Un verdadero
tsunami ciudadano
Dr. Abraham Gómez R.
Nos aproximamos al acto de votaciones y de elección del próximo
presidente de la República. Ciertamente, ambos procesos, en simultáneos,
programados para el domingo 28 de este mes.
Aunque los señalados desenvolvimientos han discurrido con desequilibrios,
persecuciones y descarado ventajismo por parte del oficialismo; no obstante, se
ha impuesto cívicamente el ímpetu de un pueblo dispuesto a recobrar la
institucionalidad del Estado venezolano; presto a reimplantar las condiciones
de derecho en libertad y dispuesto a reconquistar un sistema de plena
democracia.
Hemos tenido situaciones atípicas tanto en la forma de llevarse la
campaña como en el fondo e intencionalidad para alcanzar los resultados.
Tal vez, el elemento más
protuberante – que sobresale- consiste en la abrumadora mayoría de la población
inclinada para respaldar, sin miedo ni aprehensiones, hacia la candidatura de
la oposición representada por el eminente diplomático Dr. Edmundo González
Urrutia quien ha recibido a su vez el endoso del absoluto liderazgo de María
Corina Machado.
Ambos conformaron un extraordinario equipo de complementación en el
activismo político. Ya recorriendo Venezuela llevando un mensaje preclaro
liberador, el caso de ella; o vinculándose con los sectores más representativos
de la sociedad, como elogiadamente lo ha hecho él, para la reconfiguración de
un país anhelado de cambios y transformaciones integrales.
Nos satisface reconocer que Venezuela ha respondido, como efectivamente
se esperaba; tanto que al día de hoy el análisis objetivo que hemos hecho a los
resultados de las encuestas realizadas por parte de las ocho empresas más
creíbles y prestigiosas, arrojan las cifras en base a 82% de intención de
participación del electorado interno; cuyo promedio queda de la siguiente
manera: Edmundo González 71.9% y Nicolás Maduro 14.9%, los demás candidatos no
alcanzan a un 4 %.
Dicho más claro, se aproxima – hipotéticamente- una avalancha de votos
favorables a la oposición venezolana; entendiendo que tal hecho no basta en sí
mismo. Se requiere un milimétrico carácter organizativo a través de los
testigos; también de quienes asuman responsabilidades logísticas; y por supuesto,
la disposición indiscutida para la defensa de los votos.
Vamos a demostrarle al mundo que a pesar de los extravagantes y groseros
discursos amenazantes ya conocidos que buscan atemorizar o provocar abstención,
los venezolanos daremos una lección de civismo y respeto, conforme a los
resultados transparentes.
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