El régimen del “como si”
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com
En
nuestro país ha prevalecido, en los últimos años, la detestable militarización
de los espacios naturales de la sociedad civil, con el agravante de pretender
hacer tolerable tal engendro “como si” se tratara de una circunstancia normal y
rutinaria.
A fuerza de marchas, presiones, vestimentas y ahora con la
írrita e inconstitucional Asamblea Constituyente aspiran que la sociedad civil
se trague la militarización.
Ya hay suficientes evidencias de la abominación que causan
los regímenes totalitarios-militaristas de derecha o de izquierda. La cultura
democrática venezolana repugna el modo de proceder desde la militarización y el
gorilismo.
Esto que ellos han venido denominando “como si fuera” una
revolución; que ha venido arrastrando un extraño acuñamiento ideológico, aspiran
que la Comunidad Internacional les admita tal esperpento “como si” hubiera una
gestión gubernamental común y corriente.
Los exégetas del proceso asumen la obligación, con su
travestismo rojo, de propagar las bondades del régimen “como si” a enjundiosos
estudios estuvieran invocando, aunque la realidad los desmienta.
Los teóricos tarifados buscan y rebuscan argumentaciones por
todas partes para darle algo de asiento doctrinario, “como si” se tratara de un
piso ideológico a este cártel, que se ha vuelto intragable, hasta para sus
mismos militantes.
Al vérseles las costuras ¿ qué ha pasado?. Sencillamente los
márgenes de maniobras se les apocaron, y no les queda más remedio que quitarse
las caretas, y develarse como lo que siempre han sido: dictadorzuelos de
oscuras raleas.
Añádase de manera deplorable que el régimen ha hecho una
absurda politización de la vida de la gente.
Ante el mundo, el actual régimen
venezolana se presenta “como si” aún conservara visos de democracia; pero ya
está retratado a cuero entero y registrado en tanto su talante oprobioso.
Qué hemos venido siendo nosotros en esta atmósfera de
conculcación de derechos sino un país -- apreciado hasta ayer por sus
libertades-- hoy convertido en un enrejamiento ominoso; donde se criminaliza el
disenso y se vulnera con displicencia la constitucionalidad que nos hemos dado.
Esperamos que el régimen, y particularmente el CNE no burle
la fe de los compañeros y amigos que han inscrito, legítimamente, sus
candidaturas para las gobernaciones; por el clima de incertidumbre en cuanto a
la fecha de las votaciones. No vaya a ser cosa que pronto el régimen salga
diciendo: quisimos hacer algo “como si” fueran unas elecciones.
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