DECISION SOBRE EL ESEQUIBO
ENTRE EL BUEN OFICIANTE Y EL TRIBUBAL
DE JUSTICIA
Nos acabamos de enterar,
por medio del Dr. Abraham Gómez, quien ha sido un estudioso permanente de los
asuntos de la Guayana Esequiba, que el Secretario General de la ONU, Antonio
Guterres, designó, mediante decreto, al nuevo Buen Oficiante de la organización
mundial para resolver el reclamo que
mantiene Venezuela ante Guyana por el
territorio Esequibo. Desde el 2014, el reclamo prácticamente estaba en letra
muerta.
Destacamos que por
primera vez en casi 30 años de vigencia de ese mecanismo de solución de esta controversia,
el cargo lo ocupará un no caribeño, el diplomático noruego Dag Nylander, quien tendrá diez meses para arrojar unos resultados que permitan mantener vivo el
medio hasta hallar una solución definitiva y satisfactoria para Venezuela y
Guyana.
A partir de esta
decisión, sostiene el Dr. Gómez “va a pender sobre nuestro país un arma de filo
cortante; por cuanto, si para finales de este año no se ha conseguido un
acuerdo que satisfaga ambas partes en litigio; entonces corresponderá al
Secretario General de la ONU, remitir el caso para que se dirimido por ante el
Tribunal Internacional de Justicia”.
“No poca gente acuciosa
en este tema ya ha venido manifestando su inquietud por lo que nos pueda
suceder en tan alta Instancia jurídica. Hay vaticinios, infundados o no, que
podríamos llegar a perder definitivamente, esa porción territorial de 159.500
km2, que nos la arrebataron, de manera vil, mediante el írrito y nulo Laudo
Arbitral de París de octubre de 1898. Una decisión también de un tribunal
internacional”
“El gobierno venezolano
–continúa exponiendo el Dr. Gómez— acababa de entregar nuevamente al recién
designado Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, la responsabilidad
para que buscara una persona que asumiera la figura del Buen Oficiante; Entonces
esta autoridad de las Naciones Unidas no hizo otra cosa que practicar un
mandato, conforme al Acuerdo de Ginebra, en lo contenido en el artículo IV y al
artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas; procedió entonces a juramentar
al noruego Nylander. Para quienes lo conocen dicen que es un diplomático
brillante, nacido en 1969, abogado de la Universidad de Oslo, que habla con
fluidez el español y el inglés. Fue embajador de Noruega en Argentina, delegado
ante la ONU y encargado de negocios de la embajada de su país en Colombia.
De tal manera que la
fase siguiente de esta contención, ir al Tribunal Internacional de Justicia,
aparece en los documentos ya citados. Aquí no se está inventando nada.
Es más, detalla el Dr.
Abraham Gómez, cuya tesis doctoral es sobre este problema internacional, “ El Buen Oficiante Nylander tendrá un mandato
reforzado de mediación, lo que quiere decir que irá más allá de sentar a las representaciones
diplomáticas litigantes a dialogar, hará propuestas y buscará que las partes
hallen una salida.
Ambos
funcionarios de las ONU aprovecharon para insistir remarcadamente en que si al
final de 2017 no se ha logrado un avance significativo hacia un acuerdo
completo para la solución de la controversia, el Secretario General elegirá la
Corte Internacional de Justicia como el siguiente medio de solución; a menos
que las partes, en conjunto, pidan lo contrario. Llevar el caso al Tribunal
Internacional de Justicia es el objetivo de Georgetown, pero no el de Caracas.
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