Guayana Esequiba: concesiones cómplices (pero
revocables)
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos
de Venezuela (IDEFV)
La
Guayana Esequiba constituye un inmenso espacio con incalculables riquezas
mineras, hídricas, forestales, energéticas, edafológicas, petroleras etc.
Territorio muchísimo más grande que algunos países europeos, asiáticos y
centroamericanos. Lo hemos mencionado,
como referente, en bastantes ocasiones: todos los estados del occidente venezolano
son comparables, en extensión, con los 159.500 km2 que nos arrebataron, por el
costado este de la nación.
La
mencionada área posee un extraordinario potencial de desarrollo sostenible.
Una
aseveración – que no debe quedar sesgada-- fuimos vilmente despojados con el
denominado Laudo Arbitral de París de 1899, que desde entonces hemos calificado
tal documento de írrito y nulo.
Por
tal hecho antijurídico e injusto hemos estado reclamando para nuestra Nación
venezolana la devolución de lo que nos quitaron, mediante una trampa de los
imperios.
Hay
que dejar sentado suficientemente que La contención por la Guayana Esequiba
rebasa las parcelas ideológicas, partidistas, confesionales, raciales o de
cualquier otra índole. Este caso nos necesita unidos como país, con criterios
unánimes.
Este
caso litigioso estamos obligados a estudiarlo y manejarlo invocando la
solidaridad de toda la población venezolana. Concitando las mejores voluntades
e inteligencias.
La
labor de las ONG, que han sido creadas para
adelantar su trabajo al respecto; así también, el reconocimiento debido al
Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela; lo propio cabe además para el
Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales, las Fundaciones en su insistente actividad de
concienciación. Todos en una sola motivación y propósito. Esfuerzos suficientemente
ponderados; lo cual constituye un destacado ejemplo de una lucha sostenida sin
actitudes atrabiliarias o estrepitosas; porque, aquí se requiere talento y
densidad en la formación documental y doctrinaria para insistir en la reclamación
y defender en la Corte Internacional Justicia o donde haya
lugar lo que por honor y justicia siempre ha sido nuestro; que vilmente nos
arrebataron, en un ardid o una tratativa perversa mediante añagazas jurídicas.
Desde
entonces nuestra lucha ha sido implacable. Emprendida ayer por quienes nos
antecedieron en esas lides, y hoy nosotros como heredamos en la presente lucha en
la contemporaneidad.
Estos
reclamos no están anclados en una malcriadez diplomática o un empecinamiento
sin asidero; por el contrario, estamos munidos de documentos que muestran,
demuestran y comprueban que la denominada Guayana Esequiba, desde siempre ha
sido nuestra
Tenemos
bastantes elementos probatorios, exhibibles en cualquier escenario internacional,
donde se pueda escrutar legítima y válidamente los registros que avalan la
propiedad de Venezuela sobre el área extendida a la margen izquierda del río
Esequibo y consecuentemente sobre su proyección atlántica: Mar Territorial,
Zona Contigua y Zona Económica Exclusiva; de tal manera, que no hemos despojado
nada a ningún país, ni pretendemos hacerlo. Fue a nuestra Nación a la que se le
perpetró, con alevosía, un desgajamiento de una séptima parte de nuestra
posesión geográfica.
Guyana
no ha cesado en aprovechar el inmenso potencial de recursos que tiene la
Guayana Esequiba, en tierra y mar. Ha hecho concesiones de todo tipo, en
complicidad con algunos países; irrespetando el espíritu, propósito y razón del
Acuerdo de Ginebra: único documento al cual asirnos para proseguir nuestros
reclamos donde tengamos que ir. Para denunciar ante el mundo el descaro y la
ignominia a la que se nos han sometido en más de dos siglos.
Ya
decíamos que, si confrontamos un problema de reclamo de soberanía en el área terrestre,
en la zona marítima la situación es mucho más álgida por cuanto Guyana ha
cercenado nuestra proyección hacia el atlántico, frente al Delta del Orinoco.
Como
es bien sabido, la transnacional ExxonMobil ha obtenido del gobierno guyanés
concesiones de petróleo en lo que ellos denominan, torcidamente “la cuenca de
Guyana en alta mar”: bloque con un valor estimado de 20 veces del Producto Interno
Bruto (PIB) de esa excolonia británica, y un procesamiento aproximado de más de
un millón de barriles de petróleo.
la
CGX de Canadá y Anadarko y Exxon de Estados Unidos, para mencionar algunas
entre muchísimas, operan libremente en el territorio que hemos estado
reclamando en las distintas instancias internacionales.
La
empresa Muri Brasil Venture y consorcios chinos adelantan el desarrollo de una
represa hidroeléctrica gigante en Amaila, para la que se han hecho ya las vías
de comunicación y buena parte de su infraestructura.
La
compañía petrolera ExxonMobil, conjuntamente con más de (59) empresas
transnacionales especializadas llevan a cabo actividades de exploración y
explotación aurífera, hídrica, forestal, petrolera, de extracción de uranio y de
bauxita.
Podemos
decir --en carácter de denuncia— que se han asentado en el territorio de la
Guayana Esequiba, con la complicidad de los gobiernos de Guyana, del Reino
Unido, de Brasil, Holanda, Canadá, Surinam, de Estados Unidos, de China, entre
otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario