-- Denuncia el Dr. Abraham Gómez, una
vez más--
Nuestra soberanía vulnerada
Tucupita.- Haciendo caso omiso al contenido y alcance
del Acuerdo de Ginebra, documento cincuentenario que limita cualquier actividad
de empoderamiento de recursos o inversión inconsulta en la Guayana Esequiba,
Guyana continúa dando pleno protección legal y apoyo a la transnacional ExxonMobil,
para que explore, explote y comercialice
con los recursos petrolíferos de nuestra Plataforma Continental, exactamente
frente a la Zona en Reclamación: área de aproximadamente 159.500 Km2, que genera costas, que
consideramos de Venezuela, con suficientes elementos probatorios que demuestran
el vil arrebato que se nos hizo con el írrito y nulo Laudo Arbitral de París de
1899.
Denunciamos una vez más,
sin que nos cansemos de hacerlo, que las labores de ExxonMobil han sido
recurrentes en sus estudios
meteorológicos y oceanográficos en el Bloque Stabroek, que abarca la costa atlántica
del estado Delta Amacuro. Además los
trabajos de perforación de evaluación, contemplan perspectivas adicionales después de recibir
los datos de una sesión de sísmica de 17.000 kilómetros cuadrados.
Menos la cancillería
venezolana, todo el mundo se entera de lo que está haciendo la citada compañía estadounidense, la mayor empresa
cotizada de petróleo y gas del mundo; la cual no tiene el menor recato de
reconocer haber descubierto una “significativa” cantidad de petróleo en un
segundo yacimiento que andaba explorando frente a las costas de Guyana, en un
territorio reclamado por Venezuela.
En un comunicado apuntó
el vocero principal de la transnacional que los resultados de la perforación
realizada en el yacimiento Liza-2, el segundo pozo de exploración del bloque
Stabroek frente a Guyana, “confirman un descubrimiento de primera categoría,
con una reserva de recursos recuperables de entre 800 millones y 1,4 millones
de barriles equivalentes de petróleo”.
Según el presidente de
ExxonMobil, Steve Greenlee, las pruebas realizadas “confirman la presencia de
petróleo de alta calidad procedente del mismo yacimiento arenisco de alta
porosidad que vimos en el pozo Liza-1, completado en 2015”. Tamaño descaro que
desafía y vulnera nuestra soberanía como Nación y Estado.
Nos llega la
información adicional que en el pozo Liza-2 también se encontraron más de 190 pies
(58 metros) de yacimientos de areniscas petrolíferas en las formaciones
cretácicas superiores. Un extraordinario potencial para la explotación
sustentable a largo plazo.
Luego expone
abiertamente este gerente “Nosotros, junto con nuestros socios, esperamos
seguir manteniendo una estrecha colaboración con el Gobierno de Guyana para
evaluar la fortaleza comercial de esta apasionante prospección”. Sin que
hayamos leído, en ninguna parte, por lo menos una nota de protesta del
gobierno venezolano; algún reclamo serio
sobre este vulgar atropello que se nos hace.
Tantas veces como sea
posible y necesario, me permito insistir que el
Acuerdo de Ginebra firmado el 17 de febrero de 1966, que acaba de cumplir 50 años, viene a ser el único instrumento jurídico
vigente donde está vívida y plasmada la controversia y pone en tela de juicio
lo que ellos han pretendido dejar sentada como “cosa juzgada”.
Lo más peligroso para
nosotros en esta reclamación, a la luz del Derecho Internacional, es la
Aquiescencia, es decir la permisividad de nuestros gobiernos. La aquiescencia o consentimiento
tácito para que Guyana haga concesiones a transnacionales para la exploración,
explotación y comercialización de las riquezas de la región esequibana.
Ya es un hecho
consumado la entrega inconsulta, displicente y descarada que hace Guyana a la
empresa Exxon-mobil y 28 compañías más de distintas procedencias y
nacionalidades, para que aprovechen los recursos petrolíferos, forestales,
hídricos, energéticos en la zona que reclamamos con suficiente documentación.
Aunado al principio de
Aquiescencia ya citado, tal vez resulte fácil a Guyana invocar, en tribunales
internacionales, el principio de Estoppel en que ha incurrido este gobierno cuando
hace constantes loas y conductas omisivas, que reconocen y legitiman con
silencios cómplices el trabajo que adelanta la
parte guyanesa en conflicto con lo cual (in)directamente podría quedar
anulada o desestimada la demanda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario