miércoles, 26 de diciembre de 2018




Guayana Esequiba: no basta lo declarativo.

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

A propósito de los recientes incidentes suscitados en la costa atlántica venezolana, motivado a la descarada incursión de los buques Ramform Thetheys y Delta Monarch, de banderas bahameña y trinitaria, respectivamente; parece que al fin, se produjo una ligera disposición defensiva por parte del Ejecutivo Nacional de nuestro país.
 Elemento que seguimos lamentando: las actitudes reactivas ante un caso litigioso que se dirime en la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Debemos ser más proactivos.

Aportamos esta otra información adicional: ambas embarcaciones cuya propietaria es la empresa noruega Petroleum Geo-Services (PGS), fueron contratadas por la corporación petrolera Exxon Mobil y algunos de sus filiales, se encontraban realizando trabajos de exploración sísmica en el bloque Stabroek; precisamente frente a nuestra fachada marítima, en el estado Delta Amacuro, lo cual no se encuentra sometido a ninguna controversia internacional.

Guyana, luego de introducir una demanda contra nuestro país, y ratificarla el 19 de noviembre de este año, para que la CIJ obligue a Venezuela a reconocer el írrito y nulo Laudo Arbitral de París de 1899, como cosa juzgada, parece  que viene dispuesta a   arreciar, ya no únicamente en la proyección atlántica que genera la parte continental de la Guayana Esequiba, en contención; sino que, imprudentemente, ha dado instrucciones, y hasta órdenes escritas, a las empresas transnacionales para que operen en cualquier coordenada marítima hacia su costado oeste, irrespetando la soberanía venezolana en esa área.  Burlando, como le da gana, el Acuerdo de Ginebra de 1966.

La excolonia británica nos han venido atropellando y vulnerando en nuestro legítimo e histórico contexto geográfico; y aún el canciller de esa nación, Carl Greenidge hace la desvergonzada afirmación, a través de un comunicado, que la acción de Venezuela viola la soberanía e integridad territorial de su país “y demuestra que Venezuela es una ‘amenaza’, con actos hostiles, agresivos e ilegales para el desarrollo económico de Guyana”.

 Debe llamarnos la atención que inmediatamente, en una especie de reacción en cadena, se pronunció en favor de los guyaneses la Comunidad del Caribe (CARICOM), integrada por (15) países, y cuya sede y secretaría general se activa desde Georgetown; así también hizo lo propio el gobierno de los EE.UU, en los siguientes términos: “Estamos supervisando los reportes de que la Armada Venezolana pudo haber interferido con los buques que operan en nombre de Exxon Mobil. Subrayamos que Guyana tiene el derecho soberano de explorar y explotar recursos en sus aguas territoriales y zona económica exclusiva”, dijo en un Twitter uno de los portavoces de la diplomacia estadounidense, Robert Palladino.

Hemos denunciado, con insistencia, que hay un enjambre de empresas operando, bajo la coordinación de la Exxon-mobil, la cual fija los procedimientos, en el área, para   la Shell holandesa, a la CGX estadounidense, a la Anadarko canadiense, a la CNOON china; en fin, se conoce que sobrepasan las 52 compañías que allí se instalaron, procedentes de muchos países, que se dicen amigos de Venezuela; incluso algunas naciones que hemos estado apoyando a través de Petrocaribe.

Están aprovechando, como mejor les plazca, los recursos madereros, acuíferos, mineros, petrolíferos y energéticos en general en nuestra Guayana Esequiba; no únicamente en el área territorial de los 159.500 km2 que nos arrebataron; sino además han permisado a grandes consorcios para que ESQUILMEN en el espacio marítimo que genera la Zona en Reclamación; justamente donde se produjo el referido conflicto, que pudo pasar a mayores.

La Armada Venezolana está obligada al patrullaje constante y sistemático en nuestra costa atlántica propiamente; a defender nuestro Mar territorial, Zona Contigua y Zona Económica Exclusiva; dentro de las 200 millas náuticas que genera nuestra plataforma continental. En espera de la decisión de la Corte Internacional de Justicia.

Reiteramos que en muchas ocasiones estuvimos haciendo las advertencias a las autoridades de la cancillería venezolana; en el sentido,  de que quedarse callados, dar aquiescencias o permisividades;  omitir las denuncias oportunas y contundentes; o tolerar que los  gobiernos guyaneses, desde Cheddi Jagan hasta hoy, otorgaran concesiones en la Guayana Esequiba; todos estos silencios cómplices  y/o las alabanzas imprudentes e inconvenientes en favor de la contraparte (  Principio de Estoppel),  conspiran contra nosotros en los reclamos, que desde hace más de un siglo hemos hecho de la Guayana Esequiba , que siempre ha sido nuestra. Llego el momento de demostrar y reafirmar la venezolanidad con declaraciones y con hechos concretos.


jueves, 13 de diciembre de 2018




Guayana Esequiba: ¿ingenuidad o entreguismo?
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Ya resulta un descomunal descaro en el que viene incurriendo Guyana, al entregar, sin limitaciones, concesiones de todo tipo, a diestra y siniestra en la Zona en Reclamación, cuya controversia, en estos momentos, se dirime por ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

 No tienen recatos ni disimulos en su voracidad.

La excolonia británica se ha aliado en intereses plenos con bastantes empresas transnacionales para la exploración, explotación y comercialización de las riquezas de la región esequibana, que ellos se han auto adjudicado.

No dudamos en calificar tales entregas de: irrespetuosas del contenido y alcance del Acuerdo de Ginebra de 1966; de inconsultas hacia la Parte con la que se sostiene un litigio y displicentes con lo cual el gobierno de Granger pone de manifiesto su arrogancia y presunta seguridad de que saldrán favorecidos mediante una próxima sentencia de la CIJ.


Hay un enjambre de empresas operando, bajo la coordinación de la Exxon-mobil, la cual gira las instrucciones a la Shell holandesa, a la CGX estadounidense, a la Anadarko canadiense, a la CNOON china; en fin, se conoce que superan las 52 compañías que allí se instalaron; procedentes de muchos países, que se dicen amigos de Venezuela.

Están  aprovechando, como mejor les plazca, los recursos madereros, acuíferos, mineros, petrolíferos y energéticos en general en nuestra Guayana Esequiba; no únicamente en el área territorial de los 159.500 km2 que nos arrebataron; sino además han permisado a grandes consorcios para que operen en el espacio marítimo que genera la Zona en Reclamación: la costa atlántica  propiamente, nuestro Mar territorial, Zona Contigua y Zona Económica Exclusiva; dentro de las 200 millas náuticas que genera nuestra plataforma continental: desde las bocas del Río Esequibo hasta Punta Playa, en el estado Delta Amacuro.

Nos preguntamos, con inmensa preocupación venezolanista: qué tratativa rara u oscura habrá entre ambos gobiernos, para que  no se produzca desde nuestra cancillería un serio pronunciamiento, que conteste y denuncie el ardid de esquilmación de nuestros recursos,  que se viene cometiendo,  inclusive en la proyección marítima de nuestra soberanía.

Al no generarse aunque sea una nota de protesta por parte de la cancillería venezolana, uno llega a pensar que prácticamente hay un consentimiento tácito. ¿ Entreguismo?

Y lo más grave, a nuestro modo de ver es que para el 18 de abril del venidero año, debe la delegación diplomática de Venezuela asistir a la CIJ a consignar un memorial de contestación de la demanda incoada por Guyana.

En todo caso, dejamos sentado lo que siempre hemos planteado en distintos escenarios, en el sentido de que los silencios cómplices se pagan caro en el Derecho Internacional Público. Las facturas por aquiescencias o permisividades de un Estado-Parte pesan en un juicio de tal naturaleza.

Los Esequibanos, es decir los nacidos en la región que Venezuela reclama porque siempre ha sido nuestra, y los Esequibistas quienes nos hemos documentado y dedicado bastantes años al estudio formal y académico, de manera prolija, a este álgido asunto de interés nacional seguiremos defendiendo por honor y justicia en las distintas instancias nacionales e internacionales lo que a nuestra Nación corresponde.

Destacamos también la lucha incansable e indetenible por parte de elogiosas entidades no gubernamentales que se han dedicado con suprema dignidad, absolutamente, a esta reclamación centenaria.


lunes, 10 de diciembre de 2018




Guayana Esequiba: sembrando sal entre las piedras.
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Para quienes hemos venido dándole seguimiento y plena defensa al caso del Esequibo, en los escenarios académicos e institucionales, despierta nuestra preocupación que desde el 5 de junio del presente año, no ha habido más pronunciamientos oficiales por parte de las autoridades que manejan la política exterior venezolana.

En tal comunicado la cancillería venezolana deja sentada la posición que, con certeza y aparente buena intención, invita a la unidad nacional.

Esa búsqueda de solidaridad nos luce interesante, y es el llamado que siempre hemos formulado.

También, con idéntico sentido, el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela expone que “reitera su firme disposición de defender la integridad territorial de nuestra Patria con base en el Acuerdo de Ginebra de 1966, marco legal que rige la controversia territorial sobre el Esequibo”.

Precisamente, el Acuerdo de Ginebra constituye, en sí mismo, el documento a través del cual el Reino Unido y su excolonia guyanesa admiten la vileza cómo actuó el Tribunal Arbitral, en París, el 03 de octubre de 1899, cuando nos arrebataron, en una tratativa política- diplomática, una séptima parte de nuestra soberana extensión territorial.

En su debida ocasión, en el citado comunicado de la Cancillería de Venezuela leímos y analizamos que se  ejercerán todas las acciones ante las instancias legales, diplomáticas y políticas correspondientes, privilegiando el alto interés nacional y la permanente reivindicación de los derechos legítimos e irrenunciables del Pueblo venezolano sobre el territorio de la Guayana Esequiba.

Si esas aseveraciones oficiales han sido aceptadas como legítimas y válidas; además han recibido absoluta concordancia por parte de los entes no-gubernamentales; cabe entonces una interrogante enorme: Por qué tanta actitud silente frente a las reiteradas declaraciones del canciller de Guyana.

En cualquier evento internacional donde se presenta, donde se alude la contención sobre el Esequibo, nos expone al escarnio como un país avaro, potencialmente rico que pretende despojarlos de su Nación.

No nos causa extrañeza el modo cómo el canciller tuerce los elementos históricos y jurídicos que favorecen a Venezuela.

Por ejemplo se atreve a decir que España dejó de tener soberanía sobre el área en discusión, luego de concederles a los holandeses todo ese territorio. Sin especificar, a qué se refiere con “todo ese territorio”.

 La argumentación del Sr. Greenidge es falsa y mal intencionada; por cuanto, una vez que España otorga la independencia a las Provincias Unidas de los Países Bajos, después del Tratado de Münster de 1648, le reconoce las posesiones coloniales, denominadas: Berbice y Demerara, conformadas por una franja territorial, bien delimitada, que va desde la margen derecha del río Esequibo hasta el borde izquierdo del río Corentyne. Testimonios escritos y registrados dan cuenta de lo que aquí exponemos.

 Posteriormente, en el año 1814, Holanda le vende, traspasa o arregla con Gran Bretaña esa parte; pero, los ingleses se apoderaron de todo, y trazaron las conocidas Líneas Schomburgk, en 1841, con la aviesa disposición de arrebatarnos, inclusive hasta el Delta del Orinoco y parte del estado Bolívar.

Los funcionarios del gobierno guyanés, conjuntamente con los representantes de las empresas transnacionales han tenido el atrevimiento de divulgar que el Acuerdo de Ginebra, no los limita a ellos para explorar, explotar y comercializar, directa o indirectamente, con los múltiples recursos de las áreas





terrestres y marítimas correspondientes al Esequibo, porque ellos han permanecido en esa zona.

El presidente Granger, ahora en su condición de aspirante a la reelección también insiste que en la controversia que sostiene esa nación con Venezuela, no tiene la menor duda que la Corte Internacional de Justicia sentenciará a favor de la excolonia británica; y según él, la citada instancia dará por terminado el pleito de la Guayana Esequiba, y decidirá este litigioso asunto como cosa juzgada.

Tres momentos y eventos que suponíamos iban a tener repercusión estruendosa, a lo interno de la cancillería Venezolana; pero, al parecer no suscitó nada. Las cosas continuaron tan rampantes y campantes. Hay una especie de expresa disposición para hacerse los locos, con involuntarias permisividades; dejar que los compromisos y responsabilidades te resbalen; como que no fuera contigo el asunto, desentenderse. Vale tanto, como aquel   viejo adagio griego: sembrar sal entre las piedras. Voltear la mirada.

En el Derecho Internacional Público los silencios cómplices se pagan, y bien caro.

Por eso, hay que estar denunciando, incansablemente, toda descarada manipulación de la otra Parte. Salir al paso a las maniobras y componendas internacionales; porque, de lo contrario caeríamos en Aquiescencia; cuyo principio fue instituido con la finalidad de admitir los hechos, de ofrecer consentimiento implícito.


miércoles, 5 de diciembre de 2018




¿Por qué golpean a nuestras universidades?
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua


Si desde hace bastantes años hemos escogido el ámbito universitario para nuestro desempeño laboral, por vocación y convicción, es porque siempre ha significado un inmenso orgullo convivir en estas “casas que vencen las sombras”.

Nuestra devoción hacia las instituciones de Educación Superior se incrementa cada vez que la Universidad, como espacio humano, se ve en aprietos, amenazas o serios atascos; y nos enorgullece que desde ella misma afloran satisfactorias soluciones.

Cada quien tiene sus propios testimonios de las implacables ocasiones en que la Academia Universitaria, y todo cuanto comporta, ha sido vilipendiada y sometida a condiciones ominosas para intentar ponerla de rodillas.

 A los regímenes totalitarios les incomodan las zonas donde se respire absoluta pluralidad, donde haya un disenso fértil.

A los detentadores de los gobiernos de talante militarista les causa escozor cuando la gente, los docentes en los espacios universitarios piensa con cabeza propia.

A quienes se hacen militantes de regímenes de opresión, persecución y atrocidades les molesta la pluralidad de ideas y posiciones.

Algunas personas cuando padecen de   indigencia mental ven en cada Docente Universitario un acérrimo enemigo; a alguien a quien hay que combatir; y si no pueden hacerlo doblegar o renegar de sus ideas y principios, lo golpean por sus medios de subsistencia.

Lo padecimientos y demás brutalidades afines perpetradas contra los profesores universitarios han sido calamidades de vieja data.   Esta específica “gestión de gobierno” adquiere modalidades y circunstancias peculiares; con lo cual ya alcanza nefasta distinción en la manera de hacerse atroz contra nuestras universidades.

El presente régimen en Venezuela acaba de demostrar su talante autocrático con la imposición de tablas de salarios y sueldos de miserableza a docentes, administrativos y obreros de las universidades autónomas, experimentales y territoriales sin haberlas discutido con ningún sector gremial representativo. Mucho menos con las respectivas autoridades universitarias.

La pretensión del régimen es ir sometiendo por hambre y   acallando por necesidades de subsistencia a las voces libertarias que claman desde nuestras universidades por un nuevo modelo socio político en Venezuela.

Nos golpean por pensar distinto y antagonizar las calamidades provocadas por sus ineptitudes.

La comunidad académica ha asumido a conciencia el cumplimiento de sus altas funciones de producción de conocimientos y de formación de profesionales de las nuevas generaciones.

Tal vez con la develada intención de arrodillar al personal de las universidades, a través de la precariedad de sueldos y salarios, desean cercenar La autonomía universitaria, la cual es condición indispensable para el desarrollo del Pensamiento Crítico.
El espíritu esencial de nuestra Universidad es seguir diciendo lo que haya que decir sin ataduras: expresar en alta voz lo que nos dicte la  conciencia.


jueves, 29 de noviembre de 2018




La lexicografía que nos teje a la Deltanidad.
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com

Luce apreciable que en cada uno de los ámbitos profesionales, o bajo cualquiera otra circunstancia, donde a un deltano le ha correspondido desempeñarse fuera de nuestra región pone de manifiesto una serie de rasgos lingüísticos usados y valorados en nuestra específica comunidad de hablantes.

Gozamos de un caudal inagotable y una riqueza expresiva que teje un modo particular de ser y decir: una manifestación propia de nuestra realidad en el Delta del Orinoco.

Tal develamiento, en la manera de expresarnos los deltanos nacidos y asimilados, no constituye, para nada, algo peyorativo o extravagante.

Sépase que así también afloran interesantes, y suficientemente estudiadas, las estructuras lexicales de muchos contextos culturales de Venezuela.

Geolecto es la concreta denominación que se le otorga a esa variedad o modalidad para significar las cosas; eso se hace posible por cuanto hay un exquisito cultivo de relaciones sociales, afectivas y geográficas; con lo cual se nutre el registro vocabular para un espacio común y de querencias colectivas. Adquiere de suyo un constructo específico de lengua natural para los hablantes de ese lugar.

Hacemos la pertinente advertencia que también vale para cualquier espacio o comunidad de hablantes: el léxico no es un elemento estático, inamovible o impenetrable por otras corrientes, o ajeno a la afluencia de términos que irrumpen con fuerza para cobrar sitio idiomático y asentarse, por algún tiempo.

Aceptamos que los vocablos una vez que se hacen cotidianos en el uso y acervo popular, son asimilados y recopilados en los diccionarios de regionalismos o contrastativos; es decir acopiados en unos inventarios de léxicos, propensos a constante actualización y comparaciones entre regiones.

A partir de allí, se activa una interesante dinámica que incorpora y desincorpora palabras; unas que entran en el juego idiomático o dialectal de cada día, y otras que salen porque han dejado de utilizarse.

Por lo pronto hemos expuesto, donde nos ha correspondido, que la Deltanidad es una asimilación categorial (superior a un concepto), en permanente síntesis constructiva; que nos hemos tomado la tarea de irla definiendo y darla a conocer como una legítima y natural voluntad de los deltanos, para tejernos en la piel nuestras valoraciones, motivaciones, acendradas y comunes costumbres, conocimientos, emociones, sensibilidades, mitos, ritos, triunfos y desaciertos.

Deltanidad que nos ha permitido enhebrar nuestras especificidades culturales, con las respectivas vivencias; sin eludir que también atravesamos carencias.
La variedad de las palabras que nos concede proxemia (vínculos afectivos) en la región también forma parte de la Deltanidad.

Diremos, a manera de ejemplo, que difícilmente alguien que no haya nacido o vivido en el Delta del Orinoco podrá conseguir significados o referentes inmediatos de algunos vocablos del breve párrafo, que relatamos de seguidas: “El maraisa canaletea en su balajú, con una chorrera de jabaos; aunque el agua le llega hasta los ñeques no teme a las marejadas. Muy extraño resultará que se trambuque. Apenas lleva a bordo una guitarrilla, una bola pisada, un tamborín y un pedazo de cagalera. Tienen pensado saltar a un costo alto, para montar el canarín sobre tres topias y cocinar churrumchos, pechitos y domplinas, sin mucha humatana.
Le escuchamos decir al despedirse de la gentará que promete regresar a tiempo para besar la mano; esperar al hijo que hoy lo sueltan temprano y moverse en el cambulé, aunque a veces allí se arman unas chismeras”.

Hemos disfrutado en nuestro regionalismo de un bagaje geolectal en incesante crecimiento gracias a la cruzada influencia de Waraos, Esequibanos, Margariteños y Trinitarios, entre otras comunidades de hablantes.

viernes, 23 de noviembre de 2018




Ginecocidio: síndrome social (lingüísticamente) oculto.

Dr. Abraham Gómez R.-
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Los científicos sociales no han podido, aún, determinar con exactitud los factores causales del incremento de los índices de violencia en la actualidad, en el mundo.

No caben dudas que la sociedad venezolana se ha vuelto cada vez más violenta y, conforme a algunas cifras analizadas, las peores consecuencias las pagan nuestras   mujeres.

En un interesante estudio, hecho texto luego, cuyo autor es el doctor en ciencias sociales, psicólogo y sacerdote Alejandro Moreno, titulado “Y Salimos a matar gente”, nos relata  que la violencia es multicausada, y tiene sus factores originarios en el ambiente intrafamiliar: hogares disfuncionales, familias desestructuradas, irrespeto en la convivencia, deserción escolar, ociosidad, ausencia de la figura y protagonismo de la madre-mujer en tanto responsable de la fijación de las sensibilidades en los hijos.

Para el Observatorio Venezolano de la Violencia,   si bien una considerable cantidad de víctimas de homicidio, en nuestro país, son hombres, los estudios hasta ahora enfatizan el hecho de que en contextos familiares la mayoría de las víctimas son mujeres.

Consideremos también que las cifras o datos analizados son los que hemos podido conocer; aunque estamos conscientes que hay sub-registros en todos estos índices de violencia.

Vamos a intentar clarificar una situación que se ha venido arrastrando casi que desprevenida e ingenuamente; nos referimos a la trampa semiótica (es decir, en la construcción del signo) de la palabra mujer; con lo cual se ha entramado una inadmisible inequidad de género, que acogota a la mujer a lo largo de la historia.

La palabra mujer lleva implícita una carga insoportable de desvaloración.

Muchísima razón tiene nuestro insigne epistemólogo venezolano Rigoberto Lanz cuando nos ofrece, en su libro “Las palabras no son neutras”, las claves para develar hechos de exclusión que vienen incorporados desde la propia forma y desde el mismo instante de construirse el significante que hará mención de las cosas. Cada vocablo lleva en su interior una intencionalidad al momento de usarse para decir o señalar. Cada palabra envuelve e induce a pensar y actuar.

 De tal manera que cuando estudiamos la construcción léxico semántica de la palabra mujer, nos conseguimos que aflora con mulier (latín), mujer (castellanizada), una posición ideológica que ha permanecido oculta para la descalificación muy marcada, que ellas han venido soportando injustamente.

La anterior aseveración la reforzamos además en el hecho de que se ha   acuñado la palabra femicidio (feminicidio); con la cual se quiere hacer saber que se comete “homicidio” contra la mujer.

Esta escogencia terminológica nos luce desacertada e impropia; por cuanto un homicidio se comete contra un hombre; así entonces, aniquilar físicamente a una mujer no puede ser homicidio; sino Ginecocidio; del griego Gineco que denota con exactitud: mujer.

Agrego algo más, el vocablo femicidio, a mi modo de ver, resulta injusto socialmente, desconsiderado biológicamente y tramposo lingüísticamente.

Fémina es una variante cultista e irónica de mujer.

Relatar que se ha perpetrado un femicidio, es intentar significar que se liquida la vida de una mujer; y no es exactamente lo que denota morfológicamente este vocablo.

Femenino es el género que comporta todo lo relacionado a la mujer, y en el asesinato no muere el género, sino que se acaba físicamente con la mujer (Gineco).

Admitir femicidio, como violencia y agresión extrema del deleznable machismo; o femicidio como el   asesinato selectivo de una mujer por razón de su género, equivale a aceptar que se cercena la vida de la hembra; palabra que por   su evolución fonética desde el latín, nos da: femina, fémina, fembra, que queda finalmente hembra (ya castellanizada); pero que no hace distinción semántica de las hembras animales. Por eso acusamos de desconsiderados todos estos actos de habla.

Extendemos nuestra invitación para repensar (reconstruir) un nuevo étimo como Ginecocidio, del griego Gineco (mujer, en su consistencia psico-biológica-social-espiritual) para señalar el recurrente y aborrecible fenómeno que se viene cometiendo contra las mujeres, por razones de su género.

De cualquier forma, no basta buscar otra palabra, no es sólo denominar de otra manera esta práctica maliciosa de abominable machismo; sino evitar, a como dé lugar tales injusticias.

domingo, 18 de noviembre de 2018




              ¿Qué nos espera en la Corte?

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia venezolana de la Lengua

Suficientemente es  sabido  que mediante providencia, de fecha 19 de junio de este año, La Corte Internacional de Justicia (CIJ) convocó, para actos por separados, a las delegaciones o coagentes de Venezuela y Guyana; configuradas ambas naciones como Partes en litigio en la controversia sostenida por la Guayana Esequiba.

Para el día lunes 19 de noviembre de 2018, corresponde comparecer a la representación de la excolonia británica para que exponga, con carácter de ratificación los alegatos de su demanda.

Tal solicitud de interposición de acciones contra nuestro país la conocemos; por cuanto la hemos leído con precisión, analizado y estudiado académicamente; cuyo contenido se resume de la manera siguiente: ellos insistirán en pedirle a la CIJ que confirme la validez legal y efecto vinculante del Laudo Arbitral de París, dictado el 3 de octubre de 1899; documento que siempre ha sido considerado por Venezuela como írrito y nulo; dos adjetivaciones calificativas, adosadas desde sus orígenes.

Guyana volverá a pedir en su Pretensión Procesal que la CIJ ratifique que el citado Laudo constituyó una “liquidación completa, perfecta y definitiva” de todas las cuestiones relacionadas con la determinación fronteriza. En otras palabras, aspiran que el Alto Tribunal de La Haya sentencie como cosa juzgada con base a los hechos que narra en su escrito el gobierno guyanés, interesada y a su conveniencia.

Los gobiernos guyaneses, desde Burnham hasta el actual de Granger, en la obsesiva búsqueda de soberanía sobre los 159.500 Km2, una séptima parte de la extensión geográfica venezolana, que vilmente nos arrebataron, están pidiendo en esta ocasión por ante la CIJ que nuestra Fuerza Armada  se retire  inmediatamente de la mitad oriental de la Isla de Anacoco; así también que Venezuela se abstenga de amenazar o usar la fuerza contra cualquier persona o empresa autorizada por Guyana para participar en actividades económicas o comerciales en la Zona en Reclamación.

En casi todas las conferencias que dictamos en las universidades y otros organismos del país o a través de la Red y los medios de comunicación se nos hace la misma pregunta, ¿Por qué estamos obligados a debatir por ante la Corte Internacional de Justicia?; y la respuesta que ofrecemos resulta invariable: porque exactamente, ha sido esa la estrategia jurídica que ha jugado Guyana. Sus asesores les han recomendado que se mantengan en ese escenario para procurar una sentencia rápida y sin más dilaciones que les favorezca; agréguese allí una “ayudita” de algunos otros entes, caso de la Commonwealth y Caricom.

Ellos nunca han querido   la figura del Buen oficiante para que resuelva este caso con su mediación.  Además se nos informa que continúan incrementándose las sumas dinerarias aportadas por las empresas transnacionales con marcado interés de exploración y explotación de la multiplicidad de recursos que hay en la zona. La compañía Exxon es la encargada de realizar las recaudaciones y entregarlas al gobierno para cancelar los honorarios y “otros gastos” que ocasione este asunto litigioso.

Hasta ahora nadie nos ha explicado las razones por las cuales le estuvimos sacando el cuerpo a la alternativa de Arreglo Jurídico, que contempla el Acuerdo de Ginebra y la Carta de las Naciones Unidas, para dirimir esta controversia de modo pacífico.
Exactamente el 18 de abril del próximo año, le corresponderá a la delegación venezolana presentarse en la CIJ para consignar el memorial de contestación de la citada demanda guyanesa.

Había una cierta incertidumbre y dilema, por parte de la cancillería venezolana, entre invocar la No Comparecencia en el juicio, o decidir por el reconocimiento de la jurisdicción y competencia de la CIJ; figura jurídica, esta última, que recibe la denominación de Forum Prorogatum en el Derecho Internacional Público.

En sentido estrictamente verdadero, no debemos abrigar ningún temor, porque poseemos todos los elementos probatorios: socio-históricos, cartográficos, políticos y jurídicos, los cuales nos avalan, asisten y respaldan satisfactoriamente; y conforman un legajo de documentos importantes para exponerlos cuando corresponda en la Corte Internacional de Justicia.

sábado, 10 de noviembre de 2018




¿Borramos a Darwin de la escuela?

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua.

Admitamos, de entrada, que la Educación (si prefiere llamarlo, acto o hecho educativo), aunque se reconoce como un proceso multifactorial; sin embargo, queda sustentada en tres componentes esenciales que se imbrican (conectan) y se vuelven inseparables.

Analicemos por partes: primero, tal vez los que la gente más relaciona con la educación son  los contenidos curriculares ( las materias) que se sistematizan,  se programan  y  se desarrollan a través de ejes temáticos y por  asignaturas en la escolarización. Esa es apenas una vertiente de la complejidad de la educación.

La segunda estructura que sostiene al proceso educativo queda posicionada y afincada en    los inacabables eventos y momentos que facilitan la socialización; que hacen posible las relaciones interpersonales, los compartimientos grupales.

Precisamente, sobre tal  aspecto deseamos destacar que las reuniones sociales, encuentros  de cualquier tipo, las actividades desde  los medios de comunicación, el uso de  las plataformas digitales, la participación en organizaciones políticas o religiosas; en fin, los vínculos y nexos con otras personas cobran singular importancia y refuerzan la educación, en su sentido integral.

El tercer término (sin que tenga antes alguna prelación) se le reserva a la decidida y permanente   incorporación de valores.

Denominado también como componente axiológico. Del griego axios: digno y valioso.
La permanente asimilación de valores facilita el   modelamiento de la personalidad del sujeto en condición de discente, de estudiante. Y diremos, propiamente, que de todo ser humano en cualquier etapa de su vida.

Los factores citados conforman una tríada que anudamos en nuestra existencia, para decidir cómo deseamos formarnos.

Mencionemos, entonces otra vez ese interesante trípode de nuestra educación: contenidos curriculares, procesos de socialización y asimilación de valores.

Quizás haya tenido más repercusión el enunciado “Siembra de valores” con el que se ha venido dando a conocer la importancia de los valores a lo largo de la humanidad.

No obstante, cabe preguntarse: ¿De qué valores estamos hablando, cuando hablamos de valores?

Interesante interrogante que nos hacemos siempre; y que intentamos responder de esta manera: los individuos deben acrisolarse con todos los valores que posibiliten su fortaleza ético-moral, la profundidad religiosa, los discernimientos   lógicos, el engrandecimiento estético. Todos los valores positivos, sin excepciones.

Con este instrumental de valores en su caja de herramientas, el ser humano no necesita ocultar o temer que en las escuelas se discuta la Teoría del Evolucionismo de Darwin, sobre el origen del hombre. La analizará como lo que realmente es: una teoría, que no se impone; se estudia en su verdadero contexto.

En una familia con devoción y fortaleza Cristiana; donde se ha asimilado la Gracia Divina de la Creación humana; reafirmada, también, en el Acto Educativo es muy difícil que alguna teoría, por exótica que se presente, pueda llegar a distorsionar las fortalezas religiosas y morales del individuo.

Con mucho más razón exponemos que la historia familiar actúa, en todo momento, como un aglutinante o vertebrador en la existencia de sus miembros.

Permítanme insistir con esta expresión: en un familia, suficientemente estructurada, prevalece un “orden genealógico recurrente” entre sus individuos que responden a su misma “cepa o serie familiar”. Orden o linealidad apreciable en las actitudes de respeto a las opiniones contrarias. Tolerar, por ejemplo, la Teoría evolucionista de Darwin, la cual no hay porqué excluirla de los planes de estudios. Se discierne como cualquiera otra.

Un individuo con formación y suficiente respeto por el disenso puede escuchar discursos de todo tipo sin llegar a tambalearse, porque hay firmeza en sus valores.

En un individuo con valores acendrados desde su familia son apreciables sus predisposiciones, sus sensibilidades e intencionalidades en cada acto.


jueves, 8 de noviembre de 2018




                     Análisis crítico del discurso

Tal es el nombre del seminario doctoral que dictará el Dr. Abraham Gómez, a los cursantes de postgrado de La universidad Nacional Experimental Libertador, en esta ciudad.

“Nuestra insistencia discursiva – señala Gómez-- es la que hemos venido explicando en cada una de las jornadas académicas, a donde nos han invitado; lo digo así: para aprender hay que emocionar al cerebro; por cuanto para ir desde la educación que tenemos hacia   la educación que queremos es obligante que haya   una fundamentación    esencialmente humana.

 Lo voy a explicitar con más énfasis, aun: que nuestra educación deje de ser una educación de sobrevivencia; así como quien se conforma con cualquier cosa, para salir del paso. La educación que deseamos debe transformarse en una educación de eficiencia, que coadyuve a la solución progresiva de los problemas que vayamos confrontando.; que privilegie la lectura comprensiva y el pensamiento reflexivo, entre muchas otras áreas de incumbencia.”

Lo anterior forma parte del contenido programático de la mencionada actividad educativa que se llevará a efecto, a partir del 16 de este mes, para los cursantes regulares, que ya se encuentran en la última etapa de sus estudios de postgrados en la UPEL-Tucupita.

Nos adelanta el Dr. Gómez que ha seleccionado varios ejes temáticos, para desarrollarlos de manera teórico-prácticos; cuya motivación transversal siempre será hacer, con varios textos previamente seleccionados, lecturas e interpretaciones críticas.

 Expone Gómez, intentaremos develar, entre todos: “A qué nivel se construyen los discursos; también conoceremos, cuál es la matriz epistémica que nutre al autor de ese escrito; es decir, su trasfondo ideológico, cultural, social, estético, vivencial. Descubriremos, cuál es la posible dimensión epistemológica que sostiene al discurso analizado y cuál es aporte social o praxis de legitimación”.

“Lo que pasa – nos detalla el Prof. Abraham Gómez—es que estamos acostumbrados a reconocer como discursos, únicamente los que emanan del ámbito político-partidista. Sin embargo, prestemos atención a lo siguiente: conceptualmente, un discurso es una actividad, generada lingüísticamente, compuesto por textos hablados o escritos, con suficiente lógica y que tiene una intencionalidad marcada. Así entonces, conseguimos que en todas las esferas de la vida humana se producen discursos: en el espacio militar, literario, político, médico, pedagógico, estético, ingenieril etc.  Cada campo posee sus propias especificidades discursivas”

Informa por adelantado, el Dr. Gómez, que los cursantes harán interesantes trabajos de campo, que se denomina, para estos efectos académicos: “pesquisas discursivas en contextos proxémicos”.

Es decir, expone Gómez “los cursantes tendrán la ocasión de analizar la manera cómo se construyen y desarrollan los discursos en las colas de los bancos y supermercados, en un organismo público; en un barrio,   en los puestos de loterías, en el mercado municipal; ese material recabado constituirá bastante insumo para nuestros análisis discursivos, en sentido crítico”

Para concluir el seminario – Dice Gómez -- los cursantes construirán una matriz bidimensional de la Educación en base a documentos y teorías que han sido estudiadas en distintas épocas, lugares y circunstancias, acaecidos para muchos autores, y  los aportes propios de los doctorandos”. Finalizó.


domingo, 4 de noviembre de 2018




“Descubrimiento de América” por Serendipia
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia venezolana de la Lengua

La comunidad universitaria continúa admirando las cualidades intelectuales de Rigoberto Lanz: insigne epistemólogo venezolano, de cuyo elogiable texto “Las palabras no son neutras” nos nutrimos, para intentar darle forma y contenido a nuestra modesta reflexión.

Hay bastantes opiniones, de quienes  hemos compartido ámbitos académicos, coincidentes en señalar que  las dos mayores virtudes que cultivó el maestro Lanz a lo largo de su existencia, son las que nos permitimos describir de seguidas: sabía  admitir con respeto las opiniones que provenían en sentido contrario; al tiempo que procuraba pesquisar una arista provechosa de cada palabra antagónica proferida, para hacer brotar después, desde su proverbial e iluminada intuición una síntesis superadora de ideas.

Tenía una grácil manera de “construir en caliente”; pensar sobre la marcha elementos discursivos para reforzar lo que deseaba decir, con demoledora elegancia. Por ejemplo, si se nos ocurría, por algún desliz, mencionar “porque en el descubrimiento de América”; inmediatamente ripostaba: “¿descubrimiento?, yo te aviso. ¿Quién descubrió a quién? “.

Tenía absoluta razón, por cuanto, por muy distraído que alguien se encuentre, al momento de escoger una frase o vocablo para dar cuenta de lo que quiere expresar, subyace una marcada intencionalidad, buscando que surta un efecto. Para que cause emocionalidad, o reinstalar, con interés sibilino, hechos de dominación.

Resulta oportuno que revisitemos   también la interesante tríada: locutivo, ilocutivo y perlocutivo que constituyó el denso y reconocido trabajo teórico, de los actos de habla, del semiólogo británico J. Austin; desde cuyo enunciado, esencialmente, ya uno devela hacia dónde conduce, cuando pregunta: “cómo hacer cosas con las palabras”.
Seguramente, Austin y seguidores, estaban conscientes que las palabras poseen en sí mismas cargas axiológicas y pedazos de historias acumuladas, que al emplearlas en textos hablados o escritos afloran e irrumpen con fuerzas.

Escojamos, a manera de ejemplo, el término serendipia, que nos resulta curioso, por lo inusual. A veces la serendipia pasa desapercibida; sin embargo, en incontables ocasiones nos deslumbran sus develamientos.

Una serendipia viene a ser un hallazgo maravilloso o desafortunado, pero ambos son productos del azar. Digámoslo así: usted no lleva la intención de encontrar algo, y por pura casualidad o accidentalmente lo consigue.

 ¿La vida de Colón fue toda una serendipia? 

Inclusive, hay relatos, que dejan a uno perplejo, de un quinto (y enrevesado) "viaje" del almirante Colón, esta vez de América a España, después de fallecido.

 ¿Cuál es la carga valorativa, histórica; cómo y dónde surge el étimo serendipia?

Hallazgos documentales nos hacen pensar que viene desde muy lejos, y además antiquísimo.
 Serendip era el nombre antiguo de Ceilán (país asiático denominado ahora Sri Lanka). Allí, según el escritor inglés Horace Walpole (quien acuña el término) asume como basamento para su construcción lexicográfica el famoso cuento persa “Los tres príncipes de Serendip”, donde se relata con fascinación las aventuras del trío de sucesores del monarca, quienes poseían extravagantes y extrañas posibilidades adivinatorias con lo cual descubrían cosas inimaginables, algunas por accidente, y otras, en su mayoría, por sagacidad.

Así quedó entonces admitida la palabra serendipia, para la posteridad, y todo lo que ella deja para la imaginación.

Una palabra originaria nuestra similar, un venezolanismo, sería “chiripa”.

 En los hallazgos científicos hay mucha serendipia de por medio. El principio de Arquímedes, La penicilina, la viagra, los rayos X, las papas fritas, el microondas.

Sí, inventos interesantes, coincidenciales, accidentales e inesperados.

Nos preguntamos, casi que con ingenuidad: ¿Acaso el “Descubrimiento de América” no se dio por casualidad, una serendipia, o por   pura “chiripa”?