jueves, 28 de mayo de 2020




Guayana Esequiba: mucho más que una raya en la frontera.
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Mientras que los Estados con quienes hacemos costado fronterizo adelantan audaces políticas para el fortalecimiento de su infraestructura social y de todo tipo, nosotros seguimos exhibiendo, lamentablemente, una muy débil pared demográfica.

Nos consta, luego del recorrido que hicimos por la poligonal fronteriza venezolana, que nos encontramos en condiciones de aislamiento y pobreza; cuya inmediata consecuencia es un marcado desequilibrio geopolítico; casi que sin la menor posibilidad de asegurar geoestrategias. Vale decir: contextualizar los problemas allí confrontados y sus perspectivas de soluciones.

Me atreveré a señalar que pareciera que esos espacios geográficos fronterizos no fueran nuestro; no obstante, llegar a equiparase esa inmensidad de territorio con un sesenta por ciento de la geografía nacional y estar habitado por una quinta parte de la población.

Históricamente, las sensibilidades y padecimientos en nuestras regiones colindantes y sus asuntos álgidos no constituyen agenda prioritaria para la acción administrativa del Estado venezolano. Sólo hay, de vez en cuando, reacciones torpes y espasmódicas. Se actúa impelido por algún cruento evento circunstancial. Muy pocas o nulas respuestas sistemáticas.

Nos preocupa además el poco interés que nuestra reclamación centenaria por la Guayana Esequiba despierta a lo interno de   la opinión pública nacional. 

El trabajo de concienciación de nuestra parte seguirá, una y muchas veces, incansablemente por todo el país.

Insistimos en reconocer que los nexos vecinales de carácter humano no son ni serán nunca territoriales para que impliquen diferenciaciones sociales.

Nos atrevemos a señalar que la compenetración y solidaridades que fluye  de los constantes intercambios entre  los habitantes de las zonas fronterizas conforman extraordinarios sistemas abiertos de aproximación y complementación de las necesidades humanas;  por lo que a los habitantes de las fronteras  les resulta indiferentes la ubicación geográfica que ocupan ( de un lado o de otro de la raya, que intenta dividirlos),  o las imposiciones jurídicas desde el centralismo. Determinaciones tomadas por funcionarios burócratas, desconocedores en su mayoría de las realidades fronterizas.

Mi invitación, sigue en pie, para que analicemos también este otro elemento, no menos importante: ha habido un uso impropio de los vocablos, límite y frontera, que poseen sus propias connotaciones.

Confundir en las altas esferas del Estado venezolano  los términos límite y frontera, por parte de quienes suponemos conducen la “política fronteriza” ya nos dice el talante de improvisación e ignorancia para arreglos mayores en esta materia.

 Estamos conscientes que no será tarea fácil que el lenguaje cotidiano se ciña a darle a cada categoría el uso adecuado y preciso. Sin embargo, nunca es demasiado tarde para comenzar, para saber de qué hablamos cuando nos referimos al Límite:  ente jurídico, abstracto de origen político, convenido y visualizado en forma lineal; mientras que la Frontera comporta el espacio de anchura variable donde convergen seres humanos con potencial de integración, que crea un modo de vida común, con sentido dinámico y vital.

Hemos estudiado, permanentemente, que los fenómenos fronterizos son realidades jurídicas porque la condición limítrofe así lo impone, ciertamente. Sí, pero se hace obligante considerar y añadir la dimensión humana, socio-económica, cultural, ética, estética, generada a partir de la interactividad que mantienen los habitantes de esos espacios.

 Debemos decirles que la gente que allí convive –nos consta de muchas maneras-- poca o ninguna importancia le da a la línea, a la raya imaginaria que como figura geodésica del Estado intenta separarlos. En los espacios fronterizos --podemos testimoniarlo-- hay otro modo de valorar y vivir. No basta que se diga “si un centímetro de territorio venezolano es la soberanía, una gota de sangre nuestra también lo es”.

No estamos inventado nada si denunciamos que el Estado venezolano, y todo cuanto representa, ha mantenido un comportamiento errático y desacertado en el tratamiento que debe dársele a los asuntos fronterizos.


miércoles, 20 de mayo de 2020




Partonatón: complejidad maravillosa de lo sencillo.

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Hay tantas variables ocultas en el Universo, y correspondientemente en la Creación, que la existencia finita de un ser humano no alcanza para aproximar el más mínimo desciframiento.

Nos hemos atrevido a decir, sin remordimientos, que un ladrillo del paleolítico y un ladrillo en estos tiempos contemporáneos son similares; sin embargo, las construcciones de antes y las de ahora de las cuales forman partes estas piezas de mampostería, ciertamente, no tienen nada en común.

Con idéntica intención, los seres humanos hemos procurado nuestras propias superaciones: ayer balbuceante, con inescrutable lenguaje en la Edad de Piedra, hoy con más o menos la misma cantidad de piedras, pero dándoles otra utilidad.

Tal vez, lo más importante a lo largo de la vida lo constituya la intrínseca e ilimitada posibilidad de desarrollar la estructura mental, dispuesta a aprehender cosas, a ampliar sensibilidades; a conceder posibilidad de sentidos, interpretar, captar fenómenos que luego los transformamos en ideas, se elaboran teorías; y afanosamente las exteriorizamos en pensamientos que, como es bastante sabido, dejan de ser de alguien en particular para asumirse en el dominio colectivo. Los pensamientos no tienen propietarios.

Sí, los pensamientos adquieren la plural condición de su aprovechamiento y la utilización social. Los pensamientos se deslastran de amos o de dueños.; son ricas herencias legadas por científicos, teólogos, filósofos, analistas críticos. Gente ocupada en lo intelectual.

Al respecto, también cabe señalar lo siguiente: nos habíamos acostumbrado a reiterar, en las Academias y en la vida cotidiana, que el mundo era un mecanismo regido por leyes naturales, eternas e inmutables (claves narrativas de la mecánica newtoniana). Tales expresiones ecuacionales determinaban, matemáticamente, que bajo circunstancias idénticas resultaban siempre elementos idénticos; y ante una variación leve el producto cambiaría proporcionalmente en dosis pequeña.

Sin embargo, cada cierto tiempo irrumpe, por impulso providencial quizás, un nuevo Paradigma que persigue complementar, desplazar o transformar las teorías sobre las cuales se habían asentado creencias o explicaciones. Ideas enquistadas y ritualizadas.

Es el caso reconocido por la Comunidad Científica Internacional que, en las últimas décadas, el ilustre astrofísico deltano, Luis Cabareda Fermín ha postulado, con suficiente aceptación, su Tratado de Física Natural, denominado, en síntesis: El Partonatón o Partícula-n.  Conocida y divulgada también, por la Academia de Ciencias de Nueva York de la cual es Miembro, como Teoría de Todo el Universo o de la Gran unificación.

Nuestro científico, cuya portentosa inteligencia lo ha llevado por el mundo entero para dar a conocer que el Partonatón: derivada y constitutiva de la Dinámica del Universo, es una partícula más rápida que la luz, que conjuga y compendia muchos más componentes: cuerpo, materia, antimateria, esencia, substancia, fenómenos, sucesos de Dios, el Universo y la Creación, íntegra y totalmente.

El Partonatón, aunque ha sido relativamente reciente su elaboración teórica, ya tiene asegurada su legitimación y validación por los más calificados y prestigiosos Institutos de investigación científica de varios países; fundamentalmente, porque ofrece respuesta asequible y sencilla a una inmensa inquietud centenaria, que había sido intocable: “nada hay más rápido, o puede viajar a una velocidad que supere a la de la luz”; que se asumió, acríticamente. Que se tuvo más como “paradogma”, que como paradigma. 

El Partonatón permite comprender y aclarar cómo se transmite la instantánea información o la interacción entre partículas; indistintamente de las distancias donde se encuentren.

La Deltanidad celebra orgullosísima que nuestro científico-investigador, ingeniero electricista Luis Cabareda Fermín, entregue al mundo sus ideas, resumidas en la Teoría del Partonatón, en tanto partícula original y esencial, primitiva y primigenia, característica inmanente del Universo, que posee la condición de la ubicuidad y omnipresencia; que deriva del propio Movimiento integérrimo, continuo y permanente del Universo, en todos los sentidos, órdenes, modos y formas.

El Partonatón sintetiza un elogiable encuentro de la Teología, la Ciencia y la Filosofía.



miércoles, 13 de mayo de 2020




  ¿De derecha o de izquierda?: pura babosería
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Hay una marcada corriente que, en los últimos años, ha irrumpido de nuevo ante un inacabable discernimiento dilemático.

La Fundación Sanders acaba de proponer y divulgar la conformación de la Internacional Progresista (“Vino viejo en odre nueva”, diría Nietzsche); es decir, una especie de resucitación de la Internacional Socialista. Cuya filosofía en esencia insiste en dividir   dos planos dicotómicos entre izquierda y derecha. Dos mundos, dos sociedades irreconciliables – por gusto y pensar de sus promotores--.

Cuando ya pensábamos que, en la actualidad, tales discusiones reduccionistas habían quedado clausuradas; porque en estos tiempos es posible sintetizar ambas líneas de pensamientos en un instrumento teórico-práctico superador.

Diremos mucho más al respecto: estábamos conscientes que ubicarse o etiquetar a alguien de   izquierda o de derecha era cosa preterida; porque esas odiosas nomenclaturas habían sido sepultadas por las propias realidades históricas.

La Audacia de los proponentes de la Internacional Progresista (IP) no hacen otra cosa que   retrotraer al pensamiento diverso/plural a una cartografía de disyunción sociopolítica sin justificación aparente.

Desde el año 2018, ya se venía asomando la mencionada entidad de disimulado corte político; aunque no lo termina de asumir plenamente.

Este mes, en un acto que pasó con más penas que gloria, se formalizó el   lanzamiento de la Internacional Progresista el cual contó con personalidades del mundo académico y político e incluso estrellas de Hollywood,  que discutieron acerca de los “posibles caminos para fortalecerse como expresión mundial alternativa”.

Lo que pudimos rescatar de un encendido discurso del economista Voroufakis (referente de la rancia izquierda griega), abrumado por el resentimiento, expuso: “Nuestra generación será recordada por la marcha triunfal de una Internacional que emergió de las cloacas del capitalismo financiero. Luchemos para que sea, Nacionalista; además, recordada por haber dado luz a una movilización que desafió a esta amenaza: depende de la voluntad de los progresistas en EEUU, en la Unión Europea, en Reino Unido y en países como México, India y Sudáfrica, forjar una Internacional Progresista (IP)”.

Acaso hay dudas que el contenido fundamental de la tesis doctrinal de la naciente Internacional Progresista es un refrito de opciones similares, de no muy grata recordación.

Fíjense en este “remozado planteamiento”, donde según los divulgadores de la (IP) :  “Se necesario establecer una plataforma política global  ante el avance de la derecha política más extremista y conservadora, que ha venido exacerbando la explotación de los más pobres y aumentando considerablemente la riqueza de los más ricos, haciéndolos todavía más ricos”.

Llama la atención que esta Internacional Progresista(IP) vendría a surgir de la devaluación política de la otrora muy beligerante Internacional Socialista, la cual, históricamente, acuñó la patente de la filosofía y de los valores de integración social que pregonaba la socialdemocracia clásica.

Estamos seguros, que quienes se agrupan en (IP) no han reparado, en lo más mínimo que el mundo en la actualidad se asienta en una vanguardia multifacética, que no se contiene ni se contenta con una específica mirada. El pensador francés Maffesoli lo llama “el descentramiento del sujeto”.

Da lo mismo narrar desde el centro o aproximar ciertos criterios desde la periferia. Son tantos los sujetos individuales o colectivos que analizan y proponen las situaciones objetivas, que explican con aciertos las posibles vías de liberación.

 Exponer que sólo la izquierda asume los designios liberadores de la humanidad es hablar de modo obtuso; como también será una torpeza mayúscula arrogarse por parte de la derecha la exclusividad de redención.

Hoy han aflorado grupos espontáneos por todas partes que no llevan una particular impronta ideológica, y han tenido el atrevimiento de proponer y hacer cosas: Ecologistas, defensores de los derechos humanos, feministas, impulsores de la ciudadanización, preservadores de la vida de los animales, indigenistas, etnicistas, tecnologicistas; proponentes del decrecimiento sustentable (Latouche y Georgescu-Roegen dixit), como opción de futuro; en fin un gentío incorporado socialmente a aligerar la vida sin que prioricen   ellos una Razón ideológica que les apadrine. Ahí no valen, porque no caben   etiquetas de izquierda o de derecha,

sábado, 9 de mayo de 2020






 “Armas silenciosas para guerras tranquilas”
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Se cumplen cuarenta años de la aparición de un documento, cuyo título es exactamente el mismo que hemos tomado para este artículo. Sin embargo, lo más llamativo de este escrito es su condición de apócrifo, tal vez por lo grueso de su contenido, y del cual nadie quiere hacerse responsable y/o dar cuenta de las propuestas que allí han quedado plasmadas.

Al principio se le atribuía la autoría del texto al afamado pensador y semiólogo estadounidense Noam Chomsky, quien tuvo la oportuna sagacidad de desligarse, y únicamente desliza una tímida cita o alude “con pinzas” lo que allí se dice.

En honor a la verdad son pocos párrafos --- densamente perversos--- cuya marcada intención persiguen causar entrega incondicional de cualquier sociedad, conservadora o posmoderna.

El documento, producto de un trabajo --pensado-- de ingeniería psicosocial; de entrada, hace una serísima advertencia la cual menciona que no develararán “por seguridad” los responsables ni la entidad auspiciante o sitio de procedencia.

Leemos sin mayores detalles, que el escrito proviene del denominado “Grupo de Bildergerg”. Con certeza, no existe concreción al respecto y nada que lo asegure.

El asunto arranca a partir de una pregunta desprevenida en apariencia, y con  el impactante  tono: ¿ pueden las sociedades humanas soportar y resistir el sometimiento ilimitado y progresivo hasta su propio exterminio, sin oponer la menor resistencia?.

El documento aconseja, de manera determinante, a los detentadores o aspirantes del control político la premisa de desarrollar la absoluta capacidad de   tener permanentemente   la mayor cantidad de datos económicos, políticos, sociales, personales, emocionales, físicos, psíquicos; en fin, todo vestigio cuanto le pueda ser útil de la gente o cuerpo social que vaya a someter. Fundamentalmente la información de carácter económico, conectada con la estructura mental. Por cuanto, con tal dupla se hace posible predecir los lapsos y condiciones de rendimiento del adversario. Analizar y escrutar cómo serán los comportamientos de las sociedades a las que “se les vaya apretando la tuerca”.

Dejamos en claro, luego de hurgar en las interioridades del citado documento, que las “armas” a las que mencionamos y referimos no disparan balas; por el contrario, son tan sofisticadas y pensadas con alevosía y maldad, que esas armas percuten “situaciones”. Sí, así como lo está leyendo. En vez de un tanque, pesados cañones, francotiradores apostados en alguna platabanda para precisar los tiros o un fusil supermoderno; esta “guerra” es propulsada desde las computadoras. Por lo tanto, no producen ruidos estridentes que espanten; pero si descalabran, crecientemente, la vida normal, cotidiana y rutinaria de la gente.

Préstele atención a esta espeluznante cita: “hay que mantenerlos como animales que no tienen inteligencia. En consecuencia, el futuro orden mundial, la paz y la tranquilidad, exige llevar a cabo una guerra tranquila contra el público que ha recibido una educación mediocre. No hay que dejarlos pensar; un último objetivo será desplazar la energía social y natural (riqueza) de la masa indisciplinada e irresponsable hacia las manos de algunos suertudos auto disciplinados y responsables”.

El texto, al que hasta ahora no ha sido fácil pesquisarle un autor o entidad patrocinante, expone en otro párrafo esta perla: “hay que controlar las clases inferiores antes de que tengan una oportunidad de hacerse preguntas o cuestionamientos. Es necesario desintegrar la célula familiar de los inferiores, aumentándole la cantidad de preocupaciones; su educación debe ser la más pobre, de manera que la brecha de la ignorancia que aísla las clases inferiores de las clases superiores sea y permanezca incomprensible para las clases inferiores”.

Los enunciados que uno va encontrando le produce mayor enardecimiento; sobre todo cuando piensa que, a lo largo de estas cuatro décadas desde que apareció este material, ha habido regímenes que han venido   practicando casi todo lo que allí teóricamente queda expuesto.

Acaso el enunciado que citamos más abajo, que pretenden darle  talante apodíctico y que hallamos  transversalizado  en el escrito, deja lugar a dudas de la malévola intención de sus propósitos, cruelmente develados. Lea esto: “para ganar el control de lo público, es necesario mantenerlo ignorante, siempre expuestos a situaciones confusas, desorganizados, distraídos; para ello se debe descomprometer sus mentes y espíritus; sabotear sus actividades mentales; proveer programas educativos de baja calidad en matemáticas, lógica, diseño de sistema y economía. Hay que desmotivar su creatividad. Distorsionar su emocionalidad”.

No hay el menor disimulo o recato para sostener que La información que se persiga, con determinación, debe conducir a la dominación y lograr subyugar o “derrotar “los ánimos y voluntad crítica de una sociedad. Instruyen para que ese paquete de datos (información), se vaya obteniendo y encriptando informáticamente para la utilización posterior.

Aleccionan para que se procure que tal información personal se acopie por la vía del consentimiento colectivo (legitimada) por la gente (en tarjetas, fichas, carnés, códigos etc.) y además legalmente obtenida. Que en apariencia se vea que todo se hace bajo el “imperio de la ley”, para evitar los juicios externos sobre los asuntos y tareas de sometimiento y servilismo a los cuales conducen a las sociedades.


sábado, 2 de mayo de 2020




Laudato si: voz premonitoria desoída.

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

En los últimos cien años los Papas han ido acostumbrando a la Iglesia  y a toda la población mundial a escuchar sus mensajes sociales cada cierto tiempo.

La Iglesia se integra a las sociedades para alcanzar soluciones conjuntas a sus muchos problemas; lo han hecho de manera especial, a través de sendos documentos originados en el Vaticano, conocidos con el nombre de Encíclicas; cuyos contenidos van dirigidos Urbe et Orbi (a todas las ciudades y a todo el mundo). Sin embargo, su mayor destinatario lo conforma el cristiano de corazón y práctica.

Permítanme revisar el siguiente dato sociolingüístico: en la antigua Iglesia Cristiana, una “encíclica” era una carta circular enviada a todas las iglesias de una región específica. En ese momento, el término podía utilizarse para referir a una misiva común enviada por cualquier obispo a sus fieles. La palabra proviene del latín "encyclia" y del griego "egkyklios" que significa "envolver en círculo", que es también el origen de la palabra "enciclopedia". 

Regresemos a lo concreto de la Encíclica, como tal,  por la importancia e impronta que fue adquiriendo a lo interno de la Iglesia y su proyección hacia toda la humanidad.

 La Iglesia Católica Romana le confirió suficiente fortaleza a ese vocablo de forma y fondo, en su estructura y significado.

Todas las Encíclicas han sido impactantes en los períodos siguientes a su publicación; repercusión que, en algunos casos, han perdurado varias décadas.

Las Encíclicas, desde la primera con carácter social: la Rerum Novarum del Papa León XIII, en 1891, persiguen la absoluta identidad de la Madre Iglesia con los asuntos que atosigan a los seres humanos, sin ningún tipo de diferenciaciones. Por eso, nos atrevemos a señalar que los citados documentos no se quedan únicamente en lo coyuntural o teórico; por cuanto la Iglesia ha permanecido al lado, en pleno acompañamiento del pueblo sufriente.

Su Santidad Francisco nos entregó, hace ya cinco años, la Encíclica Laudato si (Alabado Seas, Señor); de cuyo hermoso texto se pueden ir coligiendo algunas consideraciones, bastantes pertinentes en estos tiempos.

Digamos que en verdad “Laudato Si”, en las terribles circunstancias que atravesamos en este tramo epocal, sigue siendo un gran regalo para la humanidad, aunque desoído y su contenido inaplicado en muchas naciones del mundo. ¿Por eso será que estamos hoy atosigados de tantas incertidumbres, perplejidades, sin atinar alguna solución eficiente a la crisis pandémica que nos sucumbe?

En ese reflexivo escrito se resalta el valor del planeta Tierra; refiriéndose a éste como la casa de toda la humanidad. A lo largo de sus densos párrafos hace pleno énfasis en torno a la defensa de la naturaleza, la vida animal y las reformas energéticas.

Francisco realizó una fuerte crítica al consumismo y alertó sobre la necesidad de combatir la degradación ambiental y el cambio climático.

Conforme a lo que analizamos en el texto citado del papa Francisco, la actual idolatría del consumo (comprar, usar y botar por obsolescencia programada), conduce a una degradación de la dignidad humana.

En “Laudato si”  hay un diagnóstico descarnado y sincero de la crisis ambiental, por la que atraviesa la humanidad. Asunto absolutamente innegable.

La crisis ecológica es parte de una más amplia, que afecta todas las facetas de la actividad humana y exige un tratamiento integral.

Podemos seguir exponiendo, de acuerdo con lo que dice el texto Papal, que   la degradación socioambiental trae como consecuencia el descalabro de la vida humana de forma acelerada.

Acaso queda alguna duda de la importancia y urgencia de transformar ese modelo basado en la ambición y el consumismo, que nos impide que logremos un planeta sostenible.

La frase más polémica pronunciada por el sumo Pontífice, que aún resuena: “La Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”.
En las actuales circunstancias pandémicas en que nos encontramos, podemos apreciar tal mensaje del Vaticano como una voz premonitoria.