Acuerdo de Ginebra y Corte
Internacional de Justicia
Dr.Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
Los Esequibanos, quienes han nacido en la región que
Venezuela reclama porque siempre ha sido nuestra, y los Esequibistas quienes
nos hemos documentado y dedicado bastantes años al estudio formal y académico, de manera prolija, a este álgido
asunto de interés nacional; además hemos venido defendiendo por honor y justicia
en las distintas instancias nacionales e internacionales lo que a nuestro país
corresponde, desde la declaratoria de la Capitanía General de Venezuela el año
1777, debemos dejar sentado, ahora que
la ONU remitió la controversia a la Corte Internacional de Justicia, que lo más peligroso para nosotros en esta contención,
conforme al Derecho Internacional
Público , es la Aquiescencia: la permisividad de nuestros gobiernos.
El consentimiento tácito para que Guyana haya venido irrespetando
el contenido y alcance del Acuerdo de Ginebra, firmado el 17 de febrero de
1966, arriba a su 52 aniversario, al cual han mandado
bien largo al cipote.
Guyana ha entregado concesiones a transnacionales para la
exploración, explotación y comercialización de las riquezas de la región
esequibana; entregas inconsultas y descaradas que
hace Guyana a la empresa Exxon-mobil, a la Shell holandesa, a la CGX
estadounidense, a la Anadarko canadiense, a la CNOON china (son 29 empresas
aproximadamente que están operando en ese espacio) para que aprovechen, como
mejor les plazca, los recursos petrolíferos en la zona que reclamamos;
no únicamente en el área territorial de los 159.500 km2 que
nos arrebataron, sino además han permisado a grandes consorcios para que operen
en el espacio marítimo que genera la Zona en Reclamación: la costa
atlántica propiamente, nuestro Mar
territorial, Zona Contigua y Zona Económica Exclusiva; dentro de las 200 millas
náuticas que genera nuestra plataforma continental: desde las bocas del Río
Esequibo hasta Punta Playa, en el estado Delta Amacuro y más acá; sin que
oigamos o leamos un pronunciamiento, una nota de protesta por parte de la
cancillería venezolana.
Uno llega a preguntarse ¿qué maniobra de entreguismo ha estado
urdida entre estos gobiernos?
Prestemos atención a los siguiente: los gobiernos que ha
tenido Guyana, de cualquier signo político; ya sea del partido Indoguyanés el
Partido del Progreso Popular (PPP), de Cheddi Jagan, o el afroguyanés el
Congreso Nacional Popular (CNP), de Forbes Burnham, aunque se antagonizan entre
ellos para muchas cosas, pero coinciden en prolongar la deleznable posición de desacato
al contenido y aplicación del Acuerdo de Ginebra; por cierto el único
instrumento jurídico que tenemos donde queda plasmado el reconocimiento del
ardid tramposo en nuestra contra con el Laudo Arbitral de París de 1899.
No hubo forma ni manera
de evadir o sacarle el cuerpo a la opción de Arreglo Jurídico, que contempla,
para estos casos, el artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, para que
se dirima esta controversia, de modo pacífico.
Esa es la carta que se
está jugando Guyana; por eso celebra que el Secretario General de la ONU,
Antonio Guterres envió a la C.I.J para que confrontemos en esa instancia
nuestro histórico reclamo.
Venezuela tiene suficientes
títulos probatorios: socio-históricos, políticos, morales y jurídicos, que nos
asisten satisfactoriamente, y conforman un legajo de documentos importantes
para exponerlos en una mesa de discusión ante los pares guyaneses, para desmontar la vileza
de la cual fuimos objeto; eso sí, contando con un juicio justo y jueces probos, honestos e imparciales.
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