Guayana
Esequiba: La geografía humana que allí convive
Dr. Abraham
Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de
la Lengua
Asesor de la Fundación Venezuela
Esequiba
Miembro del Instituto de Estudios
Fronterizos de Venezuela
Presidente del Observatorio Regional
de Educación Universitaria (OBREU)
Prestemos atención a lo que, estratégicamente,
han venido haciendo -para sus propios provechos, todos los gobiernos guyaneses,
desde Forbes Burnham hasta el actual Irfaan Ali
Ellos han reforzado, y en algunos casos han
rehabilitado, la infraestructura de escuelas, hospitales, hoteles, balnearios,
medios de comunicación audiovisuales, vías carreteras, pistas de aterrizajes,
puestos militares, entre otras iniciativas. Además, mantienen, constantemente,
una intensa campaña de sensibilización a niños y jóvenes, en los programas
escolares con carácter recurrente, en
procesos de ideologización e identidad hacia esa nación; con la
finalidad, sin dudas, de que asimilen a Guyana como su patria, de manera
forzada y artificialmente.
Por otra parte, cuando analizamos la
Constitución de la República Cooperativa de Guyana de 1980, nos conseguimos con
la auto asignación y la distribución político-territorial que ellos han
establecido, precisamente en la Guayana Esequiba; en flagrante violación del
Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966. Único documento con pleno vigor
jurídico en esta contención.
Asunto
que habrá que recomponer una vez recuperada la Guayana Esequiba.
En atención con lo señalado en el párrafo de arriba,
hace ya algunos años el gobierno guyanés delimitó, a su conveniencia, la “zona
en reclamación”, de la siguiente manera: región 1, Guainía-Baruma; región 2,
Poomeron-Supenam; región 7, Cuyuní-Mazaruni; región 8, Potaro-Siparuni y región
9, AltoTúkutu- Alto Esequibo.
En cada una de estas regiones eligen un
gobernador; y allí hay asentadas importantes ciudades, pueblos y caseríos de varios tipos y clases sociales; cuyo
registro censal, más reciente, arroja una población que sobrepasa las 300.000
personas, incluyendo a las etnias Waiwai, Makushi, Arawakos, Akawayos, Saraos,
Patamonas, Caribes y Wapashi.
La inocultable intención, que tal vez “calcula en
perspectiva” el gobierno guyanés, sería la invocación de la famosa Cláusula de
Prescripción Adquisitiva; para transformar actos de hecho en sentencias de
derecho; o que se produzca una decisión jurídica tomando en cuenta la libre
determinación de los pueblos.
Al recuperar la Guayana Esequiba, nos corresponderá,
obligantemente, enlazarnos, imbricarnos con todos esos grupos humanos; porque
efectiva y exactamente son nuestros compatriotas.
No obstante, todo cuanto hemos hecho, hasta
ahora, para la reivindicación política-administrativa de esa zona en conflicto,
el Estado venezolano debe ofrecer un trato más igualitario y decoroso a los
Esequibanos que viven en Tucupita, San Félix, Ciudad Bolívar, Tumeremo, El
Callao etc.
El Estado Venezolano debe sostener un proceso
de cedulación de los Esequibanos que viven en las ciudades precitadas y de
quienes se encuentran habitando en la extensión territorial que pedimos nos sea
restituida.
Reconocemos que ha habido algunos esfuerzos en
tal sentido; sin embargo, deben intensificarse.
La geografía humana que convive en esos 159.500
km2, que denominamos Guayana Esequiba, debe despertar el interés y fijar la
preocupación de quienes ejecutan Políticas Públicas, por parte del Estado
venezolano, con la finalidad de corresponderles, debidamente y como se merecen,
en todas las áreas pertinentes a su subsistencia.
Siempre nos ha parecido que caen en una seria
contradicción quienes se dicen defensores- en las redes y otros medios- de la
Guayana Esequiba; pero casi nunca nunca exponen ni se pronuncian por la
considerable población que convive en ese territorio, que nos fue arrebatado,
vilmente, hace ya más de cien años, y que ha entrado en trayectos
jurisdiccionales por ante la Corte Internacional de Justicia.
Por propia experiencia puedo mencionar que los
Esequibanos que viven, entre nosotros en varias ciudades venezolanas, aún
conservan algunas tradiciones religiosas, medicinales, experiencias innovadoras
en cuanto al cultivo de la tierra y producción piscícola, creatividad en
procesos de manufacturas, actividades gastronómicas, metodologías educativas,
desempeños técnicos en general.
Acaso no podemos nosotros aprovechar esos
conocimientos; al tiempo que, en tal intercambio de saberes, los compatriotas
Esequibanos recibirían las necesarias asistencias que refuercen el carácter
identitario de la venezolanidad; con la intención de que repliquen tales
eventos hacia sus familiares, que aún viven en la Guayana Esequiba.
Con inmensa satisfacción y para el regocijo
venezolanista, muy pronto será de uso, manejo y pronunciamiento común y
cotidiano en el resto de nuestro país - con sentido integracionista- los
nombres de Mabaruma, Santa Rosa, Anna Regina, Lethem, Mahdia, Wkapau, Annadale,
Tumatumani, Karawata entre muchísimos otros.
Tales son las denominaciones de algunas de las más importantes ciudades, pueblos y
asentamientos humanos que conseguimos en esa séptima parte de nuestra geografía
venezolana.
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