Guayana Esequiba: ¿ingenuidad
o entreguismo?
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
Ya resulta un descomunal descaro en
el que viene incurriendo Guyana, al entregar, sin limitaciones, concesiones de
todo tipo, a diestra y siniestra en la Zona en Reclamación, cuya controversia,
en estos momentos, se dirime por ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
No tienen recatos ni disimulos en su voracidad.
La excolonia británica se ha aliado
en intereses plenos con bastantes empresas transnacionales para la exploración,
explotación y comercialización de las riquezas de la región esequibana, que
ellos se han auto adjudicado.
No dudamos en calificar tales entregas
de: irrespetuosas del contenido y alcance del Acuerdo de Ginebra de 1966; de inconsultas
hacia la Parte con la que se sostiene un litigio y displicentes con lo cual el
gobierno de Granger pone de manifiesto su arrogancia y presunta seguridad de que
saldrán favorecidos mediante una próxima sentencia de la CIJ.
Hay un enjambre de empresas operando,
bajo la coordinación de la Exxon-mobil, la cual gira las instrucciones a la
Shell holandesa, a la CGX estadounidense, a la Anadarko canadiense, a la CNOON
china; en fin, se conoce que superan las 52 compañías que allí se instalaron; procedentes
de muchos países, que se dicen amigos de Venezuela.
Están aprovechando, como mejor les plazca, los
recursos madereros, acuíferos, mineros, petrolíferos y energéticos en general
en nuestra Guayana Esequiba; no únicamente en el área territorial de los 159.500
km2 que nos arrebataron; sino además han permisado a grandes consorcios para
que operen en el espacio marítimo que genera la Zona en Reclamación: la costa
atlántica propiamente, nuestro Mar
territorial, Zona Contigua y Zona Económica Exclusiva; dentro de las 200 millas
náuticas que genera nuestra plataforma continental: desde las bocas del Río
Esequibo hasta Punta Playa, en el estado Delta Amacuro.
Nos preguntamos, con inmensa
preocupación venezolanista: qué tratativa rara u oscura habrá entre ambos gobiernos,
para que no se produzca desde nuestra
cancillería un serio pronunciamiento, que conteste y denuncie el ardid de
esquilmación de nuestros recursos, que
se viene cometiendo, inclusive en la
proyección marítima de nuestra soberanía.
Al no generarse aunque sea una nota
de protesta por parte de la cancillería venezolana, uno llega a pensar que
prácticamente hay un consentimiento tácito. ¿ Entreguismo?
Y lo más grave, a nuestro modo de ver
es que para el 18 de abril del venidero año, debe la delegación diplomática de Venezuela
asistir a la CIJ a consignar un memorial de contestación de la demanda incoada
por Guyana.
En todo caso, dejamos sentado lo que
siempre hemos planteado en distintos escenarios, en el sentido de que los
silencios cómplices se pagan caro en el Derecho Internacional Público. Las
facturas por aquiescencias o permisividades de un Estado-Parte pesan en un
juicio de tal naturaleza.
Los Esequibanos, es decir los nacidos
en la región que Venezuela reclama porque siempre ha sido nuestra, y los
Esequibistas quienes nos hemos documentado y dedicado bastantes años al estudio
formal y académico, de manera prolija, a este álgido asunto de interés nacional
seguiremos defendiendo por honor y justicia en las distintas instancias
nacionales e internacionales lo que a nuestra Nación corresponde.
Destacamos también la lucha
incansable e indetenible por parte de elogiosas entidades no gubernamentales
que se han dedicado con suprema dignidad, absolutamente, a esta reclamación
centenaria.
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