miércoles, 5 de diciembre de 2018




¿Por qué golpean a nuestras universidades?
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua


Si desde hace bastantes años hemos escogido el ámbito universitario para nuestro desempeño laboral, por vocación y convicción, es porque siempre ha significado un inmenso orgullo convivir en estas “casas que vencen las sombras”.

Nuestra devoción hacia las instituciones de Educación Superior se incrementa cada vez que la Universidad, como espacio humano, se ve en aprietos, amenazas o serios atascos; y nos enorgullece que desde ella misma afloran satisfactorias soluciones.

Cada quien tiene sus propios testimonios de las implacables ocasiones en que la Academia Universitaria, y todo cuanto comporta, ha sido vilipendiada y sometida a condiciones ominosas para intentar ponerla de rodillas.

 A los regímenes totalitarios les incomodan las zonas donde se respire absoluta pluralidad, donde haya un disenso fértil.

A los detentadores de los gobiernos de talante militarista les causa escozor cuando la gente, los docentes en los espacios universitarios piensa con cabeza propia.

A quienes se hacen militantes de regímenes de opresión, persecución y atrocidades les molesta la pluralidad de ideas y posiciones.

Algunas personas cuando padecen de   indigencia mental ven en cada Docente Universitario un acérrimo enemigo; a alguien a quien hay que combatir; y si no pueden hacerlo doblegar o renegar de sus ideas y principios, lo golpean por sus medios de subsistencia.

Lo padecimientos y demás brutalidades afines perpetradas contra los profesores universitarios han sido calamidades de vieja data.   Esta específica “gestión de gobierno” adquiere modalidades y circunstancias peculiares; con lo cual ya alcanza nefasta distinción en la manera de hacerse atroz contra nuestras universidades.

El presente régimen en Venezuela acaba de demostrar su talante autocrático con la imposición de tablas de salarios y sueldos de miserableza a docentes, administrativos y obreros de las universidades autónomas, experimentales y territoriales sin haberlas discutido con ningún sector gremial representativo. Mucho menos con las respectivas autoridades universitarias.

La pretensión del régimen es ir sometiendo por hambre y   acallando por necesidades de subsistencia a las voces libertarias que claman desde nuestras universidades por un nuevo modelo socio político en Venezuela.

Nos golpean por pensar distinto y antagonizar las calamidades provocadas por sus ineptitudes.

La comunidad académica ha asumido a conciencia el cumplimiento de sus altas funciones de producción de conocimientos y de formación de profesionales de las nuevas generaciones.

Tal vez con la develada intención de arrodillar al personal de las universidades, a través de la precariedad de sueldos y salarios, desean cercenar La autonomía universitaria, la cual es condición indispensable para el desarrollo del Pensamiento Crítico.
El espíritu esencial de nuestra Universidad es seguir diciendo lo que haya que decir sin ataduras: expresar en alta voz lo que nos dicte la  conciencia.


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