Derecha o Izquierda:
apenas una parte de la discusión (I)
Abraham Gómez R.
De nuevo
ante un inacabable discernimiento
dilemático que, aún hoy para muchos, tiene vigencia en cuanto a dos mundos posibles,
dos filosofías ante la vida que las han pretendido hacer irreconciliables en
estos tiempos que transcurren. Cuando ya pensábamos que tales discusiones
habían sido clausuradas, porque ahora es
posible sintetizar ambas líneas de pensamientos en un instrumento
teórico-practico superador, nos retrotraemos otra vez a una cartografía de
disyunción sociopolítica sin justificación aparente. Pero bueno, comencemos por
volver a desanudar este asunto, que para tantos se hace deseoso y necesario. Sin rehuir a los planteamientos y
sin opacidades al momento de dar sus antecedentes. Digamos entonces que cada
etapa de la humanidad tiene su específico vehículo de “emancipación”.
¿Emanciparnos de qué y cómo? Su sujeto liberador, pues. Lo que se ha dado en llamar
la vanguardia. Siempre ha habido una que otra por ahí. Lo que hay es que
saberla ubicar y distinguir, para contextualizar. Con la debida advertencia que
“la vanguardia” puede llegar a presentarse inasible, difusa, plural. Cuando
Marx y Engels determinan en el Manifiesto Comunista que el “sujeto liberador”
es la clase obrera, tal vez-- duda razonable mediante—llegó a ser una
interpretación correcta en su momento, por cuanto dentro de las clases sociales que estaban en movimiento para la “previsible revolución
de 1848” la clase
trabajadora conformaba el estrato social
que padecía las mayores explotaciones. Una pregunta adelantada: ¿tiene
sentido insistir con tal posición? Serias sospechas tenemos que son múltiples
los sujetos liberadores que hoy recorren al mundo. A veces identificados y/o
diferenciados entre ellos mismos. Cada uno aporta determinadas proporciones
teóricas y prácticas para la resolución de problemas en el ámbito de que se
trate: ya ideológico como económico. La cosa es resolver rápido y de la mejor
manera posible (pragmatismo le dirán no
pocos). Estamos en presencia de una vanguardia multifacética, que no se
contiene ni se contenta con una específica mirada. Maffesoli lo llama “el
descentramiento del sujeto”; y nosotros no tenemos la intención de socavar su
exquisita inspiración. Da lo mismo narrar desde el centro o aproximar ciertos
criterios desde la periferia. Son tantos los sujetos individuales o colectivos
que analizan y proponen las situaciones objetivas, que explican con aciertos
las posibles vías de liberación. Exponer que sólo la izquierda asume los
designios liberadores de la humanidad es hablar de modo obtuso; como también
será una torpeza mayúscula arrogarse por parte de la derecha la exclusividad de
redención. Hoy han aflorado grupos espontáneos por todas partes que no llevan
una particular impronta ideológica y han tenido el atrevimiento de proponer y
hacer cosas: Ecologistas, defensores de los derechos humanos, feministas,
impulsores de la ciudadanización, preservadores de la vida de los animales,
indigenistas, etnicistas, tecnologicistas, proponentes del decrecimiento
sustentable (Latouche y Georgescu-Roegen dixit) como opción de futuro, en fin
un gentío in-corporado socialmente a aligerar la vida sin que prele en ellos
una Razón ideológica previamente. Quiénes somos nosotros para etiquetarlos de
izquierda o de derecha, además luce anacrónica la reiteración de esa
nomenclatura. También con la intención de formular algún contraste indirecto
frente a cualquier ideología diremos que la democracia, con la que nos
regustamos a pesar de sus errores e imperfecciones, no sólo queda definida como
forma de organización política sino en tanto modo de convivencia y
estructuración social: menos vertical, con búsquedas más igualitarias (que no
igualación) de las relaciones entre sus miembros. Que aunque sean disímiles los planos políticos escogidos
por la gente para participar (de derecha o de izquierda) prevalecen el respeto
y la tolerancia hacia el otro. Suena habitual y extensivo para la vida el
término y praxis de democratización: proceso desde donde se hace común y corriente la aceptación del
disenso que será siempre fértil si
dejamos a un lado los estigmas y sintetizamos la izquierda con la derecha.
Tecnológico
de Tucupita
Abrahamgom@gmail.com
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