Educar e ideologizar: dos
dimensiones humanas contrapuestas.
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com
La
educación es una necesidad humana subjetiva. La Educación, en sus tres
components esenciales, solo es posible
en lo personal de alguien. Me
explico: nadie acumula, o guarda por cierto tiempo, la Educación de nadie. Cada
quien la va construyendo según sus posibilidades.
Los
contenidos programaticos de una asignatura o tema se restringen apenas al componente que, generalmente. queda
restringido a los procesos formales de enseñanza-aprendizaje en la escuela, el liceo o la Universidad. Allí
estriban los diseños curriculares.
Por
otra parte, casi que simultáneamente se teje además el componente axiológico;
es ecir, de los valores, que coadyuvan
en el modelamiento de la personalidad del individuo. Los valores a lo largo de
la existencia de cada ser humano fortalecen su personalidad, individualizada.
Valores
que adquieren, en sí mismo, suprema importancia en la educación.
Citemos, a manera de ejemplo que: la libertad,
la responsabilidad, el respeto, la confianza, la solidaridad, entre muchos
otros valores estructuran un hermoso entramado intimista, que dará
sustentacíon a la persona humana que se
está formando. Siempre en posibilidad de Ser.
Así también, y no menos importante en la
tríada de la educabilidad, indicamos el sustrato de la socialización, la cual se define
a partir de la participación colectiva de los seres humanos en ámbitos,
donde se identifican con sus semejantes. Señalamos: medios de comuniación,
organizaciones sociales, agrupaciones confesionales,equipos deportivos, juntas
comunales, reunions familiares, vecinales, eventos culturales etc. La socialidad
aporta, con densidad, a la formación
integral de cada uno de nosotros.
En
síntesis: contenidos curriculares, valores y socialización encuadran y se
imbrican en lo que, sustantivamente,
llegamos a conocer como Educación. Ninguno de esos componentes por separado nos llevará al verdadero significado de la Educación ( dicha siempre en
mayúsculas). Para que haya generación educativa, con tales propósitos, es
imprescincible que los tres pilares juntos se levanten (metabolicen) al mismo tiempo.
Insistimos
en nuestra aseveración: la educación únicamente es dable entre humanos. Solo la Educación
abre la mente, motiva, promueve y alienta la conciencia critica; crea y recrea
conocimientos, proyecta un modo de ser, de exteriorización actitudinal, de
aprehender la realidad, de construer teorías, de aportar explicaciones para la vida en tanto posibilidad de existir, en
plena libertad. Hablamos de la Educación tejida con sus tres componentes.
Exactamente
lo contrario, y en sentido restringidor se ubica la ideologización (adoctrinamiento)
o la indoctrinación.
Con la
ideologización se manejan actividades acríticas, dogmáticas, invariables, conductas
inmutables, formas unilaterales de
pensar y apreciar.
La
indoctrinación impone una predisposición a callar; vuelve a los seres humanos una
nadería.
Los comportamientos, con intenciones ideologizantes,
conllevan a aceptar, de modo
irrespondido, un orden, una linealidad. Los conocimientos mutan en tramposas categorías, prescripciones y asfixiantes normatividades.
Domesticación y sometimiento.
El
maestro silente se convierte en un agente-sujeto reproductor de constructos
ideologizantes. Se hace automatista; y
en esa callada ritualidad dice que participa en el “proceso educativo”.
Dimetralmente
opuesta: la Educación es una filosofía de vida para la libertad y la
concienciación.
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