Guayana
Esequiba: ¿Sobre cuál soberanía se ufana la diplomacia guyanesa?
Dr. Abraham
Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de
la Lengua
Asesor de la Fundación Venezuela
Esequiba
Miembro del Instituto de Estudios
Fronterizos de Venezuela
Tras la
demanda introducida contra nosotros por parte de la República Cooperativa de
Guyana; acción jurisdiccional que han venido ratificando en todas sus
comparecencias por ante la Corte Internacional de Justicia; en cuyo escrito de
peticiones, solicitan a que el citado Alto Tribunal, en la sentencia que debe
pronunciar al respecto, obligue a Venezuela a reconocer el írrito y nulo Laudo
Arbitral de París de 1899; y que le confiera la condición de “cosa juzgada” a tal adefesio.
La excolonia
británica nos ha venido atropellando y vulnerando en nuestro legítimo e
histórico contexto geográfico; y aun así voceros oficiales de esa
nación, hacen desvergonzadas afirmaciones, a través de la prensa internacional
o por medio de comunicados, donde señalan que las acciones de Venezuela violan “la soberanía e integridad territorial de su
país “; y rematan diciendo que Venezuela es una ‘amenaza’, con actos hostiles, agresivos e ilegales para el
desarrollo económico de Guyana.
Nos luce que han asumido una actitud temeraria
y bochornosa
Al analizar
el comportamiento envalentonado de la contraparte en los últimos meses;
interpretadas también las infelices declaraciones recientes del presidente
Irfaan Ali “ ni ahora ni nuca daremos un
centímetro de nuestra tierra a Venezuela”; y lo que leemos a diario de los demás funcionarios parece
que están dispuestos a arreciar la controversia, ya no únicamente
en la proyección atlántica que genera la parte continental de la zona en
contención; sino que siguen otorgando,
sin discreción, licencias y
concesiones a empresas transnacionales para que operen en
cualquier coordenada marítima hacia su costado oeste, irrespetando la absoluta soberanía venezolana en esa área, que no está
incluida en el pleito; con lo cual
burlan, como les da gana, el Acuerdo de Ginebra de 1966.
El Acuerdo de
Ginebra, suscrito y plenamente aceptado por las partes es el único documento
válido y con pleno vigor jurídico, para alcanzar una solución práctica y
satisfactoria en tal conflicto.
Por eso
exponemos que irrespetan el referido Acuerdo; por cuanto, éste contempla en su
Artículo V, lo siguiente:
“ Con el fin de facilitar la mayor medida posible de cooperación y mutuo
entendimiento, nada de lo contenido en este Acuerdo será interpretado como una
renuncia o disminución por parte de Venezuela, el Reino Unido o la Guayana Británica
de cualesquiera bases de reclamación de soberanía territorial en los Territorios
de Venezuela o Guayana Británica o de cualesquiera derechos que se hubiesen
hecho valer previamente, o de reclamación de tal soberanía territorial o como
prejuzgando su posición con respecto a su reconocimiento o no reconocimiento de
un derecho a reclamo o base de reclamo por cualquiera de ellos sobre tal soberanía
territorial. Ningún acto o actividad que
se lleve a cabo mientras se halle en vigencia este Acuerdo constituirá
fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía
territorial en los Territorios de Venezuela o la Guayana Británica, ni para
crear derechos de soberanía en dichos territorios…” (Omissis).
Visto así
entonces. Preguntémonos. ¿De cuál soberanía presume Guyana? ¿Cómo puede
jactarse de una soberanía cuestionada totalmente?
Hemos
denunciado, con insistencia, que hay un enjambre de empresas operando, bajo la
coordinación de la Exxon-Mobil, la cual fija los procedimientos, en el área,
para la Shell holandesa, a la CGX
estadounidense, a la Anadarko canadiense, a la CNOON china; en fin, se conoce
que sobrepasan las 52 compañías que allí se instalaron, procedentes de muchos
países, que se dicen amigos de Venezuela; incluso algunas naciones que hemos
estado apoyando a través de Petrocaribe.
Sobre la
ilegal soberanía que alardean, están aprovechando, como mejor les plazca, los
recursos madereros, acuíferos, mineros, petrolíferos y energéticos en general
en nuestra Guayana Esequiba; no únicamente en el área territorial de los
159.500 km2 que nos arrebataron; sino además han permisado a grandes consorcios
para que esquilmen en el espacio marítimo que genera la Zona en Reclamación;
justamente donde se han producido serios escarceos que pudieron haber pasado a
mayores.
Nuestra Armada
Venezolana está obligada al patrullaje constante y sistemático en nuestra costa
atlántica propiamente; a defender nuestro Mar territorial, Zona Contigua y Zona
Económica Exclusiva; dentro de las 200 millas náuticas que genera la plataforma
continental, en espera de la decisión de la Corte Internacional de Justicia.
Reiteramos
que en muchas ocasiones estuvimos haciendo las advertencias a las autoridades
de la Cancillería venezolana; en el sentido,
de que quedarse callados, dar aquiescencias o permisividades; omitir las denuncias oportunas y
contundentes; o tolerar que los
gobiernos guyaneses, desde Cheddi Jagan hasta hoy, otorgaran concesiones
en la Guayana Esequiba; todos estos silencios
y/o las alabanzas imprudentes e inconvenientes en favor de la
contraparte (Principio de Estoppel),
conspiran contra nosotros en los reclamos, que desde hace más de un
siglo hemos hecho de esa extensión territorial , que siempre ha sido nuestra.
Ellos nunca quisieron la figura del Buen Oficiante para que resolviera
este caso con su mediación o conciliación.
Además, se nos informa que continúan incrementándose las sumas
dinerarias aportadas por las empresas transnacionales con marcado interés de
exploración y explotación de la multiplicidad de recursos que hay en la zona.
La compañía
Exxon es la encargada de realizar las recaudaciones y entregarlas al gobierno
para cancelar los honorarios y “otros gastos” que ocasione este asunto
litigioso.
Llego el
momento de demostrar y reafirmar la venezolanidad con declaraciones
contundentes y con hechos concretos; como la comparecencia el próximo 11 de
agosto de este año por ante la Corte para explayar y consignar nuestro
irrebatible e incontrovertible acervo de probanza. Mostrar y demostrar el
desgajamiento que nos perpetraron.
Estamos
dispuestos a probar, con justos títulos desde 1777, que somos los verdaderos
propietarios de toda esa inmensa y rica zona; y que por lo tanto la soberanía
sobre ella, en justo derecho, debe y tiene que ser nuestra.
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