Tratativa perversa detrás
de la neutralidad guyanesa.
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com
En las circunstancias actuales en nuestra Nación; cuando
confrontamos, con el apoyo de la comunidad internacional, un régimen sátrapa,
para quitarnos de encima la tiranía de impronta militarista, que nos oprime; un
hecho curioso nos ha resultado llamativo en extremo: la posición elusiva y
displicente de Guyana.
Si bastantes países cierran filas y estrechan solidaridades
con el pueblo democrático de Venezuela; Guyana ha preferido mantenerse, en
apariencia, neutral. Pero, tal inclinación no responde a ingenuidades (¿?) o
pulcritud en cuanto al acatamiento del Derecho Internacional.
La excolonia británica, aparte de estar a la saga para ver
qué puede pescar, que le favorezca, en la situación deleznable en la que nos
encontramos, ha recibido expresas e inevadibles instrucciones del gobierno
cubano de no aliarse con facciones que entorpezcan la continuidad del usurpador
al frente del poder ejecutivo.
Cuba, al parecer, le garantizaría a la secta de ineptos, que hoy ha robado la
institucionalidad democrática en Venezuela, que Guyana permanecerá aletargada;
que por la Zona de Reclamación no se desarrollará la más mínima actividad de
ingreso de ayuda humanitaria, menos servirá de aliviadero de compatriotas
migrantes.
Tales favorecimientos guyaneses al usurpador, avalados por
las huestes castristas, no serían desprevenidos ni gratuitos. Esas gestiones de
los cubanos, para que Guyana permanezca inconmovible ante las reiteradas
violaciones de los Derechos Humanos en Venezuela ya estarían, suficiente y abultadamente
facturadas a un muy alto precio contra nuestra Soberanía Nacional.
Guyana maneja la intención de solicitar expresamente, con la
mediación cubana, que Venezuela admita la jurisdicción de la Corte
Internacional de Justicia, en la controversia que sostenemos por la Guayana
Esequiba.
El presidente guyanés, David, Granger, su canciller Carl
Greenidge y Sir Shridath Surendranath Ramphal, coordinador de la comisión
Ad-Hoc, para la Guayana Esequiba han manifestado que la neutralidad que ha asumido su país, en la
crisis venezolana, constituye un factor oneroso y muy caro para su contraparte en
la CIJ; sobre todo en este trance ominoso que atravesamos.
Se sabe, demás, que
los tentáculos añagozos de los cubanos perseguirían , para beneficio de los
guyaneses en el litigio, que Venezuela embadurne de impropiedades el Memorial
de Contestación de la Demanda, que debe consignar el 18 de abril próximo, en el
Alto Tribunal de La haya.
Cubanos y guyaneses se han montado en la vulgar estrategia
para que asesores u operadores trabajarían, de modo solapado en ambas
cancillerías, para el desistimiento de Venezuela de la séptima parte del
espacio geográfico, vilmente arrebatado con el Laudo Arbitral del 03 de octubre
de 1899.
En esa lúdica perniciosa para los intereses de nuestra Nación,
propondrían lo siguiente: Venezuela puede admitir la jurisdicción de la Corte,
no necesariamente por medio de una declaración por cuanto tal hecho impactaría,
en mucho a la opinión pública; pero sí, a través de acciones sucesivas que suponen su
aceptación. Por ejemplo: presentando el escrito inmediato que le corresponde,
adicionando memorias y contramemorias en la fases escrita y oral, promoviendo
testigos, compareciendo, de manera recurrente a la citas, aceptando el
cronograma de entrevistas, aportando documentación, solicitando copias certificadas de las
audiencias, discutiendo con los coagentes demandantes ante la Corte.
Estaríamos, sin lugar a dudas, en presencia activa del
conocido Fórum Prorogatum. Venezuela, el Estado demandado, aceptaría a la CIJ,
como propia y competente para decidir. Y sospechamos, cuál será la parte
favorecida con sentencia de la Corte.
Afloran tantas interrogantes y dudas, en estas horas
calamitosas en la vida del país.
¿Por qué no se ha designado formalmente, y dada a conocer la
comisión de alto nivel que se obliga a analizar, discutir y acopiar los
elementos probatorios (Justos Títulos) con los cuales demostraremos la trastada
de la que fuimos objeto?
¿Por qué tanta aquiescencia (permisividades) con las
concesiones a empresas transnacionales que ha hecho Guyana; contrariando la
esencia del Acuerdo de Ginebra?
Lo que sí aseguramos es que cuando reconquistemos nuestra
verdadera Democracia y Libertad, con transparencia aflorará tanta inmundicia concerniente a este
asunto de la Guayana Esequiba, cuyo tratamiento debe ser de Política de Estado y no ruindad de gobiernos;
y que será responsabilidad de las nuevas autoridades de la República hacer
los necesarios arreglos reivindicatorios para
con la Patria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario