martes, 15 de agosto de 2017



Ganar sin hipotecar la  dignidad

Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com

 Ya se han inscrito  bastantes candidatos de la oposición y del oficialismo a las gobernaciones de nuestro Estado venezolano, en un proceso comicial anunciado para el venidero mes.
Les he reiterado a todos mi aprecio y respeto; al tiempo que he colocado una vez más en la opinión pública una  sabia sentencia, muy acorde y propia para estas difíciles circunstancias: elecciones regionales no liquida dictadura.
Añádase, como resultado de la perversa estratagema del gobierno sátrapa, lo que ya habíamos advertido, en escritos anteriores: parece que el régimen ha venido  logrando entre  sus exquisitos propósitos enfriar la calle, victimizarse ante el mundo por la imprudente y desacertada advertencia del Presidente  Trump; desviar la atención del contenido de las verdaderas denuncias que deben hacerse; y por si fuera poco, fracturar (mucho más) a la oposición venezolana y desprestigiarla ante el mundo entero.
Una Nación con su extraordinario potencial para el sostenible desarrollo humano integral no merece la abominación causada por parte de estos detentadores circunstanciales del poder.
Nos entristece  (¿o avergüenza?) entablar una conversación con algún comilitante del régimen, sin base de sustentación en sus criterios; porque  lo que hace es  repetir el catecismo de adoctrinamiento.
Se vuelven torpes y tozudos cuando no admiten lo que ya es una realidad inocultable: la acumulación incontenible e insoportable de errores y desaciertos en todos los ámbitos, sectores y áreas, que  ubica al actual régimen como el peor de la historia contemporánea de Venezuela.
Intente usted para que perciba, lo que ya es opinión generalizada, que su interlocutor, representante del régimen aunque tenido por inteligente, ha  renunciado  ipso-facto a su  pensamiento crítico y a sus propias consideraciones y sensibilidades.
Hay quienes sostienen con suficiente estudio doctrinal que lo que ahora asfixia políticamente a Venezuela, de ninguna manera es Socialismo; por cuanto el socialismo  se conecta con la búsqueda del bien común sin menoscabo de  la libertad de los seres humanos, con la distribución de la riquezas, con la igualdad social en oportunidades y condiciones  (que no igualación) y con la participación regulatoria del Estado en las actividades socio-económicas.
Los países nórdicos que sí han practicado regímenes socialistas han tenido sus variaciones y matices a lo largo de la historia.
Nuestros compañeros y amigos de la oposición que  han inscrito sus candidaturas  a las gobernaciones están  obligados, conciencialmente, a analizar que se enfrentan a un régimen sin escrúpulos. Que alaba a sus candidaturas con el único propósito de legitimarse y por extensión legitimar al tramposo CNE.
Un régimen, en cuyos estertores apela a una inconstitucional asamblea nacional constituyente; viciada desde sus inicios y cuyo ardid más tracalero, estaba en sus bases comiciales, que nunca develaron por  cuánto se iban a instalar.

Compañeros y amigos de la oposición, aspirantes a las gobernaciones, como demócratas deseamos que tengan éxitos y suerte, en esta lucha de reconquista de libertades.

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