componentes.

Exactamente lo contrario, y en sentido restringidor se ubica la ideologización (adoctrinamiento) o la indoctrinación.

Con la ideologización  se manejan actividades  acríticas, dogmáticas, invariables, conductas inmutables, formas unilaterales  de pensar y apreciar.

La indoctrinación impone una predisposición a callar; vuelve a los seres humanos   una nadería.
Los  comportamientos, con intenciones ideologizantes,  conllevan a aceptar, de modo irrespondido, un orden, una linealidad. Los conocimientos  mutan en   tramposas categorías,  prescripciones y asfixiantes normatividades. Domesticación y sometimiento.

El maestro silente se convierte en un agente-sujeto reproductor de constructos ideologizantes.  Se hace automatista; y en esa callada ritualidad dice que  participa en el “proceso educativo”.
Dimetralmente opuesta: la Educación es una filosofía de vida para la libertad y la concienciación.