ESTOPA EN LA GARGANTA (I)
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia
Venezolana de la Lengua
Habíamos pensado que con el derrumbamiento del Muro de Berlín también se
hacía posible el descalabro estrepitoso de teorías políticas anacrónicas:
comunismos, socialismos de baja ralea, fascismos, totalitarismos, populismos,
militarismos, personalismos, absolutismos, estatismos, y todos los ismos que condicionan
las libertades humanas.
Tales ideologías, de ingrata recordación, mantuvieron la intención
siempre de separar a los seres humanos, en sus sensibilidades y emociones. Fracturar
a la gente porque piensan distintos; además con estrategias de indoctrinación
buscan, de manera imbécil, ubicar a los ciudadanos forzosamente en posiciones
dicotómicas, para desatar luego las riendas a maniqueísmos irreconciliables. Si
no estás con el régimen te apartan, descalifican y aborrecen. Aplican hoy en Venezuela
la rancia cartilla cubanoide.
En los tiempos que transcurren resulta impensable que alguien (o secta de
ineptos facinerosos) por muy osados que sean puedan convocar (tal vez
contaminar) a una multitud con sus ideas totalitarias y salir ilesos. Saben por qué?, porque la cultura democrática
del pueblo venezolano no se va a calar estas tropelías de un régimen que se está cayendo a pedazos, y que sólo lo
sostiene las puntas de bayonetas.
Constriñen las libertades en el ejercicio de la educación, de la
propiedad privada, de la producción, del comercio, de decisión
de movilidad, de la participación social en condición de ciudadanos
independientes. Coaccionan, extorsionan y aterrorizan a los medios de
comunicación para que no informen.
Todo en nuestro país pretenden sellarlo con los tintes de partido único,
oficializado, a cuyo frente se construye la figura de un “jefe absoluto” con
poderes ilimitados, siendo él mismo el superior jerárquico de la estructura
estatal; aunque su estampa sea la de un “indigente mental”.
Lo anterior bajo la estricta
vigilancia de un cuerpo civil-militar: mezclote de paramilitares y colectivos
con una lógica y discurso cuartelario, amenazante; con la finalidad de asegurar
la imposición sectaria de una ideología. Cualquier manifestación en contrario
pretenden acallarla con represión a mansalva.
Lo que Foucault estudió en la década del setenta como el biopoder hoy en
día va haciéndose, en nuestro país más evidente.
La vida y lo viviente constituyen los retos de las luchas políticas en la
Venezuela contemporánea.
Ha venido este régimen haciendo uso de los manuales de medios típicos
para el control ciudadano: acortamiento de las libertades, abierta o
sibilinamente, de expresión, de información, taponar con crudeza y sin
escrúpulos bocas y oídos para que no digan, para que no escuchen. Obturar las
conciencias.
La realidad desde siempre ha estado llena de contradicciones, plena de
complejidades, escurridiza para pretender encerrarla en un sistema
socio-político que impone sus propios fetichismos. En el presente tramo epocal
la humanidad enarbola un pensamiento plural.
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