miércoles, 29 de marzo de 2017



ESA EXQUISITA PERVERSIÓN   DEL CAPITALISMO.-
Dr. Abraham Gómez R. 
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com  
                                  
Quienes se autocalifican como redentores en nuestro país, y dicen tener la mejor opción histórica para salvar a la nación de una ficticia “guerra económica” que ellos mismos se han montado, por ineptos, y la están perdiendo, se han topado con una inevadible realidad.
 Los alabarderos del gobierno se han encontrado un inmenso dilema: las cosas no se transforman con retóricas vacías. Los estómagos no se llenan con artificios y palabrerías carentes de contenidos.
Los capitostes del régimen pretenden hacer entender, a fuerza de engañifas, que ellos son “una maravilla” en el manejo y control de las variables económicas.
Acaben de montar “un circo” denominado pomposamente “Venezuela Potencia”, cuando la realidad los pone al descubierto: hambre, miseria, desesperación, desacierto en todo cuanto intentan hacer.
 Únicamente salieron ganando en esa “Venezuela Potencia” una hatajo (con h) de capitalistas rancios, que obtuvieron sus jugosas tajadas, por  prestarse para esa compara y servir de utilería a tal estrategia de deleznable distraccionismo del régimen.
Podemos exponer en una síntesis que el  Capitalismo  no ha tenido nunca intenciones de ocultar sus propósitos. Que no esconde sus intereses para controlar algunas específicas esferas de la vida. Que  el Capitalismo está en todas partes.
Póngale la etiqueta que desee, el capitalismo siempre aflora. Revienta costuras y deja en pena a los maquilladores políticos.
El capitalismo es lo que es: un modelo y modo de producción que los sistemas políticos están en la libre decisión de asumirlo o dejarlo a un costado.  
 Lo que no permite el Capitalismo es que se juegue con tratativas raras: que se diga que el país se sostiene bajo un esquema socio-político-económico Socialista y en la realidad es Capitalismo lo que usted encuentra en todas partes, principalmente, el más odioso tal vez: El Capitalismo de Estado.-
 Los negociadores oficialistas cuando viajan por el mundo, asistiendo a conferencias internacionales para intentar, la compra-venta de nuestro petróleo,  manejan las fórmulas del Capitalismo puro y duro.
Los defensores de esta caricatura de socialismo establecen sus negociados particulares dentro y  fuera de Venezuela a través de las “leyes naturales” que impone el Capitalismo, y ellos las aceptan felicísimos.
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 Aceptemos que el capitalismo y todas sus derivaciones y efectos: el  plustrabajo, la competitividad, la rentabilidad o ganancia al máximo sin contemplaciones, la acumulación no son invenciones nuevas. Que es difícil eludir al capitalismo en este tramo epocal contemporáneo.
 Los escasos países que se hacen denominar socialistas en el mundo por debajo de cuerda establecen pactos comerciales y arreglos basados en las categorías tradicionales del capitalismo.
 Ciertos regímenes políticos le han querido aplicar algo de cosmética para hacerlo más digerible. Pero, es Capitalismo por donde se le quiera mirar.
La macroeconomía de un país o la microeconomía que hacemos cada día para subsistir por ejemplo, resultan que están cargadas  de complejidades capitalistas: valor de cambio.
 La realidad, en el ámbito que se nos antoje,  es escurridiza, múltiple y mutable. No podemos, entonces,  encerrar caprichosamente la existencia humana en un único e invariable  pensamiento. Decir, que la producción económica será mediante un modelo socialista es falsear la realidad.

Inteligente es   buscar  soluciones a partir de la síntesis  de bastantes ideas ajenas y propias.-

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