Guayana
Esequiba: Primero en el tiempo, mejor en el derecho
Dr. Abraham
Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de
la Lengua
Asesor de la Fundación Venezuela
Esequiba
Miembro del Instituto de Estudios
Fronterizos de Venezuela (IDEFV)
Asesor de la Comisión por el Esequibo
y la Soberanía Territorial
Guyana, luego de introducir una demanda contra
nuestro país, y ratificarla en todas sus correspondientes audiencias procesales,
con la finalidad de que la Corte Internacional de Justicia acredite unos supuestos
documentos que nunca han poseído y obligue
a Venezuela en su sentencia declarativa - primero- reconocer, como válido y
vinculante el írrito y nulo Laudo Arbitral de París de 1899 y en la misma
resolución constitutiva – luego- como cosa juzgada.
Parece que la contraparte ha asumido la
condición y disposición de arreciar, ya no únicamente en la proyección
atlántica que genera la parte continental de la Guayana Esequiba, en
contención; sino que, imprudentemente, ha dado instrucciones, y hasta órdenes
escritas, a las empresas transnacionales para que operen en cualquier
coordenada marítima hacia su costado oeste, irrespetando la soberanía
venezolana en esa área; burlando, como
les da gana, el Acuerdo de Ginebra de 1966, único documento con pleno vigor
jurídico, con el cual se rechaza el citado ”laudo”.
La excolonia británica nos ha venido
atropellando y vulnerando en nuestro legítimo e histórico contexto geográfico;
y aún sus voceros, en distintas épocas, presidentes y cancilleres hacen
desvergonzadas afirmaciones -- a través
de comunicados y presencialmente en
eventos internacionales— de que la
acción de Venezuela viola la soberanía e integridad territorial de su país y se atreven a argumentar “que
Venezuela es una amenaza, con actos hostiles, agresivos e ilegales para el
desarrollo económico de Guyana”.
En una especie de reacción en cadena se han
pronunciado en favor de los guyaneses la Comunidad del Caribe (CARICOM),
integrada por (15) países, cuya sede y secretaría general se activa desde
Georgetown; así también hizo lo propio la COMMONWEALTH, que constituye una de
las organizaciones más antiguas del mundo. Conformada por (54) países
independientes y semiindependientes que mantienen lazos históricos con Reino
Unido, y cuya pertenencia a la misma en la actualidad es voluntaria y no
implica sumisión a la monarquía británica.
En total, los países que la integran reúnen
2.500 millones de personas (casi una tercera parte de la población mundial) e
incluye tanto economías avanzadas como países en desarrollo.
Sin embargo, ninguna de las naciones tanto de
la CARICOM como de la COMMONWEALT posee el más mínimo título para reclamar
propiedad sobre los 159.500 km2. en contención.
Hemos denunciado, con insistencia, que hay un
enjambre de empresas operando, bajo la coordinación de la Exxon-Mobil, la cual
fija los procedimientos, en el área, para
la Shell holandesa, a la CGX estadounidense, a la Anadarko canadiense, a
la CNOON china; en fin, se conoce que sobrepasan las 52 compañías que allí se
instalaron, procedentes de muchos países, que se dicen amigos de Venezuela;
incluso algunas naciones que hemos estado apoyando a través de Petrocaribe.
Están aprovechando, como mejor les plazca, los
recursos madereros, acuíferos, mineros, petrolíferos y energéticos en general
en nuestra Guayana Esequiba; no únicamente en el área territorial-continental que
nos arrebataron; sino además han permisado a grandes consorcios para que esquilmen
en el espacio marítimo que genera la que se denominó “Zona en Reclamación”.
Reiteramos que en muchas ocasiones estuvimos
haciendo las advertencias a las autoridades de la Cancillería venezolana; en el
sentido, de que quedarse callados, dar
aquiescencias o permisividades; omitir
las denuncias oportunas y contundentes; o tolerar que los gobiernos guyaneses, desde Cheddi Jagan hasta
hoy, otorgaran concesiones en la Guayana Esequiba; todos estos silencios
cómplices y/o las alabanzas imprudentes
e inconvenientes en favor de la contraparte (
Principio de Estoppel), conspiran
contra nosotros en los reclamos, que desde hace más de un siglo hemos hecho de
la Guayana Esequiba , que siempre ha sido nuestra.
Llego el momento de demostrar y reafirmar la
venezolanidad con declaraciones y con hechos concretos.
Me apoyo, en calidad de préstamo, en un
interesante Principio jurídico que reza “Prior
in tempore, potior in iure”; una expresión latina, que puede traducirse
como "Primero en el tiempo, mejor en el Derecho", que hace referencia
a un inevadible enunciado normativo, en virtud del cual, en el caso de existir
controversia entre Partes que alegan iguales pretensiones sobre una cosa, como la situación que
confrontamos con la excolonia británica, se entiende que tiene preferencia en
el Derecho Internacional Público la Parte
que primero haya realizado un acto con eficacia jurídica; la cual procedió
(dispuestos estamos a demostrar y
probar) a realizar los respectivos asientos registrales que fundamentan el
Derecho Real que alega, para evitar que se vulneren sus derechos de propiedad válidamente generados.
En concreto, nos encontramos preparados,
iniciado el trayecto de pruebas para el 11 de agosto del próximo año, para
consignar ante la honorable Sala Jurisdicente la documentación
histórica-jurídica y cartográfica que nos asiste, donde se percibe -perfectamente
comprobable- una prelación cronológica y se
establecen las razones temporales, de pleno derecho, primando la antigüedad.
Poseemos la preminencia del título sobre ese
territorio; donde el Derecho Internacional insiste en favorecer la preferencia
del título jurídico traslaticio por encima de la ocupación circunstancial o la
posesión ilegítima.
La Corte
ha decidido en una serie de sentencias, que han creado jurisprudencias, que un
título jurídico preexistente (como nuestro caso con la Cédula Real de Carlos
III, de 1777, cuando crea la Capitanía General de Venezuela, a partir de las
Capitulaciones de Santa Fe de 1492) prevalece sobre una administración del
territorio en controversia, por parte de otro Estado.
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