sábado, 21 de marzo de 2015

 
LA EDUCACIÓN EN VENEZUELA HA DEVENIDO EN UNA ESTRUCTURA AMBIGUA.
 
 
Abraham Gómez, conspicuo andragogo venezolano, uno de los  más cercanos y fieles discípulos del  maestro  Félix Adam, de valía académica mundialmente reconocida, considerado el padre de la alfabetización de adultos en Venezuela y  el continente,  cuyo método Abajo Cadenas,  iniciado en  nuestro país con la caída de la dictadura militar perezjimenista,  sirvió de base, inclusive, al proceso de enseñanza androgógica en Cuba  desde los 60, rompió su silencio, enfatizando que no basta enseñar aunque sea rápidamente,  hay que hacerlo  también  sólidamente.
Llegar a Tucupita por unas horas, antes de seguir río abajo en una curiara,  hacia el municipio Antonio Díaz, limítrofe con Guyana y con  costa atlántica que no tiene el resto del país, dentro de  un sistema de  transporte  que se hace en  embarcaciones generalmente sin elementales apoyos de seguridad para la navegación fluvial, donde nos esperan  2320 caños  del Orinoco,  siempre ignoto, es una oportunidad especial para visitar en su casa, al  profesor Abraham Gómez, conspicuo andragogo venezolano, considerado entre los más cercanos y fieles discípulos del maestro Félix Adam, nacido aquí mismo, en esta tierra deltana, en los tiempos en que era un Territorio Federal de la entonces República de Venezuela, en un sitio conocido como El Toro, una zona insular qua ya no existe, “se la llevaron las aguas”, como dicen aquí los waraos.
Y de esta manera, los habitantes autóctonos de esta tierra, se refieren también a los daños al medio ambiente cometidos por los jotaraos, es decir, nosotros, los “criollos” venezolanos.
Gómez es el fundador del Instituto  Universitario Tecnológico de Tucupita, creado durante el mandato de Jaime Lusinchi, en una lucha, que  nos recordó en este encuentro, no fue una tarea fácil, “mucha gente entonces no tenía ningún interés porque la ciudad lograra una institución de enseñanza superior”.
La educación no deja de ser un tema en Venezuela, de  discusiones, con las reformas iniciadas desde hace 15 años, al llegar el chavismo al poder.
En los primeros tiempos, Adán Chávez, hermano del  finado Comandante Presidente, siendo ministro de Educación, trató de comenzar ese proceso educativo con cambios muy  radicales, que  en ese momento se  detuvieron. Pero  la reforma educativa bajo el baremo ideológico del actual gobierno, ha seguido, con los conocidos enfrentamientos entre los sectores que conforman la enseñanza y Venezuela, padres, representantes, alumnos, todo parece hoy una enorme madeja, que no es fácil de descifrar.
RF: - ¿Profesor,  en todo el continente solo se habla de los cambios en el proceso educativo venezolano, tenemos ahora más profesionales, la academia, según el pregón del mismo gobierno, desde Chávez y ahora con el presidente Maduro se ufana inclusive, de mostrar cifras  de graduandos que en el pasado, es decir los 40 años anteriores a 1999, no logró el país,  pero  mucha gente, aquí mismo, como fuera del país, nos dice que hay cantidad, pero no calidad?-
AG:- “Sí Rafael, tristemente esa es nuestra realidad. Se nos ven las costuras por las limitaciones y demás falencias al momento cuando los indicadores de Calidad Educativa quedan patentizados en las Pruebas Pisa: Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, la cual se aplica en estos momentos en 65 países, no hay excusa que valga para, quienes somos hechuras y estamos comprometidos con la academia, pretender escurrir el obligado debate y la plural confrontación que abra horizontes y despliegue nuevas miradas por el futuro de la educación en Venezuela. Parece un atrevimiento  teñido de audacia que escrutemos a la educación desde sus interioridades. Eso es lo hermoso. Aunque produzca vértigos. Quiénes más sino nosotros, en sentido genérico para reconocer, luego del diagnóstico más descarnado, que la educación venezolana,  en sus distintos niveles y modalidades,   ha devenido en  una estructura ambigua, que poco o nada ha hecho para ir adaptando sus mecanismos y procedimientos conforme a las exigencias de los tiempos actuales, con lo cual admitimos que las realidades externas llevan un ritmo de aceleración superior, en todo, valga decir hasta para la construcción de conocimientos, menos para propender a la Sociedad de la creatividad y la innovación”.
RF:- ¿Pero le insisto profesor, aquí mismo en su Delta, hacia los caños, ya hay mucha gente con títulos universitarios?-
AG:- “Una de las premisas que hemos sostenido quienes abrigamos, por razón y emoción, a la Andragogía viene dada en que no basta enseñar, aunque sea rápidamente, hay que hacerlo también sólidamente. En vez de recurrir, casi sin escapatoria a los “libros muertos”,  a los niños, jóvenes y adultos deben presentárseles las vivencias. Tanto lo dijo, en diversos escenarios académicos Félix Adam “Solo haciendo se puede aprender a hacer”. En vez de palabras: sombras de las cosas, nos atrevemos a añadir, que lo que hace falta en las escuelas es el conocimiento de las cosas mismas”.
Las sociedades humanas han procurado desde siempre la plena superación, no exentas de tropiezos. Sin embargo, por muy insalvable que aparente ser el obstáculo a vencer irrumpe desde sus cimientes espirituales una fuerza, que algunos osados califican de telúrica, que impele al hombre o mujer a avanzar. De hecho, tal vez con placer o con dolor, todo en la sociedad humana tiene una intencionalidad pedagógica. No le añada usted ningún ápice de dudas, porque así exactamente es. Haga algo, por curiosidad, y al rato conseguirá espontáneos imitadores que desean replicar. Todos aprendemos de todos. En idéntico tenor surgió la Andragogía, hija predilecta de nuestro laureado Félix Adam. Ciencia de la conducción o problematización -en su mejor sentido- del adulto en proceso de enseñanza-aprendizaje.
Para Adam, fue mi maestro y guía,  deltano de valía académica mundial, la pedagogía y la Andragogía están obligadas a complementarse. En nuestro país a ambas se las trata con displicencia. El educador, durante el acto pedagógico constituye el eje del proceso educativo, y mediante una relación vertical autoritaria transmite los conocimientos de un contenido programático impuesto, para “adiestrar” más que educar.
RF:- ¿Usted siempre habla del maestro Félix Adam, su maestro, haber usted compartido varios años al lado de él es un hecho inolvidable?
AG:- “Así es Finol, son muchos los recuerdos profesionales y personales, pero lo pedagógico se imponía siempre en él, recuerdo que nos indicaba, de modo reiterado, que la educación primero pedagógica y luego andragógica transcurre toda la vida, en sus diversas etapas, que siempre estamos aprendiendo. Que la educación andragógica se desarrolla a través de una praxis fundamentada en los principios de participación y horizontalidad, con carácter sinérgico, para que se incremente el pensamiento, la autogestión, la calidad de vida y la creatividad del participante adulto. Fíjate Rafael, cuántas veces el docente puede ahorrarle al estudiante, de cualquier grupo etario, años de sufrimiento y frustración sólo con una palabra amable, un gesto de identificación, la ubicación en su mismo plano de aprendizaje. Pero, un educador con la autoestima baja, poco remunerado, como el nuestro, tanto en dinero como aliciente vocacional, jamás podrá dar a los otros lo que él mismo está necesitando como el aire que respira. Al respecto Adam, inducía a la participación comprometida, fundamentada en el estudio. Al análisis crítico de cualquier problemática que afectara significativamente el contexto, que conllevara al aporte de soluciones constructivas”.
RF:- ¿Profesor, hoy viajaré, ahora mismo,  al salir de esta casa, por cierto vive usted frente a la residencia de la gobernadora y al lado del Cuerpo de Bomberos de Tucupita, por las aguas del Orinoco hacia el lejano municipio Antonio Díaz, en esa zona tan distante del resto del país nació el maestro Adam, que cosas tiene la vida, desde tan lejos, sin recursos y  él llegó a donde llegó, reconocido mundialmente como académico?-
AG:- “Félix nació efectivamente como lo apuntas, en El Toro, jurisdicción del municipio Antonio Díaz, del estado Delta Amacuro, Venezuela, el 24 de diciembre de 1921, nuestro ilustre educador luchó con dedicación y esfuerzos titánicos para fracturar el  voraz esquema denominado “genética social”, para que el medio rural-indígena no lo absorbiera hasta lograr proyectarse en el mundo en razón de sus aquilatados conocimientos. Fue un muy digno maestro de escuela, de comienzos del siglo XX, en nuestro Delta tan preterido por los decisores de las políticas públicas. Fogoso en el discurso, denso y brillante en su cultivado léxico, y severamente crítico para lograr que las cosas y las causas se dieran con justicia y eficiencia”.
RF:-¿Félix Adam, un venezolano excepcional, es lo que uno resume, le parece?-
AG:- “Así es, déjame decirte Finol,  en este contexto, del que Félix Adam fue el gran promotor, me llamó la atención su concepto de “hacer” y no “decir”. La acción siempre lo llevó al hecho y esto me hace recordar que los filósofos orientales hablan de la acción continua, del hacer en el instante presente. Alguna vez me dijo: “Lo que importa es lo que hacemos con la conciencia lúcida y los cambios que permanentemente se están ejecutando alrededor de uno, porque cada instante es único e irrepetible”.
En nuestros enriquecedores encuentros de saberes, llegué a vislumbrar a un Félix Adam que pretendía liberar al ser humano del concepto de “clase educada”, idea esclavista manejada por una sociedad cuyo modelo educativo estaba repleto de cliché. Pues, con gran vehemencia me hablaba sobre:
“El adulto es dueño de sí mismo, él puede autogestionar su propio proceso de aprendizaje a través de la autodidaxia y la autoevaluación, conceptos éstos que llevados hasta sus últimas consecuencias promueven objetivos que lo ayudan a comprender el mundo que lo rodea y lo orientan a buscar soluciones a sus problemas y adoptar los cambios necesarios de conductas, para lograr el perfeccionamiento individual, en el marco de una sociedad más participativa”.
Fue un hombre que amó la naturaleza y nunca olvidó su origen, ni a la tierra de las aguas donde nació. Me manifestaba que sentía la pobreza, la miseria, la desnutrición, las enfermedades, el dolor del pueblo, la mirada de desesperanza campesina, y que por eso aceptó el reto de ser educador. Y fue un verdadero Maestro, en la proyección inextinguible de esta palabra, que en todos los idiomas del mundo sirve para eternizar la sabiduría y la dignidad del ser humano sobre la tierra.
Como escritor, resultó ampliamente productivo. Abordó diversos temas con pleno dominio.
Maestro por vocación y empeñoso realizador de sus grandes ideales, dejó huellas profundas en todas las actividades que le correspondió desempeñar.
En este tramo epocal venezolano cada vez que se ha intentado abrir los ojos para ver en el atolladero en que se encuentra la educación, a alguien se le ocurre que hay que nombrar una comisión de reforma curricular. Esa salida la hemos  antagonizado siempre, porque, pensamos que por el camino de la reforma no vamos para ninguna parte. La reforma lleva implícita la intención de analizar únicamente las formas, los aspectos, los bordes, los esquemas, las apariencias. Y de lo que se trata, como nos lo enseñó Félix Adam con contundencia, es llegar a la raíz del asunto, trastocar y desmontar las lógicas, desanudar las racionalidades con las cuales de han tejido los pensamiento en  y desde las instituciones dispensadoras de educación. La “perversa invitación” de hoy es para transformar nuestra educación, para que recobre su talante protestatario-reflexivo, toda ella. Transformar es adentrarnos mucho más allá de la forma. La tarea inicial para que operen esos elementos transformacionales deben y tienen que partir de un cambio actitudinal de nosotros. Lo que ha venido aconteciendo es que en nuestros procesos de enseñanza-aprendizaje se le confiere casi absoluta legitimación y validación a los saberes que se pesan, que son  medibles, a los conocimientos que se someten a comprobación, verificación, contrastación con la realidad  empírica. En las escuelas y  universidades se han marginado, tal vez execrado, al momento de construir y constituir los conocimientos,  las otras  muchas densidades epistémicas. Las emociones, los valores, por ejemplo.
Una iniciativa de transformación para ensanchar la cognoscibilidad en nuestra educación se obliga a tejer todas las dimensiones inmanentes y trascendentes de los seres humanos.
El entrevistado
Abraham Gómez ha dedicado una extensa proporción de su vida a la formación académica. Luego de culminar sus estudios de Pre-grado en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), cursa   en la Universidad “Rafael Urdaneta” y alcanza el título de postgrado de Magister Scientearum (M. Sc.), en Ciencias de la Educación , mención Andragogía ( proceso de enseñanza-aprendizaje en adultos), con idéntico espíritu de superación obtiene, hace algunos años, su doctorado ( PH. D) en Ciencias Sociales en la Universidad Central de Venezuela y su  post-doctorado (P.D) en Epistemología (teoría de los conocimientos). Por casi cuarenta años ha participado en tareas docentes de pre y postgrado  y de investigación en  educación  superior en diversas cátedras y universidades venezolanas. / (Free-Press-CNP-570: Rafael Finol).

lunes, 9 de marzo de 2015




  
                     

                   SILENCIO CÓMPLICE DEL GOBIERNO

 

                EN ARREBATO QUE NOS HACE GUYANA

 

Tucupita. (Especial).-  “Vemos con tristeza y profunda indignación la pasividad como el gobierno ha tomado la situación de invasión descarada que ha hecho Guyana en la propia plataforma continental venezolana por el costado atlántico del Delta Amacuro”. Luego expone el Dr. Abraham Gómez “ni siquiera, lo más elemental, mínimo, una carta de protesta ante la cancillería y ejecutivo de ese país”. “Da la impresión, continúa exponiendo Gómez, que hay una complicidad entrañada, un juego entre ambos gobiernos para permitir a la Exxon-mobil la explotación de los recursos petrolíferos en provecho de los guyaneses. Trabajo que iniciaron el viernes pasado en el yacimiento correspondiente al bloque Stabreak. En las narices, pues, no de la Zona de reclamación del Esequibo, que es otra cosa, sino en el espacio que pertenece a nuestra demarcación territorial que no está en discusión. Es decir de Punta de Playa para acá.”

“Debo manifestar--- sigue exponiendo el conocido profesor Abraham Gómez cuya tesis doctoral es precisamente sobre fronteras-- a quienes detentan este régimen, que se dice nacionalista, un conocido principio aplicado siempre: en el Derecho internacional Público, los silencios de los Estados que son vulnerados en su territorialidad generan derechos en los Estados que se imponen. Es decir que si usted calla lo que le están haciendo es porque está otorgando. Luego no tiene moral ni argumentos para reclamar. Técnicamente se conoce como aquiescencia, y si después usted sale alabando el trabajo de la parte en litigio se le aplica la figura de Estoppel, y cualquier reclamo se cae. Se vicia.”

“La canciller guyanesa mandó al Acuerdo de Ginebra al zipote. Por cierto el único documento del cual asirnos para señalar en las instancias internacionales respectivas que fuimos despojados de 159.500 kilómetros cuadrados, en el írrito y nulo Laudo Arbitral de París de 1899”.

“La historia --enfatizó Gómez—les cobrará esta omisión permisiva a los revolucionarios de pacotilla que no han tenido la disposición para defender nuestra soberanía, y se han arrastrado, militares incluidos, a la estrategia que está jugando Cuba en estos asuntos.”. Concluyó.

domingo, 8 de marzo de 2015


TRAMPA SEMIÒTICA EN LA PALABRA MUJER

Dr.. Abraham Gómez R.
Doctorado en Ciencias Sociales UCV
abrahamgom@gmail.com

 

Por muy  desprevenido que se encuentre usted al pronunciar una palabra, le  resultará interesante hurgar en los intersticios del vocablo para llegar a conocer cuánto misterio e intención encierra  aunque sean pocas letras juntas en búsqueda de sentido. Hagamos una “tomografía” de bastantes cortes a la palabra mujer Es una palabra muy antigua y con tantísima densidad socio-cultural y emocional, que desde que se  formó ha ido evolucionando su estructura y en significado hasta llegar a su valor actual. El término latino original es mulier, que deviene al español como mujer. La primera pregunta que destaca es si este nombre nació para llamar exclusivamente a la representación femenina del género humano, o sirvió ya desde que fue acuñado para denominar a las hembras en general. También nos sorprende y plantea algunas interrogantes en esa dirección, la proximidad con mulcere, que significa palpar, tocar suavemente, acariciar... y mulgere, que quiere decir ordeñar: la evidencia del parentesco entre estas dos expresiones lexicales no amerita mayores comentarios. Por otra parte, Debemos apuntar la inequidad de género, que se plantea hacia la mujer a lo largo de la historia.

 Como posición nuestra y en principio categórico rechazamos la trampa semántica urdida a partir  de la palabra mulier de donde proviene el étimo mujer. ¿Saben por qué?  Porque ésta traduce, blando, floja, aguada, falta de juicio, envuelta en el ámbito doméstico, laxa, pura emoción. Muchísima razón tiene nuestro insigne epistemólogo venezolano Rigoberto Lanz cuando nos ofrece, en su libro “Las palabras no son neutras”, las claves para develar hechos de exclusión que vienen incorporados desde la propia forma y desde el mismo instante de  construirse el significante que hará mención de las cosas. En cada vocablo hay implícito una carga valorativa. De tal manera que aflora con mulier-mujer una intención oculta de descalificación muy marcada que ellas han venido arrastrando injustamente. Panorama que presentaba con descarada fuerza el antifeminismo medieval, con tantos prejuicios, provocando la desigualdad entre los géneros. Apartheid sufrido por la mujer y que han intentado perdurarlo en el tiempo, por cuanto las estructuras simbólicas han contribuido a crear una concepción de lo femenino conducente a la perpetuación de la inferioridad de la mujer. Súmesele a esto la adherencia, casi inconsciente  que ellas mismas asumen de unas lógicas patriarcales que improntan y deciden un modo  de ser, hacer y decir de la mujer. Para alcanzar la equidad de género debemos, junto y con ellas, deconstruir  la cultura patriarcal que es, precisamente, donde se alojan, reproducen y perpetúan, en su mayoría las racionalidades que imponen los designios hacia el género femenino. Observemos con sumo cuidado que hay una relación entre los significados (descalificativos mejor dicho, ya mencionados)  asociados al vocablo mujer, y la manera cómo la mujer es (mal) tratada en la sociedad. Muchos pensadores que se tienen por serios, que han aportado enjundioso estudios, también contribuyeron con sus escritos a reproducir los menosprecios y las invisibilizaciòn de las mujeres. J.J Rousseau, se manda sin desparpajo en plena modernidad con esto “… la mujer está destinada a la vida doméstica, por las fuerza de la naturaleza, por sus funciones biológicas, por su razón débil y caprichosa y por lo tanto no habría motivos para reclamar derechos para la mujer”. Casi nada, diremos ahora. Sin embargo, a pesar de muchas limitaciones socio-políticas, la mujer ha logrado reivindicarse, ha procurado sus propios reconocimientos históricos alcanzando la igualdad de oportunidades y la equidad en el ejercicio de  sus derechos, hasta transformar y  hacer una resignificación de la palabra mujer. Una nueva conceptuación, para que deje  atrás la heredad desde sus orígenes. A nadie se le ocurriría en otros tiempos traducir dogmáticamente, mulier en latín, o mujer en español como blandengue, por cuanto hemos asumido por justicia una nueva articulación discursiva y carácter de dignificación para ellas.