viernes, 28 de marzo de 2025

 

Guayana Esequiba: Un Asunto de Estado

Dr. Abraham Gómez R.

Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Asesor de la Fundación Venezuela Esequiba

Miembro del Instituto de Estudios fronterizos de Venezuela

Presidente del Observatorio Regional de Educación Universitaria (OBREU)

 

Tengo la seguridad que una inmensa mayoría de compatriotas venezolanos coincide conmigo cuando expreso que lo peor que podemos hacer es abrir una innecesaria e inconveniente confrontación política-partidista interna en nuestro país, relacionada a la Guayana Esequiba, precisamente en este momento apremiante cuando nos encontramos concernidos en un serio pleito jurídico, en el Alto Tribunal de La Haya por la séptima parte de la geografía venezolana, que nos arrebataron de manera alevosa y vil.

 

Hoy, más que nunca, se hace imprescindible la absoluta y sólida unidad de todos los sectores, sin excepciones. Hay una inmensa acechanza desde el exterior que nos obliga a encarar unidos, en una sola determinación patriótica; indistintamente a las diferencias que tengamos, que las tenemos.

Insisto en señalar que debemos reforzar la estructuración de defensa jurídica, sin recelos ni mezquindades, un bloque opinático compacto, para contrarrestar las pretensiones de la Parte que nos rivaliza, por las acciones unilaterales en contra nuestra que ellos interpusieron por ante la Corte.

 

Sería desastroso si nos peleamos internamente; si cada quien cree que le puede sacar provecho para su parcela política-partidista o nos ausentamos del Ente Juzgador; porque, de todas maneras, el juicio sigue su curso.

 No hay vuelta atrás. La Corte podría llegar a sentenciar en nuestra ausencia (Artículo 53 del Estatuto de la Corte).  ¡Mucho cuidado con eso…!

 

La contención por la Guayana Esequiba rebasa los egos individualistas mal curados, los particularismos confesionales, raciales o de cualquier otra índole.

 Este caso nos necesita unidos como país, con criterios unánimes.

 

Destacamos la labor   de las ONG que han sido creadas para adelantar hermosas actividades al respecto; así, además, hacemos el reconocimiento debido al Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela; lo propio cabe para el Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales(COVRI), para las      Fundaciones en su insistente afán  de concienciación; igualmente la determinante posición de La Academia de Ciencias Políticas y Sociales , igualmente la tarea que ha cumplido la Alta  Comisión Presidencial en Defensa del Esequibo y  la Comisión que para tales efectos se conformó en la Asamblea Nacional.. Todos en una sola motivación y propósito - de esfuerzos elogiadamente ponderados- constituye un ejemplo de lucha sostenida sin actitudes atrabiliarias o estrepitosas; porque, aquí se requiere talento y densidad en la formación documental y doctrinaria, para insistir en la reclamación y defender en la Corte Internacional Justicia o donde   haya lugar lo que honradamente siempre ha sido nuestro; que vilmente nos arrebataron, en una tratativa perversa mediante añagazas jurídicas.

Este caso litigioso estamos obligados a estudiarlo y manejarlo invocando la solidaridad de toda la población venezolana; concitando las mejores voluntades e inteligencias.

 

Para el 11 de agosto de este año, cuando el Jefe de Estado –por cuanto es su atribución constitucional-- determine la comparecencia o no de Venezuela, para la fase de pruebas para representar a nuestro país en el mencionado juicio, será densa la alforja de Títulos históricos y jurídicos (que no admiten cuestionamiento en contrario) que presentaremos para la examinación e investigación por parte del Jurado sentenciador de la Corte Internacional de Justicia.

En el caso litigioso que nos ocupa frente a la pretensión guyanesa --el cual ha escalado hasta la Sala Juzgadora de La Haya -- nos atrevemos a exponer el carácter de cogencia de nuestros Justos Títulos —iuris et de iure-- que acompañan a la enjundiosa cartografía que nos respalda. Títulos y mapas de incuestionables probanzas.

El principio de cogencia, por ejemplo, tan interesante en otras situaciones, también aplica en este caso.

En el ámbito jurídico, concretamente en el Derecho Internacional, la cogencia se refiere a las normas que se imponen de manera obligatoria y que no pueden ser alteradas por los particulares. Digamos que son normas necesarias o imperativas; por cuanto, poseen, en sí mismas, eficacia incontrovertible, irrebatibles, por los asideros que las respaldan, vale decir, no se pueden suprimir o alterar.

Su aplicación no depende de la voluntad de los particulares. Se imponen forzosamente.

 

Decimos que hay suficiente cogencia en la solicitud nuestra restitución; porque, los argumentos jurídicos, históricos, cartográficos que atesoramos confirman nuestra propiedad sobre esa extensión territorial en contención.

Todos los mencionados registros señalan, en sus premisas, afirmativamente que la Guayana Esequiba siempre ha sido nuestra; así entonces, las conclusiones a tales elementos inductivos arrojan aportes deductivos a nuestro favor.

 

Con la mayor modestia, me permito explicar.

Nuestro portafolio cartográfico ha adquirido la condición de argumento cogente; porque sus componentes constituyentes (los mapas registrados y asentados) han resultado, en sí mismos, premisas de solidez histórica hacia nosotros.

Toda la cartografía de la región —hasta ahora estudiada y examinada-- ha develado de modo conclusivo que la Guayana Esequiba ha estado siempre, en cualquier mapa, correspondiendo a la Capitanía General de Venezuela (1777) y sucesivamente a la República de Venezuela.

 

Si todos los mapas inductivamente confieren categoría afirmativa de la propiedad de Venezuela sobre la Guayana Esequiba, entonces la conclusión deductiva debe ser afirmativa.

Una manera de construir y comportar un razonamiento de lógica jurídica cogente e irrebatible.

 

 

 

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