Ganar sin hipotecar la dignidad
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la
Lengua
abrahamgom@gmail.com
Ya se han inscrito bastantes candidatos de la oposición y del
oficialismo a las gobernaciones de nuestro Estado venezolano, en un proceso
comicial anunciado para el venidero mes.
Les he reiterado a todos mi aprecio y respeto; al tiempo que he colocado
una vez más en la opinión pública una sabia sentencia, muy acorde y propia para
estas difíciles circunstancias: elecciones regionales no liquida dictadura.
Añádase, como resultado de la perversa estratagema del gobierno sátrapa,
lo que ya habíamos advertido, en escritos anteriores: parece que el régimen ha
venido logrando entre sus exquisitos propósitos enfriar la calle,
victimizarse ante el mundo por la imprudente y desacertada advertencia del
Presidente Trump; desviar la atención
del contenido de las verdaderas denuncias que deben hacerse; y por si fuera
poco, fracturar (mucho más) a la oposición venezolana y desprestigiarla ante el
mundo entero.
Una Nación con su extraordinario potencial para el sostenible
desarrollo humano integral no merece la abominación causada por parte de estos
detentadores circunstanciales del poder.
Nos entristece (¿o avergüenza?)
entablar una conversación con algún comilitante del régimen, sin base de
sustentación en sus criterios; porque lo
que hace es repetir el catecismo de
adoctrinamiento.
Se vuelven torpes y tozudos cuando no admiten lo que ya es una realidad
inocultable: la acumulación incontenible e insoportable de errores y
desaciertos en todos los ámbitos, sectores y áreas, que ubica al actual régimen como el peor de la
historia contemporánea de Venezuela.
Intente usted para que perciba, lo que ya es opinión generalizada, que
su interlocutor, representante del régimen aunque tenido por inteligente, ha renunciado
ipso-facto a su pensamiento
crítico y a sus propias consideraciones y sensibilidades.
Hay quienes sostienen con suficiente estudio doctrinal que lo que ahora
asfixia políticamente a Venezuela, de ninguna manera es Socialismo; por cuanto
el socialismo se conecta con la búsqueda
del bien común sin menoscabo de la
libertad de los seres humanos, con la distribución de la riquezas, con la
igualdad social en oportunidades y condiciones (que no igualación) y con la participación
regulatoria del Estado en las actividades socio-económicas.
Los países nórdicos que sí han practicado regímenes socialistas han
tenido sus variaciones y matices a lo largo de la historia.
Nuestros compañeros y amigos de la oposición que han inscrito sus candidaturas a las gobernaciones están obligados, conciencialmente, a analizar que
se enfrentan a un régimen sin escrúpulos. Que alaba a sus candidaturas con el único
propósito de legitimarse y por extensión legitimar al tramposo CNE.
Un régimen, en cuyos estertores apela a una inconstitucional asamblea nacional
constituyente; viciada desde sus inicios y cuyo ardid más tracalero, estaba en
sus bases comiciales, que nunca develaron por cuánto se iban a instalar.
Compañeros y amigos de la oposición, aspirantes a las gobernaciones,
como demócratas deseamos que tengan éxitos y suerte, en esta lucha de
reconquista de libertades.
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