Engancho la educación: “Luego Existo”
Abraham Gómez R.
A lo largo de la
historia los seres humanos han tenido
siempre la acuciosa disposición de procurarse cada vez más cosas. Ha sido una carrera desenfrenada…sin
límites. Se han discernido desde La Edad de Piedra hasta hoy las ideas
más increíbles. Los asuntos tal vez
impensables apenas dos decenios atrás en la actualidad son cotidianos.
Los seres humanos buscan por encima de lo que sea y a cualquier riesgo y precio
abrirse horizontes, y admitamos que
todavía esa perspectiva sigue abierta como el primer día. Vivimos
pensando-elucidando- cualquier cantidad de alternativas existenciales. Ha
quedado plenamente demostrado: mucho
más es el tiempo que pasa uno hablando con uno mismo, reflexionando que el tiempo dedicado a comunicarle a los
demás “nuestras locuras”.
Sin lugar a dudas uno de los instrumentos expeditos para
formalizar y sistematizar todo cuanto pensamos y deseamos ponerlo en práctica
es la educación. Con este exquisito vehículo
de enseñanza-aprendizaje hemos hecho maravillas; sí pero también hemos cometido
bastantes desaciertos. Sin embargo, hemos ocupado suficientes horas teorizando cómo acceder y consolidar un
“proceso” educativo exactamente
para los tiempos que nos toca
vivir y que trace una línea auspiciosa a futuro.
Antes se dijo: hay que mejorar la educación, y uno que otro
remiendo se hizo. Luego, se insistió en señalar la urgencia de darnos una educación de calidad, y esto no
fue más a allá de replantearse una planificación curricular con objetivos
diseñados de manera rígida, cuya esencia apuntó casi que únicamente en términos
economicistas: la consecución de
profesionales universitarios que egresaran con la misión principal de
producir. Se objetivaba la calidad de la educación por lo tangible, lo medible.
La inmediata consecuencia del diagnóstico anterior era que muchos aspectos que corresponden a las otras
dimensiones de los seres humanos no eran incorporados en la currìcula. Así
entonces, quedaban por fuera: vivencias, experiencias, miradas, emociones,
sensibilidades, anécdotas, subjetividades puras, querencias, singularidades,
enfoques por muy disímiles que resultaren. Alguien dirá (con abundantes
razones, quizás) con nada de lo último aquí descrito se va al mercado. Una
batalla que parece que la ganan los
propiciadores de la mal llamada educación de calidad, digámosles
alabarderos de la teoría economicista dura.
Si la propuesta de
integralidad aspira a obtener fuerza y
consistencia epistemológica. A sostener
una teoría seria, creíble, entonces todo
cuanto se piense, aporte y comporte por
la educación debe involucrar: conocimientos,
actitudes, valores, la equidad
en/para la vinculación social, la
coherencia, la eficiencia, la tecnología
y un larguísimo etcétera.
En referencia al factor tecnologizante actual implícito en
los proceso educativos deseamos detenernos para explicitar que en los últimos
20 años, que es el tiempo que tiene de vigencia la www (word wide web), estamos
enganchados en ese extraordinario instrumento de educación continua y
permanente. Nos ha atrapado esa red de redes. Internet llegó para quedarse, sin
la intención de desplazar nada ni a nadie. Sino para complementar las funciones
y procedimientos de aprehensión y comprensión de las realidades. Internet y
todo lo que ello arrastra se ha constituido en un elogiable medio electrónico
para los aprendizajes virtualizados, para buscar “saberes” on-line a
conciencia, donde cada quien asume su densidad ética. Se está volviendo como un
hecho inescurrible e inevitable que cada quien diga “me conecto, luego soy”.
Pareciera que quien no intente manejar y
capacitarse en: Internet, intranet, cdrom, producciones multimedia,
habilitar estrategias de e-learning…. No va pa`l baile. Pero, hay que tener
mucho cuidado de no entramparse, y pensar que basta que tengamos cierto domino tecnológico de los
procesos educativos virtualizados para apelar a èsto con la finalidad de salir de cuanto
atolladero se nos presente. Es apenas un
instrumento electrónico, un vehículo de conexión digitalizada, un medio de
interconexión de alcance mundial para potenciar nuestras capacidades; para
vincular la tecnología de la comunicación y la información con el
autoaprendizaje. Aceptemos tal desafío. abrahamgom@gmail.com
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