¿De derecha o de izquierda?: pura babosería
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de
la Lengua
Hay una marcada
corriente que, en los últimos años, ha irrumpido de nuevo ante un inacabable
discernimiento dilemático.
La Fundación
Sanders acaba de proponer y divulgar la conformación de la Internacional
Progresista (“Vino viejo en odre nueva”, diría Nietzsche); es decir, una especie
de resucitación de la Internacional Socialista. Cuya filosofía en esencia insiste
en dividir dos planos dicotómicos entre izquierda y
derecha. Dos mundos, dos sociedades irreconciliables – por gusto y pensar de
sus promotores--.
Cuando ya pensábamos
que, en la actualidad, tales discusiones reduccionistas habían quedado clausuradas;
porque en estos tiempos es posible sintetizar ambas líneas de pensamientos en
un instrumento teórico-práctico superador.
Diremos mucho más
al respecto: estábamos conscientes que ubicarse o etiquetar a alguien de izquierda
o de derecha era cosa preterida; porque esas odiosas nomenclaturas habían sido
sepultadas por las propias realidades históricas.
La Audacia de los
proponentes de la Internacional Progresista (IP) no hacen otra cosa que retrotraer al pensamiento diverso/plural a una
cartografía de disyunción sociopolítica sin justificación aparente.
Desde el año 2018,
ya se venía asomando la mencionada entidad de disimulado corte político; aunque
no lo termina de asumir plenamente.
Este mes, en un acto
que pasó con más penas que gloria, se formalizó el lanzamiento de la Internacional Progresista el
cual contó con personalidades del mundo académico y político e incluso
estrellas de Hollywood, que discutieron
acerca de los “posibles caminos para fortalecerse como expresión mundial
alternativa”.
Lo que pudimos
rescatar de un encendido discurso del economista Voroufakis (referente de la
rancia izquierda griega), abrumado por el resentimiento, expuso: “Nuestra
generación será recordada por la marcha triunfal de una Internacional que
emergió de las cloacas del capitalismo financiero. Luchemos para que sea, Nacionalista;
además, recordada por haber dado luz a una movilización que desafió a esta amenaza:
depende de la voluntad de los progresistas en EEUU, en la Unión Europea, en
Reino Unido y en países como México, India y Sudáfrica, forjar una
Internacional Progresista (IP)”.
Acaso hay dudas que
el contenido fundamental de la tesis doctrinal de la naciente Internacional Progresista
es un refrito de opciones similares, de no muy grata recordación.
Fíjense en este “remozado
planteamiento”, donde según los divulgadores de la (IP) : “Se necesario establecer una plataforma
política global ante el avance de la
derecha política más extremista y conservadora, que ha venido exacerbando la
explotación de los más pobres y aumentando considerablemente la riqueza de los
más ricos, haciéndolos todavía más ricos”.
Llama la atención
que esta Internacional Progresista(IP) vendría a surgir de la devaluación
política de la otrora muy beligerante Internacional Socialista, la cual,
históricamente, acuñó la patente de la filosofía y de los valores de
integración social que pregonaba la socialdemocracia clásica.
Estamos seguros,
que quienes se agrupan en (IP) no han reparado, en lo más mínimo que el mundo
en la actualidad se asienta en una vanguardia multifacética, que no se contiene
ni se contenta con una específica mirada. El pensador francés Maffesoli lo
llama “el descentramiento del sujeto”.
Da lo mismo narrar
desde el centro o aproximar ciertos criterios desde la periferia. Son tantos
los sujetos individuales o colectivos que analizan y proponen las situaciones objetivas,
que explican con aciertos las posibles vías de liberación.
Exponer que sólo la izquierda asume los
designios liberadores de la humanidad es hablar de modo obtuso; como también
será una torpeza mayúscula arrogarse por parte de la derecha la exclusividad de
redención.
Hoy han aflorado
grupos espontáneos por todas partes que no llevan una particular impronta
ideológica, y han tenido el atrevimiento de proponer y hacer cosas:
Ecologistas, defensores de los derechos humanos, feministas, impulsores de la
ciudadanización, preservadores de la vida de los animales, indigenistas,
etnicistas, tecnologicistas; proponentes del decrecimiento sustentable
(Latouche y Georgescu-Roegen dixit), como opción de futuro; en fin un gentío incorporado
socialmente a aligerar la vida sin que prioricen ellos
una Razón ideológica que les apadrine. Ahí no valen, porque no caben etiquetas de izquierda o de derecha,
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