viernes, 31 de enero de 2020


Todos los caños habidos y por haber.
(En memoria del escritor deltano Humberto Mata)

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Bastante comprensible es que una persona no llega, en toda su vida,  a conocer o recorrer los innumerables y vastosísimos caños de nuestro Delta, por muy buenas intenciones y disposiciones que tenga.

Permítanme asomar una posible explicación o razón: los deltas nunca terminan de hacerse. Ha sido demostrado, geográficamente,  que cada día aflora, con la irrupción de  aluviones deltaicos, una posibilidad de ser.

En nuestro  Delta del Orinoco, espacio vital que lo he asimilado desde hace casi medio siglo, a decir verdad, el escenario natural que hoy nos  deslumbra por su belleza, mañana se transforma en algo, quizás mucho más maravilloso. Y así va siendo y haciéndose constante y sostenidamente. Ilación de sueños interminables que nos apasionan.
Nos atrevemos a señalar que nuestro afamado escritor Humberto Mata, por lo menos físicamente, no tuvo la posibilidad de  visualizar, y menos recorrer nuestra inmensa geoespacialidad.
Y nos preguntamos: acaso tal limitación constituyó, para Humberto,  óbice determinativo, para no asir e involucrar en su narrativa la exuberancia y esplendor que describe y caracteriza este pedazo de tierra, que nos hemos dado para vivir.

Sabemos que todo este andamiaje nos confiere idiosincrasia y suficiente piso identitario.
Vivir en esta hermosura de tierra, es estar dispuesto a reforzar la Categoría existencial que denominamos Deltanidad.
Decir Deltanidad, en un solo tiempo, implica y comporta:tejernos en la piel nuestras valoraciones como pueblo, motivaciones humanas, acendradas y comunes costumbres, conocimientos, emociones, sensibilidades, mitos, ritos, triunfos y desaciertos.
La Deltanidad involucra nuestras especificidades con las respectivas vivencias y querencias, sin eludir las carencias.
En sus relatos, Humberto recurre con insistencia a prescribirnos que la cultura se asume en tanto vector generador permanente de diferenciadoras posiciones ideológicas, de síntesis axiológicas y de tensiones pulsionales.
Humberto siempre se manifestó respetuoso de la opinión contraria a la suya, en el campo que fuera.
Será por ese motivo, tal vez,  que pesquisamos en la vertebración de sus escritos, una justificación devocional hacia el prójimo; que se hace apreciable, en  él, cuando apela al enunciado   siguiente: "los seres humanos tenemos un destino inexorable, estamos obligados a vivir juntos".
A lo anterior podemos añadir que a  muchos les resulta complicado con-vivir, cuya acepción extensa vendría a significar imbricarse en/con el otro.
Con-vivir es admirable, decía Humberto.
Con-vivir comporta mucha más que llenar de personas un espacio territorial. Las orillas de los caños del Delta, por ejemplo. O asentar a una considerable porción de gente en un lugar determinado para que satisfaga, conforme a las circunstancias, sus necesidades existenciales.
Admitamos que somos seres humanos con nuestros instintos y aprendizajes. Que estamos obligados a compartir, para reencontrarnos en un crisol lo que en realidad sabemos con anticipación es diverso. Por eso resulta exquisito, por cuanto es multívoco.
Sin lugar a  dudas: un  caleidoscopio de pluralidades sociales y naturales del que disfrutamos;y del que Humberto hizo casi un despliegue vicarial.

(Extracto de mi aporte escritural para el libro a publicarse pronto en homenaje a Humberto Mata)

miércoles, 29 de enero de 2020

  A QUIEN PUEDA INTERESAR

Como venezolano, que he tomado la determinación de venir a este hermoso País, donde he conseguido tanta amabilidad de gente honesta y  buena; puedo dar los mejores testimonios de gratitud; tanto que, por medio de la presente solicito, formalmente, ante ustedes me sea concedido el asilo, por la razones y causas que me permito detallarles de seguidas.

A  pesar de que  nos encontramos esperanzados, por todas las actividades de reivindicación democrática en Venezuela, que pronto reconquistaremos la libertad; aún persiste un clima enrarecido de persecución y odios contra los profesionales universitarios y demás ciudadanos que antagonizan lo que los defensores del gobierno han dado en llamar "proceso revolucionario. "

En los sitios e instituciones  de trabajo se cometen, a cada  instante,  acciones y tropelías contra quienes tengan la disposición de enarbolar voces y palabras de reivindicación democrática, que repercutan por la paz y el sosiego,  elementos  imprescindibles  para alcanzar  el desempeño profesional y la plena realización en  la vida privada.

La población venezolana, en un ochenta por ciento, que no está de acuerdo  con los desmanes  del presente régimen político-ideológico en nuestro país, se ve sometida y hostilizada por los denominados colectivos armados, cuya denominación más clara y directa, son hordas de facinerosos y holgazanes financiados, organizados y protegidos desde las esferas oficiales para arremeter contra las personas y sus bienes.

La situación anteriormente descrita la padecí, junto con muchas familias  en reiteradas ocasiones. 

Por lo que, vistos los hechos narrados,  he tomado la decisión de venir a esta admirada Nación a solicitar protección, y al propio tiempo, gestionar todo cuanto haya lugar para que, mediante las requisitorias expeditas me sea concedido el asilo que pido, según los trámites.


Solicitud que adelanto, basado en la buena fe de los funcionarios que tengan  en sus manos y competencias concederme lo que pido, mediante este relato de testimonio de vida.

Es justicia, en  Ciudad de México a los 30 días del mes de enero del dos mil veinte, y en absoluta solidaridad y  satisfacción para con mi  petitorio.



José Adolfo Díaz Aumaite.
C.I 20.160.860

jueves, 16 de enero de 2020



Guayana Esequiba: nuestros recursos (vilmente) esquilmados.
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua.


En el mundo fluye en la actualidad una indetenible intercomunicación en todas las áreas, ámbitos. Quizás lo que uno menos se imagina adquiere sentido hoy mediante la interconexión planetaria (¿globalización?, tal vez). Así entonces, frente a un fenómeno que se está viviendo con tanta eclosión; que se ha venido mundializando; que se escapa del control de los Estados, estamos obligados a repotenciar el talento, con la finalidad de entender y comprender los acaecimientos, sin aislarnos.

Constituye un imperdonable error abandonar el concierto de la Comunidad Internacional, tipo Corea del Norte, o Cuba en una época.

 País que se aísle no resuelve problemas; contrariamente, los crea para su población.

Lo anterior puede ser explicable y justificado en los siguientes términos: ninguna nación avanza a contrapelo de los tejidos (inevadibles) que se urden entre los Estados, que en el presente momento le sirven de plataforma a las sociedades. Y lo peor es llevar tamaña mentalidad reduccionista a los aspectos económicos.

Bastantes opiniones de especialistas han considerado siempre un grave desacierto estratégico de desarrollo nacional   limitar el consumo interno, casi exclusivamente, a las importaciones en altísimas proporciones; o continuar, como siempre, dependiendo del petróleo; sin que se vislumbren (hasta ahora) alternativas confiables y sustentables para las necesarias y oportunas sustituciones.

A lo largo de nuestra historia contemporánea (con la irrupción del petróleo, como recurso aprovechable) las iniciativas programáticas de todo tipo las hemos impulsado, con base a la propia sostenibilidad del proceso de mono exportación petrolera.  Ya sabemos en la vergonzosa situación en la cual nos encontramos.

Recordemos cuando propalábamos, con orgullo, por todas partes “el petróleo es de Venezuela”, ahora exclamamos “Venezuela era del petróleo”.

No se necesita ser muy inteligente o poseer virtudes adivinatorias para convencernos que, en casi todos los diseños y ejecutorias   de las Políticas Públicas en el Estado venezolano, se develan inaceptables cúmulos de desaciertos e impropiedades.

Los errores más protuberantes se aprecian en lo atinente a Política Exterior; y con mayor énfasis en el asunto litigioso que sostenemos con la excolonia británica por la Guayana Esequiba. Extensión territorial, inmensamente rica en múltiples recursos, la cual nos despojaron, a través de una tratativa tramposa, denominada Laudo Arbitral de París, el 03 de octubre de 1899. Sentencia que siempre hemos calificado de írrita, nula y sin eficacia jurídica.

Cada vez se agranda nuestra fundamentada percepción que quienes han manejado la Política Exterior venezolana permanecen en extraviados escenarios. Han padecido una especie de estrabismo mental.

Guyana nos descalifica en los congresos internacionales. Declara contra Venezuela cada vez que tiene una visita de una delegación internacional. Y la cancillería nuestra peca por omisiva ante tales hechos. Silencios que en el Derecho Internacional Público se pagan caros. Demasiadas permisividades. (Principio de Aquiescencia).

Hemos denunciado, con insistencia, que hay un enjambre de empresas operando, bajo la coordinación de la Exxon-mobil, la cual fija los procedimientos, en el área, para   la Shell holandesa, a la CGX estadounidense, a la Anadarko canadiense, a la CNOON china; en fin, se conoce que sobrepasan las 52 compañías que allí se instalaron, procedentes de muchos países, que se dicen amigos de Venezuela; incluso algunas naciones que hemos estado apoyando a través de Petrocaribe.


Están aprovechando, como mejor les plazca, los recursos madereros, acuíferos, mineros, petrolíferos y energéticos en general, en nuestra Guayana Esequiba; no únicamente en el área territorial de los 159.500 km2 que nos arrebataron; sino además han permisado a grandes consorcios en la proyección atlántica nuestra.

Estimaciones recientes del Fondo Monetario Internacional revelan que Guyana tendrá, en 2020, un crecimiento de su PIB, por el orden del 86%; incluso, se especula que sobrepasará en un 14 por ciento a la misma China, en su incremento de riquezas.

Se habla que en los próximos meses comenzarán las “exportaciones petroleras de Guyana” (¿?), entre 700.000 y un millón de barriles diarios. Además, añaden que la excolonia británica puede llegar a ser el país con el mayor caudal financiero líquido disponible y de ingreso per-cápita. Podría llegar a ser el país, en el mundo, con el mayor número de barriles de petróleo por habitante.

La señalada perplejidad (y las comillas que adrede utilizamos) para relatar las cifras anteriores vienen dadas porque la Zona Esequiba (y su proyección marítima) donde están operando las citadas empresas nunca ha sido ni británica ni guyanesa. Tenemos una reclamación centenaria que ahora se dirime en la Corte Internacional de Justicia. Poseemos suficientes elementos probatorios para exponer y alegar que la Guayana Esequiba es nuestra jurídica, cartográfica e históricamente.

 Ha habido una ocupación abusiva de las transnacionales, a partir de concesiones fraudulentas e ilegales que recibieron de los gobiernos guyaneses. Entregas impregnadas de añagaza económica, por cuanto contrarían el espíritu, propósito y razón del Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Entonces, nos preguntamos: hacia dónde apuntan las miradas de las autoridades de nuestra Cancillería.

martes, 14 de enero de 2020



Ginecocidio:  con buen ritmo en la RAE.

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com

Como ya es del dominio público, a mediados del año pasado, propuse ante la Real Academia Española (RAE) un nuevo vocablo: Ginecocidio; y de inmediato entró en un proceso complejo y exhaustivo, para evaluarlo integralmente.

A la citada palabra, como paso introductorio para su posible admisión, le abrieron un expediente (registro). En el mismo acto se nombró una comisión de lexicógrafos, para que iniciaran el trabajo de disección morfo-sintáctica, de construcción léxico-semántica, la articulación fonética, la función fonológica, su posibilidad semiótica, la aplicación pragmática, o de cualquier otra consideración que ellos crean conveniente para el análisis.

Estoy dispuesto, disciplinadamente, a escuchar las observaciones a que haya lugar, por parte de los citados especialistas y estudiosos de nuestra lengua, quienes  poseen una densa experiencia, acaudalada desde hace muchos años. Nos indicarán las pertinentes recomendaciones para suprimir o modificar la estructuración de la acepción que les he consignado para su completa revisión y examen, antes de su incorporación en las próximas ediciones del Diccionario de la Lengua Española (DLE), si llegara a ser aprobado.


Debo confesar que siento la natural aprehensión (“sustico”) por tamaña audacia propositiva; pero  también me embarga una inmensa satisfacción, por cuanto estoy asumiendo a conciencia un modesto aporte lingüístico para develar, con la mayor exactitud, los crímenes atroces que contra ellas se cometen; y que la mayoría de las veces, algunos medios de comunicación, además  en la RED o en conversaciones cotidianas, se pretende disimular el Ginecocidio, en tanto abominación, para evitar el estremecimiento societal y atenuar su verdadera   significación. Por eso   despachan este grave asunto con la etiqueta o la cosmética siguiente: “se ha cometido un femicidio o feminicidio”.

Los cuerpos policiales tampoco disimulan mucho, cuando dan sus informes forenses; y eluden esta fatalidad así: “se acaba de cometer un homicidio contra una dama, por razones de género”
A ese absurdo, de no querer decir las cosas por su nombre, nos oponemos. Y como hay insistencias para presentar y maquillar públicamente la muerte de una mujer como un homicidio, estamos obligados a aclarar y refutar que   homicidios, únicamente, se perpetran contra los hombres.

Entendamos, en solidaridad humana, que cuando liquidan físicamente a una mujer, no están matando al género femenino; están matando a la mujer, al ser humano.

No nos cansaremos de hacer todo cuanto esté en nuestras posibilidades para la reivindicación absoluta de las mujeres.

Hoy en día, el arraigo y la fuerza del pensamiento y acción de las mujeres en todas las disciplinas científicas, en filosofía, en deportes; digamos, en cualquier desempeño laboral, por muy complejo que se presente, son tan grandes, que ya se reconoce la extraordinaria dimensión y aportes que ellas confieren para la cabal interpretación y soluciones a los problemas del mundo y de la vida.

Todos los elementos anteriormente citados nos estimulan a continuar con esta faena apasionada:

 Las Academias (inclusive la RAE, creada en 1713), instituciones de las cuales nos sentimos orgullosos, no imponen las conductas lingüísticas; sino que procuran mejorar los actos de habla.

La RAE nos hace la severa advertencia con respecto al   vocablo propuesto, Ginecocidio: debe tener plena acogida en todos los ámbitos comunicativos. Ellos denominan esta práctica, Frecuencia de Uso.

Más adelante, en el escrito que nos dirige la RAE señala que: “es requisito fundamental para el mantenimiento y la inclusión de voces que corresponden a las distintas áreas y países de habla hispánica, que su empleo actual esté suficientemente documentado en textos, preferentemente de los corpus de la RAE, que deben abarcar, además, un periodo de tiempo de al menos seis o siete años, pues de otro modo, podrían reflejar un uso pasajero. Por tanto, para la incorporación o enmienda de una palabra o acepción al Diccionario es necesario testimoniar su uso según hemos relatado anteriormente. Si dispone de textos suficientes con los que podamos reforzar los trámites para posibles adiciones o enmiendas, puede mandarlos…”

Tarea que he venido cumpliendo, al pie de la letra.

Así entonces, solicito la cooperación para que le demos Frecuencia de Uso al vocablo propuesto , en nuestros diarios y constantes actos de habla; incluso  cuando nos toque, lamentablemente, referirnos a este citado fenómeno de sociopatología.


jueves, 9 de enero de 2020




Reivindicación lingüística de las mujeres.

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

El Género Gramatical Fija el orden sintagmático que deben seguir las palabras; por lo que debemos evitar caer en la trampa de apelar a las dobles y redundantes consideraciones al momento de mencionar lo masculino y lo femenino.

Prestemos atención, seriamente, a esto: por muy buenas intenciones que usted tenga, no hace inclusión de lo femenino en la sociedad, ni reivindicamos a la mujer con sólo decir: muchachos y muchachas, ellas y ellos, estudiantes y estudiantas, todas y todos, o poniendo arrobas (@) en los escritos para abarcar ambos géneros de una sola vez. Esa doble mención del Género es innecesaria.  

Es un trabajo apasionante que nos hemos propuesto. Así lo dejamos sentado en la Academia Venezolana de la Lengua, con nuestro discurso de incorporación.

Lo hemos ejercido desde todos los ámbitos posibles. Es una auténtica y palpitante genealogía solidaria, impregnada de razón y emoción. Diremos por qué.

En el castellano-español basta únicamente un sustantivo con el cual usted abarca tanto lo masculino como lo femenino, si tal sustantivo varía sólo en las letras (a) (o).

Por ejemplo: Si dice diputados y niños (allí están contenidas también las diputadas y las niñas); pero si dice hombres debe mencionar mujeres; si menciona caballeros, también debe mencionar damas; porque, en este último caso, las palabras caballero y dama varían mucho más que la letra terminal (a) (o).

Muchas veces por pretender enarbolar falsos feminismos. Por querer dárselas de incluyentes o abarcativos con sus palabras, caemos en la desfachatez siguiente: participantes y participantas, concejales y concejalas, alférez y alfereza, oficinistas y oficinistos, títulos y títulas (como dijo, recientemente, un ministro) camaradas y camarados, asistentes y asistentas, y por esa ruta distorsionada y ridícula se termina por ofender o poner en entredicho el verdadero valor de las mujeres en nuestra sociedad.

Nuestro idioma, no obstante, sus muchas imprecisiones y aspectos mejorables, sostiene elementos que han sido sometidos a normas; que son aceptados por tácitos convencionalismos o por uso rutinario y tradición. Dicho de otra manera, nos hemos venido acostumbrando a pronunciar y vocear las palabras de un modo y, como cuerpo social, le damos legitimidad.

Es bien sabido que, en el presente, uno de estos casos, desde donde aflora tanta discusión, es todo cuanto se refiere al Género Gramatical; que no tiene nada que ver con sexismo, ni con genitalidades o ubicaciones conforme a la "diversidad de gustos" de cada quien.

Cuando estudiamos el Género Gramatical, nos conseguimos que atiende a estructuras complejas morfo-sintácticas concordantes; cuya intención persigue darle exquisitez, economía y transparencia al vocablo, a la frase, al texto o discurso.

Las mujeres requieren de nosotros, hoy tanto como ayer, una nueva mirada sociohistórica.
Se ha vuelto indetenible la presencia de la mujer en las más disímiles disciplinas y áreas de conocimientos.

Las mujeres han venido asumiendo elogiosas responsabilidades, tal vez “lentamente”, pero con fundamentación y sostenibilidad. Este es el siglo de las mujeres, no caben dudas.

En bastantes partes del mundo se ha venido adelantando una especie de “excavación en la historia”, un asunto casi de “arqueología social” con el fin de hacer los hallazgos del legado inmarcesible de las mujeres, de extraer sus palabras y sus obras. Para que ellas digan, en la contemporaneidad, lo que intentaron decir y no pudieron. Para que sus voces sean escuchadas.
Para hacer presentables sus obras, para rescatarlas de las olvidadas fosas del tiempo.

Ciertamente, todavía hay odiosos resabios de androcentrismo en las sociedades: enarboladas en una cultura que cree aún que en torno a lo masculino deben determinarse todas las cosas.
Digamos también que, al momento de escribir sobre el hermoso e interesante trabajo de las mujeres, muchos intelectuales emplean suficientes estrategias de atenuación discursiva que persiguen minimizar el contenido de los enunciados cuando los ejes temáticos se refieran al género femenino.

Es verdad que cuando una sociedad se encuentra masculinizada, entonces hace usos excesivos de atenuantes morfológicos o léxicos con los diminutivos o modificadores, como instrumentos lingüísticos, que busca darle opacidad a las realidades de las mujeres.

Pero, tampoco es para que sentenciemos como perversa a una construcción gramatical porque no use el falso desdoblamiento sexista.

No le pidamos a las construcciones gramaticales que reivindiquen lo que algunas sociedades, enteramente masculinizadas, excluyen en los actos de habla, en la vida diaria y en los desenvolvimientos práxicos. 

¿Se siente la mujer excluida, discriminada al no verse visualizada en cada expresión lingüística relativa a ella?

Podemos aligerar, una y otra vez, las mismas y decididas respuestas a la anterior pregunta: los abusos en los desdoblamientos referidos al género gramatical son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico.