lunes, 28 de diciembre de 2015


Expertos afirman que el recrudecimiento del conflicto 
territorial, por parte del Ejecutivo, fue una estrategia
 electoral que falló
En un año en el que la disputa territorial entre Guyana y Venezuela por la zona del Esequibo se recrudeció, analistas coinciden en que la tensión provocada por el gobierno de Nicolás Maduro bajó significativamente después de las elecciones legislativas del 6 de diciembre.
Abraham Gómez, doctor en Ciencias Sociales, afirmó que el conflicto fue parte de una estrategia para crear un “falso nacionalismo” y “un ardor electoral”. “La controversia sigue estando allí. Venezuela no ha seguido con el asunto, mientras que Guyana se ha preparado jurídicamente en todo este tiempo”, agregó.
Señaló que un “silencio incomodo e injustificado” se ha ido apoderando del gobierno en torno a la controversia por el Esequibo. “Es extraño que luego de la convulsión que se levantó internacionalmente no ha habido mayores iniciativas de insistir sobre la recuperación del territorio”, enfatizó.
En apoyo a la teoría de Gómez, el ex embajador de Venezuela en Guyana Sadio Garavini dijo que el gobierno demostró que todo se trataba de un tema electoral: “Cuando se dieron cuenta de que las encuestas habían bajado y que sus tácticas parar crear un nacionalismo habían fallado, decidieron no tocar más el tema del Esequibo”.
Refirió que el Ejecutivo no se había mostrado interesado, en los últimos 15 años, en la disputa territorial hasta el momento en el que se acercaron los comicios. Añadió que el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez “nunca tuvo ningún interés al respecto”, pese a su gran poder político y económico con el que pudo haber llegado a un acuerdo con Georgetown.
Explotación transnacional
Abraham Gómez indicó que aprovechando la falta de atención de las autoridades venezolanas, la empresa Fugro Americas, contratada por Exxon Mobil, explorará a partir de enero la geofísica en el bloque Stabroek, zona atlántica del estado Delta Amacuro.
Destacó que una vez que la Exxon se instale en parte del suelo venezolano se estaría violando el artículo 3 del Acuerdo de Ginebra. “Si se reafirma la presencia de empresas territoriales en la zona exclusiva, eso imposibilita que el país pueda hacer uso de los recursos fósiles frente a la costa atlántica”, apuntó.
A pesar de los constantes señalamientos contra Exxon Mobil, encargada de explorar los yacimientos de petróleo en el Esequibo, el gobierno no ha hecho énfasis en las otras 29 empresas con concesiones aprobadas por Guyana para la explotación de recursos forestales, mineros y fósiles.
Garavini añadió que solo la empresa China National Offshore Oil Company, que también es socia de Venezuela, posee 35% de las concesiones comerciales en Guyana.
A la corte
Recientemente el canciller de Guyana, Carl Greenidge, anunció que en el primer trimestre del año llevará el caso del Esequibo a la Corte Internacional de Justicia de la Organización de las Naciones Unidas. Argumentó que están cansados de la figura del buen oficiante. “Guyana no quiere mediador sino que tomará medidas legales”, afirmó Gómez.
En noviembre, Greenidge declaró que su gobierno solo está dispuesto a aceptar un fallo de la Corte Internacional de Justicia como salida al conflicto sobre el Esequibo, pues otra resolución afectaría de manera negativa el desarrollo económico del país.
Sadio Garavini aseguró que Guyana en su afán por explotar los recursos presionará al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para terminar con la disputa.
Desde 1982 la figura del intermediador o el buen oficiante ha estado presente entre ambos países como analista, escrutador, comunicador y veedor de los avances y retrocesos del conflicto. Desde 2013, tras la muerte del último mediador, el profesor Norman Girvan, Venezuela no ha contado más con esa figura.
El resultado
A tan solo meses de cumplir 50 años como república independiente, Guyana no ha cambiado nada sobre el tema territorial, pues desde 1899 ha explotado el Esequibo, mientras que Venezuela “no ha tenido la posibilidad de aprovechar ninguno de los rubros productivos de la zona en reclamación”, expresó Gómez.
En este punto, advirtió, se debe cuestionar cuál ha sido el resultado de la disputa y quién es realmente el que le está sacando mayor provecho a la situación: “Si no se mueve la negociación por parte de Venezuela, el territorio seguirá siendo de Guyana. En todos los censos que ha hecho el gobierno de Guyana los ciudadanos quieren pertenecer a ese país. Hay una relación de identidad histórica de nacionalismo con Guyana y no con Venezuela”.
Garavini consideró que si Caracas continúa manifestando “desinterés” se corre el riesgo de “perder mucho más que la zona en reclamación”. “En estos momentos Guyana está más interesada que nosotros en el Esequibo, ya que no quiere que se afecten sus desarrollos económicos”, puntualizó.

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