La Guayana Esequiba: despojo e ignominia
histórica
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana
de la Lengua.
Para entender la controversia
existente en el Esequibo hay que analizar la situación, entre otros muchos
aspectos, desde el punto de vista terrestre y marítimo.
Comencemos por definir: en lo terrestre, que
lo que hemos venido llamando Guayana
Esequiba es un inmenso territorio que abarca aproximadamente 159.500 km2, desde la margen izquierda del
Río Esequibo hasta Punta de Playa en Delta
Amacuro, por la zona costera-norte; y por el sur hasta la frontera con Brasil,
separada por el Río Takotu, incluyendo una amplia proporción de la Sierra del Roraima.
La Guayana Esequiba constituye un territorio
con incalculables riquezas mineras, hídricas, forestales, energéticas,
edafológicas, petroleras etc. Territorio muchísimo más grande que algunos
países europeos, asiáticos y centroamericanos.
Con extraordinario potencial de desarrollo sostenible.
Este territorio nos lo arrebataron, fuimos
vilmente despojados con el denominado
Laudo Arbitral de París de 1899, que desde entonces hemos calificado tal
documento de írrito y nulo.
Hemos estado reclamando para nuestra Nación
venezolana la devolución de la Guayana
Esequiba; algunas veces con ímpetus, otras con flaquezas y debilidades.
Los reclamos que hemos intentado por
vías diplomáticas, políticas y jurídicas no están sustentadas en caprichos
chauvinistas, reacciones intemperantes, desproporcionadas o injustas. Hemos explicado en las instancias
internacionales correspondientes las razones y argumentos sociohistóricos y
jurídicos que nos asisten
Si en el espacio terrestre de la zona
del Esequibo ha habido una severa contención e inacabable controversia, la
situación se ha venido complicando mucho más por el Mar Territorial y la Plataforma
continental que proyecta.
Todo territorio ubicado en la costa,
genera espacio marítimo a partir de una línea base, conforme a las convenciones
de los derechos del Mar para las naciones.
Sucede que Guyana ha hecho bastantes intentos
para extender, no sólo lo que corresponde a su pedazo de costa atlántica, sino
que ha aspirado llevar a 350 millas la plataforma continental frente a la
Guayana Esequiba, exactamente la que estamos reclamando; sin consultar a
Venezuela, y en flagrante violación del Acuerdo de Ginebra, documento éste que
está cumpliendo cincuenta años de su firma.
Si Guyana no ha alcanzado esa extensión de la
plataforma y Mar Territorial, por la vía de Derecho (jurisdiccional) ante la
ONU, lo ha conseguido de hecho al dar innumerables concesiones a empresas transnacionales en las
áreas terrestre y marítima, que genera la Guayana Esequiba.
Ya decíamos que si confrontamos un problema de reclamo de
soberanía en el área terrestre, en la zona marítima la situación es mucho más
álgida por cuanto Guyana ha cercenado nuestra proyección hacia el atlántico,
frente al Delta del Orinoco.
Una filial de la compañía petrolera Exxon Mobil anunció que
iniciará estudios sísmicos en un nuevo bloque, denominado Canje, en aguas de Guyana (que en realidad están dentro
del Mar territorial Venezolano) a partir del próximo 9 de marzo y que estos
trabajos se prolongarán por seis meses; para lo cual han contratado los barcos
Polarcus-Adira, Groens-7 Oceans y Vroon Vos Athos, de varias procedencias, y
equipados con tecnología de punta, para realizar estas labores de exploración
geofísica.
Guyana no ha cesado en aprovechar el inmenso potencial de recursos que tiene la Guayana
Esequiba, en tierra y mar. Ha hecho concesiones de todo tipo, en complicidad
con algunos países; irrespetando el espíritu, propósito y razón del Acuerdo de
Ginebra: único documento al cual asirnos para proseguir nuestros reclamos donde
tengamos que ir. Para denunciar ante el
mundo el descaro y la ignominia a la que
se nos han sometido en más de
dos siglos.
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