Propongo la creación de la
Universidad Nacional de Asuntos Fronterizos
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
Asesor de la Comisión por el Esequibo y la Soberanía Territorial
Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela
Asesor de la Fundación Venezuela Esequiba
Aspectos de la realidad impensables hace apenas dos decenios atrás,
en la actualidad resultan completa y suficientemente cotidianos.
Los
seres humanos buscan por encima de lo que sea y a cualquier riesgo y precio
abrirse horizontes; y admitamos que todavía esa perspectiva sigue abierta como
el primer día.
Vivimos pensando-elucidando- cualquier cantidad
de alternativas existenciales.
A lo largo de la historia los seres humanos han
tenido siempre la acuciosa disposición de procurarse cada vez más cosas. Ha
sido una carrera desenfrenada…sin límites.
Se han discernido desde la Edad de Piedra hasta
hoy las ideas más increíbles.
Sin lugar a dudas uno de los instrumentos
expeditos para formalizar y sistematizar todo cuanto pensamos y deseamos
ponerlo en práctica es la Educación; porque con este exquisito vehículo de
enseñanza-aprendizaje hemos hecho maravillas; sí pero también hemos cometido bastantes
desaciertos.
Sin embargo, hemos ocupado suficientes horas
teorizando cómo acceder y consolidar un “proceso” educativo exactamente para
los tiempos que nos toca vivir y que trace una línea auspiciosa a futuro.
No hace mucho tiempo se mencionaba, en
discursos reiterativos, que había que hay que mejorar la educación; en consecuencia,
uno que otro remiendo se hizo. Luego, se insistió en señalar la urgencia
de darnos una educación de calidad; lo cual
no fue más a allá de replantearse una planificación curricular con objetivos
diseñados de manera rígida, cuya esencia apuntó casi que únicamente en términos
economicistas: la consecución de profesionales universitarios que egresaran con
la misión principal de producir.
La experiencia devenida entonces consistió en
objetivar la calidad de la educación por lo tangible, lo medible.
La inmediata consecuencia del diagnóstico
anterior era que muchos aspectos que corresponden a las otras dimensiones de
los seres humanos no eran incorporados en la currìcula. Así entonces, quedaban
por fuera: vivencias, realidades de los espacios humanos, experiencias,
miradas, emociones, intercambio de sensibilidades, anécdotas, subjetividades puras,
querencias, singularidades. Muchos de estos enfoques resultaban ajenos a la
Academia.
Alguien diría -con abundantes razones, quizás- que,
con ninguno de los últimos ítems asomados, en el párrafo anterior se va al
mercado.
Una batalla que parece que la ganan los propiciadores
de la llamada, tradicionalmente, educación de calidad. Digámosles
alabarderos de la teoría economicista
dura.
Si la propuesta (como la que aquí presento,
sucintamente) de integralidad de la educación aspira a obtener fuerza y
consistencia epistemológica; entonces, se obliga a estructurarse y sostenerse en una teoría seria y creíble; por lo tanto, todo cuanto
se piense, aporte y comporte por un proceso de enseñanza-aprendizaje con
tales características debe involucrar:
conocimientos, actitudes, valores, la equidad en/para la vinculación social, la coherencia,
involucramiento de lo humano, la
eficiencia, la tecnología y un larguísimo etcétera.
Más de (45) años de mi vida académica se los he
dedicado a estudiar los muchísimos aspectos pertinentes a las fronteras y los
límites interestatales; con lo cual, modestamente, he acaudalado una amplia
experiencia puesta siempre y sin reparo al servicio y disposición de la patria.
En esta oportunidad, me permito proponer a las
autoridades competentes, caso concreto al Consejo Nacional de Universidades, la
creación académica-administrativa de una Universidad, cuyos componentes
curriculares estriben en los Asuntos Fronterizos de nuestra nación y de otros
países del mundo.
A través de estrategias metodológicas por
seminarios se harían posible abarcar los análisis, discernimientos,
exposiciones e indagaciones documentales de demarcaciones; diferenciación
conceptual-estructural entre límites y fronteras. Examinar convenios, pactos,
acuerdos, tratados. Así, además, estudiar las reclamaciones vigentes entre Estados.
Medios violentos y pacíficos de solución
de los conflictos. El Estatuto,
jurisdicción y competencia de la Corte Internacional de Justicia y sus más
importantes jurisprudencias. El contenido y alcance del Derecho Internacional
Público. En fin, habrá un abanico inmenso de elementos a incorporar en la malla
y diseño curricular, siempre con sentido experimental.
Particular interés y énfasis, por supuesto, lo
tendremos en nuestros espacios fronterizos, en todas sus consideraciones. Valga
decir, la conformación y herencia histórica, pactos suscritos. Los elementos
jurídicos que asisten a Venezuela. Nuestros estudios cartográficos. Las
diversas reclamaciones y confrontaciones que hemos tenido. La dimensión étnica
y demográfica que habitan esas áreas; los procesos productivos factibles en esas
franjas colindantes. Los despojos territoriales que nos han perpetrado. Nuestra
proyección caribeña y atlántica. Los costados amazónico, andino y guayanés. Son
bastantes aristas a estudiar en su justa medida.
Aspiraríamos que egrese un profesional
densamente formado, con un extraordinario perfil ocupacional en los Asuntos
Fronterizos de Venezuela y del resto del mundo; con posibilidad de desempeñarse
en la Cancillería, embajadas, entidades federales (sobre todo las fronterizas),
en el Ministerio de la Defensa; asimismo, como docentes en las universidades,
en el Ministerio de Planificación, como asesores en la Asamblea Nacional, en
los Consejos Legislativos, en las alcaldías entre muchas otras opciones
laborales.
Al consolidarse esta propuesta, como ahora se
proyecta, ofrecería posibilidades para que dicten cátedras en esa casa de Estudios
Universitarios: juristas, historiadores, cartógrafos, metodólogos,
ingenieros, geógrafos, antropólogos, tecnólogos, urbanistas, sociólogos,
militares de sus distintos componentes, especialmente de la Armada.
La integralidad de nuestros espacios
fronterizos debe considerarse de manera cabal, y despertar el interés para que fije,
de una vez por todas, la preocupación de quienes ejecutan Políticas Públicas, por
parte del Estado venezolano.
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