miércoles, 6 de marzo de 2024

 

                   Carta pública al Jefe de Estado

Por expresa y digna formalidad reciba mi respeto, con los mejores augurios de todo cuanto venga y sea provechoso para nuestra patria; aparejado a los más productivos emprendimientos.

En mi vida académica, me he permitido estudiar por más de cuarenta y cinco años el caso concerniente a la Guayana Esequiba; en sus distintas dimensiones: histórica, política, económica, antropológica, jurídica, cartográfica, geoestratégica etc.; a través de tales experiencias he acaudalado conocimientos (fundamento de mis tesis de pregrado, doctorado y postdoctorado) y vivencias – en el propio sitio de los acontecimientos- que he compartido en relatos y periódicas publicaciones en los medios y  en  las distintas plataformas.

Al crearse la ONG Mi Mapa y la Fundación Venezuela Esequiba me solicitaron mi modesta cooperación con asesorías; así también he venido dictando conferencias y otras actividades de desarrollo presencial en casi todas las universidades del país.

Tuve el honor de ser incorporado como asesor de la Comisión Especial de la Asamblea Nacional por la Defensa del Esequibo y la Soberanía Territorial. He asumido además una membresía en el Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV).

Desde hace (10) años, soy miembro de la Academia Venezolana de la Lengua.

Siempre he considerado que hay que saber diferenciar entre casos de gobierno y Asuntos de Estado: teórica y jurídicamente.

 Un Asunto de Estado trasciende particularismos, diferenciaciones de cualquier índole, egos exaltados o mal curados, fijaciones ideológicas; en fin, parcelas o intereses individuales.

Un Asunto de Estado nos convoca y concita a estrechar solidaridades por el futuro promisor de la Patria.

 Señor Jefe de Estado tuve la ocasión, disposición y voluntad de acompañarlos en el referendo consultivo; porque lo valoré como un Asunto de Estado.

 Sin embargo, la perspectiva en este litigio nos asoma que la contraparte va al pleito a jugársela completo; sin el más mínimo elemento probatorio que demuestre, en estricto derecho, cómo adquirieron esa extensión territorial. No tienen cómo ni con qué.

Mucho menos cómo justificar la ocupación y explotación esquilmatoria que han venido haciendo de sus incuantificables recursos.

Nosotros somos poseedores de los Justos Títulos Traslaticios desde el 08 de septiembre de 1777, mediante la Real Cedula de Carlos III, al crearse la Capitanía General de Venezuela, y también asistidos en el “Tratado de Paz y Amistad entre España y Venezuela” del 30 de marzo de 1845, cuando se nos reconoce la Independencia y la configuración geográfica heredada desde el siglo XVIII.

Ambos documentos (entre bastantes otros) constituyen nuestro más hermoso, contundente e irrebatible acervo de probanza en cualquier Sala Juzgadora, donde se dirima la controversia.

Señor Jefe de Estado fuimos emplazados a comparecer el próximo ocho de abril (dentro de un mes) por ante la Corte Internacional de Justicia, donde cursa un juicio al respecto, con la finalidad de consignar el memorial de contestación de la demanda.

Dejamos la debida advertencia que en tal instante y mediante ese evento no se acaba todo.

Comienza la denominada, procesalmente, fase postulatoria donde se traba la litis, que apenas se inicia, que puede durar unos cuantos años; dado que luego vendría la etapa de pruebas, alegaciones, preconclusivas etc.

Comparto con usted las gestiones que viene adelantando con el presidente Irfaan Ali referidas a la diplomacia directa, pacífica, de entendimiento bilateral.

Actividades importantes que no tienen por qué limitar o excluir nuestra presencia en el Alto Tribunal de La Haya.

 Inclusive se podría dar el caso que estando los jueces examinando la aportación de las partes en controversia, usted alcance una solución extraprocesal.

 Dos escenarios perfectamente probables y factibles.

El artículo (236) de nuestra Carta Magna le confiere a usted la indelegable atribución constitucional, la facultad de autorizar o no la presencia de nuestra delegación por ante el Cuerpo Jurisdicente, en la fecha precitada.

Debemos asumir la responsabilidad histórica que nos corresponde en el presente tramo epocal.

Su libre determinación quedará sentada en los registros de venezolanos que supieron gestionar con inteligencia la defensa de los sagrados interesas de la Patria.

 

Dr. Abraham Gómez R.

Delta del Orinoco, 6 de marzo de 2024

abrahamgom@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

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