Carta pública al Jefe de Estado
Por expresa y digna formalidad reciba mi respeto, con los mejores augurios
de todo cuanto venga y sea provechoso para nuestra patria; aparejado a los más
productivos emprendimientos.
En mi vida académica, me he permitido estudiar por más de cuarenta y
cinco años el caso concerniente a la Guayana Esequiba; en sus distintas
dimensiones: histórica, política, económica, antropológica, jurídica,
cartográfica, geoestratégica etc.; a través de tales experiencias he acaudalado
conocimientos (fundamento de mis tesis de pregrado, doctorado y postdoctorado)
y vivencias – en el propio sitio de los acontecimientos- que he compartido en
relatos y periódicas publicaciones en los medios y en las
distintas plataformas.
Al crearse la ONG Mi Mapa y la Fundación Venezuela Esequiba me
solicitaron mi modesta cooperación con asesorías; así también he venido
dictando conferencias y otras actividades de desarrollo presencial en casi todas
las universidades del país.
Tuve el honor de ser incorporado como asesor de la Comisión Especial de
la Asamblea Nacional por la Defensa del Esequibo y la Soberanía Territorial. He
asumido además una membresía en el Instituto de Estudios Fronterizos de
Venezuela (IDEFV).
Desde hace (10) años, soy miembro de la Academia Venezolana de la
Lengua.
Siempre he considerado que hay que saber diferenciar entre casos de
gobierno y Asuntos de Estado: teórica y jurídicamente.
Un Asunto de Estado trasciende
particularismos, diferenciaciones de cualquier índole, egos exaltados o mal
curados, fijaciones ideológicas; en fin, parcelas o intereses individuales.
Un Asunto de Estado nos convoca y concita a estrechar solidaridades por
el futuro promisor de la Patria.
Señor Jefe de Estado tuve la
ocasión, disposición y voluntad de acompañarlos en el referendo consultivo;
porque lo valoré como un Asunto de Estado.
Sin embargo, la perspectiva en
este litigio nos asoma que la contraparte va al pleito a jugársela completo;
sin el más mínimo elemento probatorio que demuestre, en estricto derecho, cómo adquirieron
esa extensión territorial. No tienen cómo ni con qué.
Mucho menos cómo justificar la ocupación y explotación esquilmatoria que
han venido haciendo de sus incuantificables recursos.
Nosotros somos poseedores de los Justos Títulos Traslaticios desde el 08
de septiembre de 1777, mediante la Real Cedula de Carlos III, al crearse la
Capitanía General de Venezuela, y también asistidos en el “Tratado de Paz y
Amistad entre España y Venezuela” del 30 de marzo de 1845, cuando se nos
reconoce la Independencia y la configuración geográfica heredada desde el siglo
XVIII.
Ambos documentos (entre bastantes otros) constituyen nuestro más
hermoso, contundente e irrebatible acervo de probanza en cualquier Sala
Juzgadora, donde se dirima la controversia.
Señor Jefe de Estado fuimos emplazados a comparecer el próximo ocho de
abril (dentro de un mes) por ante la Corte Internacional de Justicia, donde
cursa un juicio al respecto, con la finalidad de consignar el memorial de
contestación de la demanda.
Dejamos la debida advertencia que en tal instante y mediante ese evento
no se acaba todo.
Comienza la denominada, procesalmente, fase postulatoria donde se traba
la litis, que apenas se inicia, que puede durar unos cuantos años; dado que
luego vendría la etapa de pruebas, alegaciones, preconclusivas etc.
Comparto con usted las gestiones que viene adelantando con el presidente
Irfaan Ali referidas a la diplomacia directa, pacífica, de entendimiento
bilateral.
Actividades importantes que no tienen por qué limitar o excluir nuestra
presencia en el Alto Tribunal de La Haya.
Inclusive se podría dar el caso
que estando los jueces examinando la aportación de las partes en controversia,
usted alcance una solución extraprocesal.
Dos escenarios perfectamente
probables y factibles.
El artículo (236) de nuestra Carta Magna le confiere a usted la indelegable
atribución constitucional, la facultad de autorizar o no la presencia de
nuestra delegación por ante el Cuerpo Jurisdicente, en la fecha precitada.
Debemos asumir la responsabilidad histórica que nos corresponde en el
presente tramo epocal.
Su libre determinación quedará sentada en los registros de venezolanos
que supieron gestionar con inteligencia la defensa de los sagrados interesas de
la Patria.
Dr. Abraham Gómez R.
Delta del Orinoco, 6 de marzo de 2024
abrahamgom@gmail.com
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