Guayana
Esequiba: las estrategias no se develan por anticipado
Dr. Abraham
Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
Asesor de la Comisión de la Asamblea Nacional por el Esequibo y la
Soberanía Territorial
Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV)
Asesor de la Fundación Venezuela Esequiba
En casi todos los lugares de nuestro país que hemos
visitado, por expresas invitaciones de los organizadores de respectivos eventos
académicos, conseguimos profesionales densamente formados en este álgido tópico
lo cual nos honra y llena de profunda satisfacción venezolanista.
Me nutro de conocimientos al escuchar, con
detenimiento, sus respectivas elucidaciones sobre esta controversia. Encontramos, en muchas partes, gente sabia
para grandeza de la Patria.
Estamos dispuestos siempre además a
intercambiar criterios con los participantes, en general, centrados en tal
asunto litigioso.
Hay un bastión enorme que ha acumulado muchas
indagaciones documentales; lo cual les ha permitido acrisolar vivencias y
experiencias. Tales compatriotas portan en sí mismos sendas “cajas de
herramientas” intelectuales, siempre al servicio del país.
En nuestro indetenible recorrido por las
universidades venezolanas y por algunas instituciones públicas y privadas; así,
además, por las distintas plataformas digitales, se nos pide con avidez que
deliberemos con precisión pedagógica el
asunto de la contención territorial que sostenemos con la excolonia británica y
que expliquemos qué podría suceder en las próximas fases que están pendientes
de desarrollar por ante La Corte Internacional de Justicia.
Trayectos judiciales que deben completarse
antes de la sentencia, esperada para el 2025. Estamos hablando de las fases de
Pruebas, Alegaciones y Preconclusiva; por cuanto, ya comparecimos a la primera denominada
postulatoria o expositiva, el 8 de abril de este año.
Ciertamente, es posible dar a conocer algunas
descripciones de lo expuesto en el párrafo anterior; como también, hay
elementos que por expresa precaución y moderación se deben omitir.
No todo
se puede develar antes de ir al Alta Tribunal de La Haya.
Debemos aclarar en igual sentido, que no
cometemos ninguna arbitrariedad, ni contrariamos el Derecho Internacional con
aplicar, a lo interno de nuestra nación, la “diplomacia abierta”; para que “la diplomacia siempre avance de manera
franca y a los ojos de la opinión pública” (Woodrow Wilson, dixit).
Consideramos que las cuestiones de índole
internacional deben tratarse pública y francamente (y lo reafirmamos con la
invocación de los artículos 5 y 71 de nuestra Constitución Nacional); porque
los pueblos no pueden ser relegados a la condición de simples objetos.
Es justo
que la nación entera pueda dar su opinión sobre cuestiones vitales; y mucho más
si trata de nuestra reclamada integridad territorial.
Se hace imprescindible en este momento crucial,
dejar sentado que el Acuerdo de Ginebra --único documento que reconocemos para
todo efecto de la contención- contempla que ningún acto o actividad que se
lleve a cabo mientras se halle en vigencia este Acuerdo constituirá fundamento
para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial en
los Territorios de Venezuela o la Guayana Británica, ni para crear derechos de
soberanía.
Sin embargo, Los gobiernos que ha tenido Guyana
de cualquier signo político; ya sea del partido Indoguyanés Partido del
Progreso Popular (PPP) o el afroguyanés el Congreso Nacional Popular (CNP);
aunque se antagonizan entre ellos para muchas cosas, pero coinciden en la
deleznable posición de desconocimiento y desacato al contenido y aplicación del
Acuerdo de Ginebra, y han otorgado en los últimos meses concesiones—como un
acto de provocación-- a diestra y
siniestra en tres bloques petroleros ( Pomeroon, Stabroek y Kaieteur ) a más de
treinta transnacionales para que
exploren, exploten y comercialicen con los inmensos recursos en un área
marítima que se encuentra por delimitar.
Justamente en el espacio marítimo que genera la que conocimos como Zona en
Reclamación, ahora estado Guayana Esequiba; es decir, en su Mar territorial,
Zona Contigua y Zona Económica Exclusiva.
Peor todavía, Guyana otorga, con irrespeto
hacia Venezuela, licencias a compañías de muchos países – que dicen ser
nuestros amigos y aliados-- para que aprovechen sendos yacimientos que se
encuentran dentro de las 200 millas náuticas que genera nuestra propia
plataforma continental, proyección marítima del estado Delta Amacuro, que no
está sometida a ninguna confrontación.
Por los acontecimientos críticos que
actualmente atravesamos en Venezuela, debo hacer la siguiente advertencia. Nos
perjudicaríamos, severamente, si ligamos
los problemas internos (que los tenemos, son bastantes y no los
ignoramos) al sesgar este pleito internacional hacia una particular ideología;
porque a alguien se le ocurriría o cree
que con tal maniobra saldría supuestamente favorecido, con una buena tajada política.
Eso es dañoso para el país. Un pobre favor se le estaría haciendo a la Patria.
Quien crea que le resulta más reconfortante
“pasar agachado”; y pensar que saldrá más o menos airoso adelante, está
supremamente equivocado. Se engaña políticamente y traiciona y vulnera su
conciencia patriótica
Hemos exhibido, en Venezuela, ejemplos de
grandeza y solidaridad. Dimos demostraciones hermosas de unidad nacional –
dentro de la natural y legítima
divergencia política-- cuando
quedó materializado históricamente el apoyo por parte de las disímiles
tendencias ideológicas; cuando,
además, , logramos el involucramiento de todas las instituciones públicas y
privadas; se conformó una representación
en conjunto de nuestra sociedad, con la finalidad de ofrecer el apoyo determinantemente para el proceso de negociación, firma y ratificación del Acuerdo
de Ginebra, el 17 de febrero de 1966; precisamente, el documento base que nos
asiste, en el presente trance
controversial.
Hemos salido perjudicados y derrotados en el
plano exterior y a lo interno de la Nación cuando nos encontramos fracturados
como país.
La cuestión reclamativa por la Guayana Esequiba
debe tratarse por encima de partidos políticos.
La Patria nos está llamando, y vamos a
defenderla.
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