miércoles, 31 de agosto de 2016



Extravagantes Dedócratas
 Dr. Abraham Gómez  R.
Miembro de la Academia venezolana de la lengua

La progresividad en beneficio de los ciudadanos, que han adquirido hoy en el mundo los Derechos Humanos, ninguna valoración recibe de  quienes detentan el gobierno en nuestro país.
Son recurrentes en su displicencia cuando los escuchamos decir "porque estamos en el gobierno, hacemos los que nos da la gana". Sin el menor recato o moderación para enaltecer la civilidad
Los copartidarios del régimen traspiran una expresa y espesa manifestación regresiva a lo tribal para la reimposición de mediante la fuerza, de todos aquellos modelos políticos probados y rechazados, y de consecuencias fatalistas para la humanidad. Sistemas ideológicos que crearon catástrofes en el mundo.
En Venezuela todavía conseguimos a quienes, desde el poder, regurgitan esos comportamientos totalitarios.
Se viene imponiendo a los compatriotas  la obligación de   renunciar a su condición individual (que no individualista), a vestirse de rojo, a vocear consignas huecas, a perseguir a sus propios compañeros de trabajo, a asistir en contra de su voluntad a eventos del paquete partido-gobierno-Estado.
Fuera del grupo-masa las individualidades no son nada. No hay singularidad que valga. Esas son las ominosas claves socio-políticas que pretenden hacer pronunciar en nuestro país; precisamente en Venezuela  que intrínsecamente tiene una cultura democrática casi que  “cromosómica”.
Hay una constante actitud desde el régimen para  imponer forzosamente cosas: palabras, ideas; en fin, le secuestran la voluntad a sus copartidarios. Disponen de los compatriotas  a su real gana. Tristemente, nos escenifican a cada instante  un  redil que está dispuesto a hablar sólo cuando se le ordene y actuar según la línea que reciba.
La invitación siempre presente es para que asumamos, definitivamente compatriotas venezolanos, que somos seres existentes en la medida en que nos despleguemos libremente para crear ideas, significaciones, sensibilidades, materialidades. No somos entes cosificados.  Además, entendamos a conciencia que  lo que el “dedo rector” señala desde el oficialismo,  no es socialismo conforme a la doctrina ideológica, axiológica,  política y programática que practican en varios países, con resultados satisfactorios.
 Los Estados nórdicos nos dan enjundiosas lecciones al respecto. En Noruega, Finlandia, Suecia etc., nos  pueden instruir  cómo desarrollar las implicaciones del socialismo  al tiempo que se valora y respeta la condición del ciudadano, su potencial creativo particular. Cómo aplicar socialismo en las distintas políticas sociales (sobretodo en el reparto de la riqueza), pero estimulando la propiedad privada, como factor generador de beneficios.
La característica de Estado democrático y social de Derecho y de Justicia no conduce lineal y maquinalmente a un Estado socialista.
La torcida aspiración del gobierno apunta más a conformar, como en efecto lo ha venido haciendo, un deleznable capitalismo de Estado, a través del cual la población venezolana quede arredrada a los caprichos de quien se arroga superioridad en todo.
 Es tal el  desquiciamiento que como no pudieron reformar la Constitución optaron por ponerla a un lado, para facilitar que la figura de un Yo Absoluto pudiera erigirse, por encima de la estructura estatal y de las instituciones.
 Con esas manifestaciones se sigue fracturando la unidad nacional y societal.
Los continuos llamados a “repolitizar y a repolarizar” todo  tendrán como lamentable consecuencia  a una sociedad resquebrajada en su esencia.
Las directrices son impartidas por el mandamás, quien se cree ungido y predestinado por la Providencia para los actos de salvación de la humanidad.
Tienen en la Venezuela de hoy suficiente material de estudio los avezados investigadores de las conductas psicopáticas de los seres humanos; y los historiadores la ocasión de hurgar en documentos para establecer las copiosas analogías con las distintas circunstancias temporo-espaciales que ha vivido ( y padecido) la humanidad.


miércoles, 17 de agosto de 2016




Las ignorancias tienen un alto precio
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com

Confieso el inmenso agrado que siento cada vez que seleccionamos el tópico educativo en general y el universitario particularmente para nuestras reflexiones; de cualquier aspecto de la Universidad. Ese espacio, algunas veces, inmerecidamente esclerosado. Allí, donde se crean, re-crean, preservan, difunden y legitiman los conocimientos. La escuela primaria venezolana y la universidad han resistido los embates desde diversos lados. La institución universitaria que algunos temerarios desearían que desaparezca. Otros, no pocos, apelan a los ardides más inimaginables para intentar “arrodillarla”, creen que así respondería a sus específicos intereses ideológicos.
La universidad por su pura y clásica definición jamás estará al servicio caprichoso de parcelas y menos hará juegos a conveniencias individualistas. Tal vez, por eso, su fama bien ganada de irreverente, protestaria y crítica. Pues sépase, que así la queremos y necesitamos. Y defenderemos la Escuela Primaria en tanto fuente donde comienza la germinación y formación de nuestras personalidades.
Aunque hubo algunos asomos del régimen vigente para “crear” determinados entes dispensadores de educación superior, todo constituyó una farsa; por cuanto mediante simples oficios no hicieron otra cosa que darle carácter de universidades a institutos y colegios universitarios que de hecho ya cumplían a duras penas tales tareas; ya venían funcionando en esos propósitos con serias limitaciones de toda calaña: obstrucciones a disposiciones democráticas para elegir sus autoridades, déficits presupuestarios, restricción de infraestructuras, escogencia con maniobra abyecta del personal docente, sin suficiente acreditación.
Las universidades experimentales siguen siendo dominios ideologizados del partidismo que detenta el poder. En estas universidades no ha habido posibilidades que se practiquen la opinión libre y la decidida escogencia mediante procedimientos electorales de los cuerpos rectorales. El gobierno y sus adláteres imponen a directivos, sin exámenes anticipados de sus respectivos credenciales. Lo importante para ellos es la obediencia y genuflexión.
La peor parte la han llevado las Universidades Autónomas. Han recibido las consecuencias de cualquier maniobra oficial para someterlas, para arrodillarlas, las quieres hacer desaparecer, porque con bastante dignidad dan muestras de ser huéspedes incómodos para las tropelías del incipiente totalitarismo a la venezolana.
Quienes han administrado las Políticas Educativas en Venezuela en los dos últimos lustros, y concretamente en lo que va de este año, lo han hecho vilmente. Poco o nada les ha importado el futuro del país, sino mantenerse en el poder, gozando de sus canonjías, a cualquier precio.
Para los próximos años, con suficiente transformación del actual modelo político, invocamos la Bendición del Padre de todo lo Creado, a partir de un sustrato verdaderamente humanista; y si la intención viene a ser construir saberes, desarrollo y sostenibilidad en un país anhelante, entonces anudemos dos previsibles estrategias en los espacios educativos: pensamiento crítico y libertad. Esto no es ni pecaminoso ni ingenuo. Por cuanto pensamiento crítico y libertad conforman una síntesis intrínseca en y desde la escuela y la universidad.

sábado, 6 de agosto de 2016



ESA EXQUISITA PERVERSIÓN   DEL CAPITALISMO (IV)
Dr. Abraham Gómez R. 
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com  
                                  
Quienes  se autocalifican como redentores en nuestro país, y dicen tener la mejor opción histórica para salvar a la nación de una ficticia “guerra económica”, se han topado con una inevadible realidad,  han encontrado un inmenso dilema: las cosas no se transforman con retóricas vacías. Los estómagos no se llenan con artificios y palabrerías carentes de contenidos.
Los capitostes del régimen pretenden hacer entender, a fuerza de  engañifas, que ellos son “una maravilla” en el manejo y control de las variables económicas.
Con motivo de la pretendida transformación estructural del sistema socio-económico venezolano, que  aspira erradicar las relaciones de producción y de dominación que “privilegia a un sector minoritario sobre una mayoría empobrecida” se presupuso, en sus inicios, el famoso  ¿desarrollo endógeno? afincado en un modelo a partir del cual las comunidades despliegan sus propias iniciativas, donde las decisiones irrumpen desde adentro.
¿Será algo nuevo bajo el sol? Veamos: Keynes propuso también en su oportunidad, inicios del siglo XX, un modelo de desarrollo endogenista, basado en la demanda interna, específicamente en el gasto público del gobierno.
Teorizó, Keynes, que el principio multiplicador simple de la inversión del Estado sostiene, mediante los recursos fiscales, (similar a lo que nos dicen tener en nuestro país, hoy) los aparentes crecimientos -que  necesariamente no implica desarrollo. Pero es que crecimiento tampoco percibimos. Vamos a cerrar este año con un decrecimiento de 12% del Producto Interno Bruto (PIB). Y desarrollo tampoco hay. Estamos acumulando  la inflación más alta del mundo.
 En sentido contrario, podemos exponer en una síntesis que el  Capitalismo  no ha tenido nunca intenciones de ocultar sus propósitos. Que no esconde sus intereses para controlar algunas específicas esferas de la vida. Que  el Capitalismo está en todas partes.
Póngale la etiqueta que desee, el capitalismo siempre aflora. Revienta costuras y deja en pena a los maquilladores políticos.
El capitalismo es lo que es: un modelo y modo de producción que los sistemas políticos están en la libre decisión de asumirlo o dejarlo a un costado.  
 Lo que no permite el Capitalismo es que se juegue con tratativas raras: que se diga que el país se sostiene bajo un esquema socio-político-económico Socialista y en la realidad es Capitalismo lo que usted encuentra en todas partes, principalmente, el más deleznable tal vez: El Capitalismo de Estado.-
 Los ineptos  negociadores oficialistas cuando viajan por el mundo, asistiendo a conferencias internacionales para intentar, la compra-venta de nuestro petróleo,  manejan las fórmulas rancias del Capitalismo puro y duro.
Los defensores de esta caricatura de socialismo establecen sus negociados particulares dentro y  fuera de Venezuela a través de las “leyes naturales” que impone el Capitalismo, y ellos las aceptan felicísimos.
Sin embargo ,nos corresponde hacer la advertencia, coincidiendo con el afamado economista y filósofo venezolano Emeterio Gómez, quien al respecto expone en su obra  La responsabilidad moral de la empresa capitalista, p.83         “….El capitalismo es la única opción que tiene un mundo tan competitivo y globalizado, pero, también es cierto, que ante las graves crisis económica y los problemas sociales que afectan a la gente, no es posible mantener un esquema que se centre sólo en la obtención de ganancias, sino que asuma un rol protagónico en la generación de mejores condiciones de vida….”
Hay que ahondar en el fondo de tales asuntos. Que no nos espanten los verdaderos desenvolvimientos de la realidad de la cual ya dijimos es mucho más grande que los conceptos reduccionistas.
 Aceptemos que el capitalismo y todas sus derivaciones y efectos: el  plustrabajo, la competitividad, la rentabilidad o ganancia al máximo sin contemplaciones, la acumulación no son invenciones nuevas. Que es difícil eludir al capitalismo en este tramo epocal contemporáneo.
 Los escasos países que se hacen denominar socialistas en el mundo por debajo de cuerda establecen pactos comerciales y arreglos basados en las categorías tradicionales del capitalismo.
 Desde el Pensamiento Liberal clásico que restringe las funciones del Estado a su mínima expresión hasta lo que se está dando a conocer como Neo institucional, cuyo asiento del éxito o fracaso de un modelo económico apunta  a la eficiencia u obsolescencia institucional, hay una inmensa trayectoria teñida de Capitalismo.
Ciertos regímenes políticos le han querido aplicar algo de cosmética para hacerlo más digerible. Pero, es Capitalismo por donde se le quiera mirar.
La macroeconomía de un país o la microeconomía que hacemos cada día para subsistir por ejemplo, resultan que están cargadas  de complejidades capitalistas: valor de cambio.
 La realidad, en el ámbito que se nos antoje,  es escurridiza, múltiple y mutable. No podemos, entonces,  encerrar caprichosamente la existencia humana en un único e invariable  pensamiento. Decir, que la producción económica será mediante un modelo socialista es falsear la realidad.

Inteligente es   buscar  soluciones a partir de la síntesis  de bastantes ideas ajenas y propias.-