viernes, 19 de julio de 2019




Keith Rowley: de ingrata y vergonzosa recordación.
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

El mencionado ciudadano en el título de la presente reflexión, se ha venido desempeñando como primer ministro de la República de Trinidad y Tobago. Nótese que el cargo lo he escrito adrede en minúsculas; por cuanto, tal es el merecimiento, de entrada, para lo bastante que explayaré.

El señor Rowley de nula formación académica, cuya vida ha medrado en los intersticios de los partidos políticos, que llega a ese cargo luego de muchas maromas, desconoce la formación societal de ese pueblo.

 Prestemos atención a lo siguiente. Al hacer una rápida ilación (sin h) sociohistórica de los orígenes de esas inmensas islas situadas en el noreste de Suramérica, que luego recibieron las denominaciones de Trinidad y Tobago, se aprecia, con relativa facilidad, que pertenecieron al poderoso, para entonces, Imperio Español.

Trinidad y Tobago, incluso llegaron a formar parte de la Capitanía General de Venezuela, creada mediante Cédula Real de Carlos III, el 8 de septiembre de 1777.

Los aborígenes Caribes siempre habían poblado estas vastas extensiones de tierra y mar, antes de los procesos de conquista y colonización, iniciada por los españoles en el siglo XV.

 Hay un interesante registro etimológico que da cuenta que el nombre indígena de Trinidad era Kairi o Leré cuyo significado habría sido "Tierra de colibríes" o acaso simplemente "La Isla".

El almirante genovés Cristóbal Colón, cumpliendo la misión de los reyes católicos, descubrió la principal de las islas el 31 de julio de 1498, y la bautiza "Tierra de la Santísima Trinidad"; y a los pocos días bordea una porción insular más pequeña que denominó "Bella Forma", lo que es actualmente Tobago.

Suficientemente conocido que estas islas fueron codiciadas y disputadas para su dominio y sometimiento por españoles, ingleses, neerlandeses y franceses.
Cruentos enfrentamientos a cada instante para hacerse con estos estratégicos. Sitios

Lo que más deseo resaltar, en el breve relato historiográfico, es que la Provincia de Trinidad fue creada en el siglo XVI por los españoles, siendo su capital San José de Oruña.

A fines del siglo XVIII la posesión la tenía España; porque Trinidad y Tobago hacían   parte de la Capitanía General de Venezuela; pero, en el transcurso de las guerras napoleónicas, en febrero de 1797, una fuerza británica inició la ocupación del territorio. Dejamos sentado que fue por una vil ocupación que no posesión, como nos arrebataron la Isla de Trinidad.

 En 1802 mediante una maniobra llamada Tratado de Paz de Amiens las islas de Trinidad y Tabaco (en inglés: "Tobago") fueron transferidas para su completa ocupación y dominio al Imperio Inglés.

 Por su parte Francia, que también tenía pretensiones sobre el territorio, entregó formalmente sus aspiraciones al Reino Unido en 1814; que se había fortalecida al vencer a Napoleón Bonaparte.

La población amerindia que estuvo poblando ese territorio insular se extinguió o la aniquilaron.

 Los aborígenes, como legítimos autóctonos, sufrieron de estrategias inglesas de sustitución por la población africana; llevada, en barcos negreros, a la fuerza por los británicos; con lo cual se aseguraban mano de obra esclavizada para las plantaciones de caña de azúcar y tabaco.

En el   siglo XIX, los ingleses se percatan que también es posible instrumentar medidas de inmigración que de coolies desde India y China, Líbano, Siria; así como del resto de las Antillas.

De tal manera, que cuando la Comunidad Internacional escucha al señor Rowley alardear con declaraciones destempladas, de la siguiente ralea “Esta pequeña nación no puede convertirse en un campo de refugiados para la población venezolana”. Todo el mundo queda atónito.

Particularmente, el estado Delta Amacuro siempre ha sido un espacio amplio y generoso para las numerosas familias de Trinidad y Tobago, que permanentemente han hecho de esta entidad su lar para desarrollar potencialidades y desplegar sostenidos emprendimientos.

Nos llena de congoja la forma artera y ruin cómo nuestros compatriotas son perseguidos y maltratados por las autoridades de esa isla, bajo la conducción cobarde del “sargentón Rowley”; quien en un arrebato de extrema xenofobia se ha atrevido a declarar que los venezolanos (no hizo excepciones) que se han ido para Trinidad son malandros o prostitutas.

Conforme a nuestros registros locales, el 75% de quienes se han visto obligados a emigrar hacia la vecina isla son profesionales universitarios, que allá se desempeñan “en cargos rudimentarios” para subsistir.

El ignorante Rowley olvida los estrechos lazos de confraternidad de nuestros pueblos.

Las familias deltanas tenían, como natural costumbre, enviar a sus hijos a Trinidad para cursar estudios y, consecuentemente, aprender el idioma inglés. Así también, se han logrado con los años los hermosos entrecruzamientos de valores, tradiciones, y una apreciable lexicografía, con un sociolecto distintivo que nos enorgullece.

Cuando superemos esta hora aciaga. Cuando esta crisis se convierta en una página amarga de nuestra historia contemporánea, el señor Rowley será “sepultado” como un canalla que se prestó al deleznable juego de descalificación de nuestra venezolanidad.





jueves, 11 de julio de 2019




    Con Caricom no contemos.

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Siempre ha habido en la población venezolana, intrínsecamente, un principio nacionalista de reivindicación, en lo concerniente a la Guayana Esequiba; porque Fuimos vilmente arrebatados de esos 159.500 km2, a través de una maniobra artera, urdida entonces por rusos e ingleses. Son laceraciones históricas, que no podemos sanar con paliativos, olvidar o eludir

El soberbio Imperio Británico apeló a todo tipo de añagaza diplomática (extorsiones incluidas) para que se conformara una Comisión Arbitral (sin la presencia de la representación venezolana) la cual  decidió despojarnos, de manera vil, descarada y vergonzosa, de la denominada Guayana Esequiba, con la conocida  sentencia laudatoria, celebrada en París, el 3 de octubre de 1899.

Hemos sostenido tal contención desde hace más de un siglo. Nos asiste la razón; porque tenemos suficientes elementos probatorios: históricos, jurídicos, cartográficos, sociales, políticos y morales.

Estamos dispuestos a continuar, en las instancias que sean necesarias, hasta que se logre hacer justicia a Venezuela del daño patrimonial territorial que se nos perpetró.
La contraparte en este asunto litigioso sabe que tenemos Justos Títulos, que han sido traslativos, desde que nos constituimos como Capitanía General de Venezuela, el 8 de septiembre de 1777.

No es poca cosa la que queda implícita en tal reclamo: hablamos de una séptima parte de nuestra extensión territorial, con su respectiva proyección atlántica; y de un conglomerado de compatriotas, Esequibanos, con quienes debemos tejernos en absoluta identidad nacional.

Sin embargo, prestemos atención a la estrategia que ha venido jugando la excolonia británica en este asunto.

Guyana, que rechaza la posibilidad de la figura del Buen oficiante, introdujo una demanda contra nuestro país, en la Corte Internacional de Justicia (CIJ); la misma fue ratificada el 19 de noviembre del año pasado.

En ese acto jurídico, ellos piden, entre otros elementos,    que la CIJ obligue a Venezuela a reconocer el írrito y nulo Laudo Arbitral de París de 1899, como cosa juzgada.

Nuestra representación, se hizo presente el 18 de abril de este año, para invocar una figura legítima, y plenamente válida en el Derecho Internacional Público: No Comparecencia.

No obstante, dejamos sentado, ante la opinión pública nacional, que por el sólo hecho de habernos  decidido por la No Comparecencia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), luego de la demanda que interpuso el gobierno guyanés contra Venezuela en ese alto tribunal, todavía no obtenemos la  solución definitiva en la controversia, por el área que vilmente nos arrebataron..

Invocar la No Comparecencia, como lo hizo nuestra delegación, resultó, ciertamente, una postura estratégica inteligente; y evitó que los coagentes de la excolonia británica se salieran con la suya en la celada tendida.

 Es verdad que la No Comparecencia nos da un respiro, pero no aporta un último desenlace en esta histórica contención.

Aunque Venezuela jugó bien la carta de la No Comparecencia, debemos ser responsables ante el país y manifestar que   el mandado no está hecho, completamente. Hay que afinar los pasos siguientes.

Por ejemplo, mostrar y demostrar en cuanto escenario internacional tengamos oportunidad de asistir, que Venezuela desea un arreglo práctico y pacífico, para satisfacción de ambas partes, conforme al artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.

Por eso, nos resulta inapropiado e imprudente el pronunciamiento favorable a Guyana de la Caricom al concluir, la semana pasada, su cuadragésima Asamblea Anual; por cuanto, Venezuela también integra tal bloque regional, como país caribeño.  Lo más sensato, quizás, pudo haber sido asumir discreción e imparcialidad.








lunes, 8 de julio de 2019




     “Dime cómo hablas y te diré quién eres”

    “Nos hemos percatado que profesionales y personas de todos los sectores incurren, la mayoría de las veces en errores de todo tipo, al momento de dirigirse al público o en privado. Y tal práctica es fácilmente corregible”

Así lo señala es el Dr. Dr. Abraham Gómez, Miembro de la Academia Venezolana de la lengua, quien ha venido coordinando un seminario teórico-práctico, denominado “Construcción del discurso y la oratoria, como género literario”, el mismo ya se ha realizado en varias partes; y más recientemente, en Tucupita, entre los cursantes de doctorado de la Universidad Pedagógica Libertador, UPEL; donde obtuvo una extraordinaria receptividad. A la vez que provechoso, según expusieron los asistentes; por cuanto ellos deben presentar y defender sus respectivas tesis.

 “Iniciamos con un recorrido sobre los orígenes socio-históricos de nuestra lengua; desde donde nos remontamos con aportes y préstamos de los alfabetos fenicios, griegos, latinos y arabismos, que contribuyeron a la estructuración idiomática de nuestro castellano o español; así también, explicamos cómo armar conceptos, oraciones, signos lingüísticos y el desenvolvimiento y actitud al momento de exponer un tema específico con suficiente soltura lexical”

¿Quiénes pueden participar, en este importante seminario?

Todas las personas interesadas, que deseen ensanchar su universo cognitivo; que aspiren a manejar de una manera más fluida su vocabulario, sin temor a dirigirse al  público presente o a través de los medios audiovisuales. Les recomendamos que aparten su cupo, ya que hay limitaciones. Reserven su opción de asistir y participar, por el número telefónico 04147805009.

¿Para cuándo estiman realizar este evento?

Probablemente, para finales de mes. Un fin de semana (viernes y sábado); para que los participantes preparen y expongan (en el módulo de la práctica), un breve discurso de cualquier disciplina que consideren apropiado, una vez que han escuchado, analizado y asimilado los contenidos teóricos de la retórica y las fases para desplegar una oratoria que sea elogiada; que le ofrezca reconocimientos por parte del público receptor.

“Debo indicar que el Observatorio Regional de Educación Universitaria (OBREU), reconocida Fundación deltana en materia educativa, conferirá la acreditación, mediante certificados, a los cursantes, en base a (16) horas académicas; que pueden ser consignadas y obtendrán validación para trabajos de ascensos, en  concursos de oposición o en  cualquier otra posibilidad laboral. Es una segura y funcional ampliación curricular.”