lunes, 28 de junio de 2021

 

                 Pujadores del actual ideario calamitoso

Dr. Abraham Gómez R.

Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

 

Con toda seguridad, la presente situación de crisis multisistémica que estamos padeciendo pronto quedará para los análisis de enjundiosos estudios de socio patologías. El enjambre de asuntos impensables y de extravagantes decisiones del régimen –que ya no causan la menor sorpresa-- formarán parte de una cantera de cosas abominables, que nunca más deberán repetirse en la vida política y democrática de   Venezuela.

 

 Hay plena coincidencia entre el crítico más osado --que afila con agudeza los juicios--, y quien anda por ahí nada más que mirando pasar las cosas; entre ambos tejen una común conclusión: el desbarajuste ideológico de esto que ellos llaman Proceso; el descalabro de la república, con riesgos marcados de volvernos un Estado fallido y forajido.

Por si fuera poco, al dantesco cuadro descrito en el párrafo anterior; añádase allí, elementos que causan sufrimientos en la población de todos los colores, que son aplastantes.

Según la econometría estudiada, las cifras que hoy exhibimos son elocuentes y desgarradoras.

He tenido la precaución de   apoyarme en los datos suministrados por los especialistas, para referir, objetivamente en esta parte, lo que estamos atravesando.

Después de una contracción de más del 80 por ciento, en siete años, diría que la economía venezolana está en el foso. Habría que hacer una evaluación de los sobrevivientes y de cómo operar, después de una contracción de esa magnitud. No creo que la economía siga cayendo, pero la recuperación va a ser extremadamente lenta.” (Asdrúbal Oliveros. Entrevista del 27-06-21)

En el citado trabajo periodístico, de extraordinaria aceptación en varios medios y en las RR.SS, el elogiado economista venezolano, complementó de la siguiente manera: “Cualquier país, después de una contracción como la que ha tenido Venezuela, que es la peor después de la Guerra Federal, y la peor de América Latina en los últimos 50 años, es imposible que se pueda recuperar por sus propios medios. No los tiene, no los tienen ni los ciudadanos, ni las empresas, ni el Estado. Al finalizar va a necesitar una profunda cooperación internacional por distintas vías -organismos multilaterales, gobiernos, instituciones, un marco legal que atraiga inversión extranjera-, pero nada de eso va a ser posible si no se resuelve el tema político…”

 Lo expuesto, con base científica allí, resulta espeluznante para el futuro de la Nación y de las generaciones venideras.

Es que, además, el presente régimen que secuestró la vida del país no encuentra sustentación ideológica que le sirva de piso.

Los teoricistas del régimen, en el afán de acomodarle algo de soporte doctrinario a la asfixiante situación, ya han agotado las banderías de ideas socio-políticas.

Hoy acuñan un pensamiento, mañana dicen lo contrario.

Ustedes recuerdan que al inicio ningunos recatos tuvieron para hacer aparecer como digerible, en las primeras de cambio, un híbrido entre Marx y Bolívar.

El mundo entero tiene pleno conocimiento del desprecio que sentía el autor y divulgador del Materialismo Histórico por nuestro Libertador.

Una prueba de lo aquí afirmado está contenida en la carta fechada el 14 de febrero de 1858 dirigida por Marx a su carnal y financista Engels.

Para entender la ruindad de Marx, basta sólo esta perla: “me hubiera pasado de la raya si presento a Bolívar como un Napoleón I. Bolívar es el verdadero Soulouque. Es un canalla, cobarde, Brutal y miserable que mandó a fusilar a Piar bajo las falsas imputaciones de haber conspirado contra los blancos, atentado contra su vida y aspirado al poder supremo…”.

Cómo le echaron imaginación los pensadores de la izquierda tarifada para hacer creíble tal betumen ideológico.

Rebuscaron bastante argumentación por todas partes para que al final se vieran las costuras de un tejido que la realidad nuestra se encargó de desbaratar. Bolívar, el Padre Libertador, no admite remiendos. Bolívar no acepta ligazón con Marx.

Al quedar descubierta la patraña, volcaron sus miradas hacia Mariátegui, autodenominado el “amauta”. Pero el peruano, sacado de emergente, está demasiado impregnado de etnicidad. Desde sus adentros rechaza cualquier réplica a su modo de pensar no queremos que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida con nuestra realidad, en nuestro propio lenguaje al socialismo indo americano…”.

Así pues, que la iconografía que pretendieron pergeñar, sustentada en una doctrina para la calamidad que estamos padeciendo, se les acortó. Los márgenes de maniobra se resquebrajaron.

¿Qué va quedando por ahí? ¡Se preguntan en plan de corifeos…! ¡El Che Guevara...! Responden, al tiempo que dilucidan: ¡cuidado ¡El Che resulta demasiado poroso para el pensamiento plural y de dignidad de los seres humanos! Por eso lo desecharon rápidamente.

Ellos están conscientes que han causado la destrucción del País en lo moral, ideológico, social, político y económico. Arruinaron al Estado como proveedor de bienes y servicios públicos. La historia jamás va a perdonar tanto daño perpetrados.

Ese es un elemento muy importante que no hemos internalizado del todo.

Acabaron con las competencias y funciones exclusivas y concurrentes de aquel Estado todopoderoso, que era rico, que ordenaba todo, hoy no existe.

Ya el mundo entero lo sabe que, desde el punto de vista financiero, nos están dejando un Estado colapsado.

Eso, por supuesto, implicará que en lo sucesivo cambie la dinámica de relaciones entre el Estado y el sector privado.

En el proceso de reinstitucionalización del país, con su democracia y libertad operando en todos los sentidos habrá cabida plena para el sector privado; de lo contrario, la situación se haría más inviable de lo que ya es. Es obligante hacerlo, incluso, por supervivencia política.

Otro elemento, que desglosan nuestros economistas, apunta hacia el impacto que siempre tuvo la actividad petrolera en la economía no petrolera, hoy vergonzosamente tampoco existe.

Todos supimos que la actividad petrolera marcaba la dinámica en Venezuela, tanto de los ciudadanos como de las empresas.

Estamos comprometidos por el bienestar de nuestra patria venezolana a recomponerla.

jueves, 24 de junio de 2021

   "La unidad que pregono trasciende a los partidos políticos"

Cada vez está más cerca el momento de conocer quién será el candidato de la oposición, para la gobernación del estado Delta Amacuro.

 A decir de la Alianza, al parecer ellos aquí se van a limitar a  armar una maqueta, con los que esta estructura de coalición de partidos considera que deben encabezar; pero que sin embargo, la última palabra la tendrá Caracas; es decir,   una especie de filtro que operará en el nivel central, que dará la "santa palabra".

 El Dr. Abraham Gómez, a quien el Delta le  reconoce sus méritos académicos, profesionales, su proyección nacional e internacional por la defensa de la Guayana Esequiba; así también su experiencia en el desempeño de varios cargos en la administración pública, ha presentado su nombre, como aspirante a la gobernación. 

En la ocasión cuando nos recibió, amablemente, en su residencia, aprovechó para enfatizar: " cuando he sostenido en todas partes, que el candidato de la oposición tiene que ser de unidad, estoy consciente que para triunfar en el venidero proceso electoral debemos mantenernos cohesionados todos los sectores de la vida activa de nuestro Delta. Posibilidad que va mucho más allá de las organizaciones partidistas; por cuanto, así lo he venido escuchando y prestando la debida atención en  todas partes. Unidad quiere la gente para motivarse a votar; y así, ciertamente se va a cumplir".

Le preguntamos que, si llegara a resultar ganador en la contienda interna y en la votaciones del 21 de noviembre, aplicaría esa misma unidad, que ahora invoca, para desarrollar su Plan de Gobierno.

 No dudó en ningún momento para darnos una explicación, y respondió decidida y categóricamente: " Para la recuperación y rescate -- en la primera etapa del gobierno y los tres años siguientes -- nos vamos a necesitar todos; sin mezquindades, sin trazar diferencias, sin hacer las odiosas exclusiones por cuestiones ideológicas, sociales, raciales, económicas. Deseo que quede claro; porque de este modo lo he dicho en todas mis intervenciones. Todos vamos a participar; sin importarnos de qué lado de la acera estuvo ayer. Sabes porqué, por que nuestro Delta merece la incorporación de su gente, de manera amplia y generosa, en todo cuanto se emprenda para engrandecer, y hacer progresar nuestra región. Que se imponga la meritocracia y no el color que separa".

Permita que le haga una pregunta que viene muy a propósito de lo que nos acaba de exponer. Trabajaría, por ejemplo, con los chavistas?

 " Si, porque también son deltanos, que merecen que se les valore y dignifique. Entre los chavistas hay gente que me ha dicho que quieren trabajar sin persecuciones ni presiones. La única condición es que deseen colocar su esfuerzo, talento y voluntad para recuperar y habilitar los procesos de desarrollo. Chavistas de buena fe y todo ciudadano de  nuestro Delta, tendrá las mismas posibilidades de trabajar. Aquí cabemos todos. Ya basta de apartar y marginar a la gente porque no coincide con nuestras consignas o colores. Que quede clarito, en nuestra gestión participarán todos: profesionales, técnicos, obreros, personal asistencial, administrativo etc. Será una hermosa demostración de que la unidad -- para todos--funcionará en una doble dirección"

Nos ha dicho que está esperando que la Alianza concluya su trabajo de oficialización de las candidaturas para exponer, ampliamente su Plan de Gobierno, para los cuatro años que le correspondería; y que también, le escuchamos decir, que su gestión será solo de cuatro años ( cuatrienio); para darle , luego, paso a otras personas, en lo que se denomina la alternancia en el poder.









sábado, 19 de junio de 2021

 Guayana Esequiba: reivindiquemos también su geografía humana

Dr. Abraham Gómez R.

Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Miembro de la Fundación Venezuela Esequiba

Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela ( IDEFV)

La distribución e interrelación de los esequibanos que ocupan ciudades, pueblos y caseríos, con su propias y muy diversas  manifestaciones  y culturas en la disputada superficie terrestre; así también,  el modo específico ( y en sus distintas variantes) como   estos compatriotas  interactúan con su medio ambiente. Añadamos además, la  manera  en que organizan sus sistemas políticos, económicos y sociales como parte de su ubicación geográfica. Todo  un  complejo  e interesante desafío para lograr imbricarlos con el resto del país, luego de la decisión sentencial de la Corte Internacional de Justicia, a partir de marzo del 2023.
Sigamos mirando con atención, este asunto: todos los señalados aspectos --en el párrafo anterior--  deben constituir densa preocupación permanentemente de los Esequibistas; digamos,  de quienes hemos venido --desde hace bastantes años-- estudiando el álgido caso del vil despojo que se nos perpetró y procurando las vías expeditas para su solución, más allá de las decisiones oficiales.
Los casi (300.000) habitantes que pueblan los 159.500km2; extensión territorial  que siempre ha sido nuestra; tal conjunto debe despertar el  interés y  fijar la  preocupación de quienes ejecutan Políticas Públicas, por parte del Estado venezolano; con la finalidad de corresponderles, en su justa medida y como se merecen,  en todas las áreas que sean  pertinentes a su subsistencia;  con la intención de incorporarlos, de manera progresiva, a nuestras valoraciones venezolanistas.
Cuando analizamos la Constitución de la República Cooperativa de Guyana de 1980, nos conseguimos con la auto asignación y la distribución territorial que ellos han establecido, precisamente en la Guayana Esequiba, en flagrante violación del Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966. Por cierto, tarea constitucional  que habrá que recomponer una vez recuperada la Guayana Esequiba.

En atención con lo señalado arriba, hace ya algunos años el gobierno guyanés delimitó, arbitrariamente,  la Zona en Reclamación; y entonces nos conseguimos  con  las siguientes asignaciones político-administrativas por regiones: (1) Guainía-Baruma;  (2) Poomeron-Supenam; (7) Cuyuní-Mazaruni; (8) Potaro-Siparuni;  (9) AltoTúkutu- Alto Esequibo.

En cada una de estas regiones eligen un gobernador; y allí hay asentado un  considerable número de habitantes   de varios tipos y clases sociales, un mestizaje hermoso; cuyo registro censal incluye a las etnias Waiwai, Makushi, Arawaks, Akawayos, Waraos, Saraos, Patamonas, Caribes y Wapashi.

Prestemos atención a lo que, sigilosa y estratégicamente, han venido haciendo, para sus propios provechos, todos los gobiernos guyaneses; desde Forbes Burnham hasta el actual  Irfaan Ali, con el respaldo financiero del enjambre de empresas transnacionales que esquilman nuestros recursos.

Ellos han reforzado la infraestructura de escuelas, hospitales, hoteles, balnearios, medios de comunicación audiovisuales, vías carreteras, pistas de aterrizajes, puestos militares, equipamiento de patrullas artilladas etc. Además, sensibilizan a niños y jóvenes, con carácter recurrente, en   procesos de ideologización e identidad hacia esa nación; para que asimilen a Guyana como su patria, de manera forzada y artificialmente.

La inocultable intención, que tal vez miden en perspectiva, sería la invocación de la famosa Cláusula de Prescripción; para pretender  transformar actos de hecho ( la ocupación en la que han incurrido desde  siempre), en sentencias de derecho ( posesión legítima); con lo cual   insistirán, con carácter  ratificatorio para que la Corte   produzca una decisión jurídica tomando en cuenta el principio  la libre determinación de los pueblos.

Siempre nos ha parecido que caen en una seria contradicción quienes se dicen defensores de  la Guayana Esequiba; sin embargo, nunca hablan de la considerable población que ocupa ese territorio, que nos fue arrebatado, vilmente, hace ya más de cien años, y que ya es objeto de  discernimiento por ante la Corte Internacional de Justicia.

Al recuperar la Guayana Esequiba, nos corresponderá, obligantemente, enlazarnos con todos esos grupos humanos  como compatriotas.

El Estado venezolano debe ofrecer un trato más igualitario y decoroso a los Esequibanos que viven en Tucupita, San Félix, Ciudad Bolívar, Tumeremo, El Callao etc.

Reiteramos una denuncia, por todos ya conocida, nos referimos a la negativa del Estado Venezolano a la cedulación de los Esequibanos. 
Ha habido algunos asomos en tal sentido sin concretarse nada. Pura retórica y nada más. 
Resulta triste tener que reconocer que mientras reclamamos la Guayana Esequiba; por otra parte, a los compatriotas que proceden de esa zona los ignoramos y negamos sus derechos.

Por propia experiencia  local, y  basado en los recorridos que hemos hecho a la zona,  puedo mencionar que los Esequibanos que viven, entre nosotros en varias ciudades venezolanas, aún conservan algunas tradiciones religiosas, de etnomedicina, prácticas  innovadoras en cuanto al cultivo de la tierra y  de producción piscícola, creatividad en procesos de manufacturas, actividades gastronómicas, metodologías educativas, técnicas productivas en general.

Hagámonos esta pregunta:  acaso no podemos nosotros aprovechar esos conocimientos; al tiempo que, en tal dialógica de saberes, los compatriotas Esequibanos recibirían las necesarias asistencias que refuercen el carácter identitario de la venezolanidad; con la intención de  que repliquen tales eventos hacia sus familiares, que aún viven en la Guayana Esequiba.

martes, 15 de junio de 2021

 

 América Latina en el pensamiento y discurso de Rigoberto Lanz

Dr. Abraham Gómez R.

Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

 

En la medida en que uno va leyendo y releyendo a nuestro ilustre profesor universitario, se le van construyendo a sus escritos nuevas imágenes; al tiempo que renacen derivas de tan densas ideas; las cuales se vuelven desafíos para estructurar -por la vía del libre albedrío- categorías para aproximar una elucidación de lo que había quedado, en nuestras refriegas académicas, a un costado del camino.

 

Rigoberto se atrincheró de un pensamiento apropiado para la resistencia intelectual, en estos tiempos de descalabros de pisos sólidos y valores inaugurados por el proyecto de la Modernidad ilustrada.

Todos los textos que nos legó, a partir de su cantera imaginativa, comportan claves narrativas, apertrechadas de muchos significados intentando mostrar datos de vida dentro de disímiles contextos, la mayoría de las veces expresados de forma crítica y violenta.

Leamos esta cita: “La mescolanza entre gestión gubernamental y funcionamiento del Estado (por ejemplo, en el campo de la salud, el transporte, las comunicaciones, la seguridad, la banca o la educación) genera una terrible opacidad que es fuente de arbitrariedad, corrupción e ineficiencia. En la medida en que no existe el Estado (o existe en precarias condiciones) el gobierno es todo, ocupa todos los espacios, es ejecutor y árbitro. De este modo la sociedad está a merced de una parcialidad (cualquiera sea su signo) y todo termina dependiendo de los azares y casuísticas de las decisiones climáticas: aquellas que se inspiran rigurosamente, para donde sople el viento…”

 

Nuestro ilustre epistemólogo apelaba a estrategias discursivas que fracturaban los tradicionales esquemas.

Él mismo se dejaba pensar con imágenes diferentes a la literatura cotidiana. Concitaba la construcción de mundos y “posibilidades absurdas”; a extraer argumentos y buscar en su piélago de ideas los conectores discursivos que generalmente permanecían ocultos o en suspenso. Tal modo redaccional no era desprevenido o ingenuo, llevaba de suyo un “telos” (intención) de quien había hecho de la filología su norma y de la hermenéutica su campus (Nietzsche, dixit).

Con apenas un breve y fugaz párrafo, a quienes le seguíamos, nos encaminaba por la abundancia de sinuosidades; nos alentaba a enfrentar los fragmentos, que de entrada resultaban inextricables para no pocos; y que luego de demoradas lecturas, entonces si nos era posible apreciar líneas quebradas y curvas, llenas de ricas e infinitas frases exclamativas:

Quienes le profesamos aún una inmarcesible admiración, y continuamos revisitando su obra-pensamiento somos contestes que no daba ni pedía cuartel a la hora de saberse aprovechador de las ocasiones para exponer sus ideas.

En todo él había una ebullición de reflexiones que lo llevaban a alzar el brazo izquierdo y con la mano del mismo lado a pergeñar en sigilo una noción fenoménica; al tiempo que estaba pronunciando una elogiable textura categorial. Cada discurso académico era un espectáculo. Tenía una natural imantación para la audiencia.

Prefería ubicarse en el plano de la contestación sin demoras. No daba concesiones obsequiosas a alguna fórmula teórica que aspirara la legitimación epistemológica.

De qué ciencias sociales podemos hablar hoy, cuestionaba, si éstas no han podido o han dejado de responder agudas y puntuales preguntas.

Enarbolaba “el descentramiento del sujeto”. En reiteradas ocasiones hizo gala de su exquisito verbo para señalar que: pensar al Sujeto, como proyecto redentor, con suficiente carga axiológica, poseedor de elementos omnímodos, incuestionables de una única verdad, ya era un obstáculo epistemológico para conocerlo y, lo mismo para interpretarlo de manera diversa en el discurso posmoderno. Hacía un discurso para perturbar a las mentes resignadas.

 

Nos hizo bastante énfasis de que nos enfrentamos a una situación interesante en América latina. Estamos en un mundo de grandes discursos, de elucubraciones que no llegan a retroalimentar lo que en verdad debería importarnos a partir de la pregunta acerca de cómo se está construyendo el conocimiento en esta parte socio histórica de nuestro continente; que nos permita ver realidades diferentes a aquellas que impone el discurso hegemónico.

¿Existe la necesidad de conocer a América Latina o la necesidad de pensar a América Latina...?

No son pocos quienes aducen que lo que hay en América Latina, sin duda alguna es erudición, información, investigación, pero esto no garantiza la respuesta afirmativa a la pregunta de si en América Latina se piensa.

Rigoberto nos recordaba como anécdota lo que siempre señalaba Carlos Fuentes hace ya algunos años, de que si acaso emergía filosofía en América Latina no sería precisamente a partir de los filósofos sino por voluntad de los literatos. Una exageración del mexicano, podría ser.

Ciertamente, cuánto pensamiento hay en nuestra literatura, cuánto pensamiento en nuestro lenguaje simbólico; pero que, si confrontamos con el ámbito de las ciencias sociales, vemos que no hay una relación; dicho de otra manera, no existe un enriquecimiento recíproco.

El mundo intelectual latinoamericano vive de su discurso, que muy poca relación guarda con la problemática del día a día.

 Nos nutrimos desde una perspectiva discursiva que se ontologiza (se hace cosa), en la medida que pretende ser el único modo de dar cuenta de la historia. Por qué dejamos de pensar todo cuanto nos toca la piel cultural. Parece que lo que nos acontece, como porción de civilización latinoamericana no fuera con nosotros.

La reflexión epistémica en América Latina no puede dejar de ser una toma de conciencia de cómo fue construido el conocimiento; de forma que permita entender por qué ciertas posibilidades de construcciones sociales no se dieron, ya que las ciencias sociales tienen sus responsabilidades en los procesos.

¿Pensamos en América Latina desde las exigencias económicas, políticas, sociales y culturales?

Rigoberto siempre dio por afirmativa la anterior interrogante. Veamos.

 

“Es clarísimo que los procesos sociopolíticos que se están animando en Latinoamérica tienen todos en común una suerte de voluntarismo político afincado en el drama de poblaciones depauperadas por la voracidad de nuestras “lumpen-burguesías ...Los giros progresistas que se observan en estos tiempos tienen esa raíz común: oleadas populares que viene al desquite de siglos de explotación y miseria sin esperanza alguna de salir de abajo. Nadie va a estar con remilgos ideológicos ni epistemológicos si de lo que se trata es de ganar unas elecciones o echar a algún tirano del poder…”

 

En América Latina requerimos que no sólo los intelectuales piensen. Por cierto, palabra que siempre fue desdeñosa para él. Decía que cuando alguien se auto adjetivaba de intelectual había que colocarlo bajo sospecha.