miércoles, 7 de febrero de 2018




   En la C.I.J pesarán los silencios cómplices

“En muchas ocasiones estuvimos haciendo las advertencias a las autoridades de la cancillería venezolana; en el sentido, que quedarse callados, sin hacer las denuncias oportunas y contundentes; o permitir que los gobiernos guyaneses dieran concesiones a empresas transnacionales para la exploración, explotación y comercialización de los vastos recursos que tiene la Guayana Esequiba, todas estas omisiones iban a conspirar contra nosotros en los reclamos que históricamente hemos hecho de esa zona”

Preguntamos al Dr. Abraham Gómez, especialista en este asunto, quien ha dedicado bastante tiempo al estudio del Esequibo, hasta dónde nos perjudicará, ahora, en la Corte Internacional de Justicia, no haber advertido lo que Guyana viene haciendo?

“en el Derecho Internacional Público hay dos principios firmes, determinativos y decisorios en una contención o reclamo: uno es conocido como aquiescencia, el cual implica dejar pasar las cosas; no ejercer ninguna manifestación de inconformidad. Aceptar, como si nada, que la parte con la que se tiene un litigio dé rienda suelta y disponga de los recursos que están en cuestión. También aparece el principio de Estoppel, consistente en hacer loas o expresos reconocimientos del trabajo que el contrincante exterioriza, en el área que se reclama”

  Nuestras autoridades han incurrido en eso, que usted denuncia?

 “Ha habido, desde siempre decisiones equivocadas. No únicamente en esta administración gubernamental. Lo que pasa, es que ahora, los errores han sido más protuberantes. Por ejemplo, fíjese: el expresidente Chávez había seguido la línea política de sus antecesores y reclamaba la Guayana Esequiba; pero, no sabemos que sucedió. Sin embargo,   en enero del 2004 Hugo Chávez arribó a Georgetown y declaró ante el mundo: que el asunto del Esequibo será eliminado del marco de las relaciones sociales, políticas y económicas de los dos países. Y por si fuera poco, remató con esta perla, es el primer paso para dejar de caminar en el sentido de la reclamación. Nos quedamos perplejos, cuando el Jefe de Estado venezolano declarara que el Gobierno de nuestro país no será un obstáculo para cualquier proyecto a ser conducido en el Esequibo, y cuyo propósito sea beneficiar a los habitantes del área”.

¿Usted considera que esos argumentos los expondrá la parte guyanesa en la contienda jurídica, que pronto comenzará en La Haya?

“Sin lugar a dudas. Ellos están bien asesorados por abogados con experiencias en controversias entre Estados, y financiados por todas compañías, estadounidenses, canadienses, holandesas, chinas que explotan nuestros recursos petroleros, energéticos, hídricos, mineros, madereros, de flora y fauna en general”
 “Este año con seguridad – sigue argumentado Gómez-- la representación de expertos nuestros en Derecho Internacional, que los tenemos, tendrán que dirimir este histórico asunto en el Tribunal Internacional de Justicia, hacia donde el Secretario general de la ONU, Antonio Guterres ha enviado para dilucidar la controversia”

¿Cuál debe ser nuestra bandera, como compatriotas unidos, en un único objetivo ante este delicado asunto, que está por encima de partidos políticos?

“Nuestro emblema, como usted lo expone, cobijados en una sola nación, será el siguiente: ser enfáticos –dice Gómez – en pronunciar con insistencia ante el mundo que no le estamos quitando las dos terceras partes del territorio de Guyana, como ellos arguyen. Que nos hacen aparecer como el pez grande que quiere devorar al pequeño. Nosotros debemos demostrar que fue el Imperio Británico que nos invadió y despojó, mediante el írrito Laudo Arbitral de París de 1899, de una séptima proporción de la geografía venezolana, que luego la cede para que se forme la República Cooperativa de Guyana, el 26 de mayo de 1966”. Concluye.

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