Guayana
Esequiba: La contraparte no tiene cómo ni con qué
Dr. Abraham
Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de
la Lengua
Asesor de la Comisión por el Esequibo
y la Soberanía Territorial
Miembro del Instituto de Estudios
Fronterizos de Venezuela (IDEFV)
Asesor de la Fundación Venezuela
Esequiba
El asunto
litigioso que nos ocupa prosigue su Proceso con la fase probatoria; entonces, para
el 9 de este mes, como quedó contemplado – efectivamente- en la última vista por
ante la Corte Internacional de Justicia, le corresponderá a la delegación
diplomática de la República Cooperativa de Guyana (su agente y coagentes)
comparecer en el mencionado Cuerpo Jurisdicente para exponer su réplica,
contentiva de los elementos que ellos consideran “argumentos” que los asisten
en este juicio.
Sospechamos
que van insistir con las mismas causas de pedir: La validez del írrito, nulo y
forcluído Laudo Arbitral, urdido en París el 03 de octubre de 1899 y que –
además- solicitarán que la Sala confiera a tal adefesio la condición de cosa
juzgada (res Judicata).
Tal vez
preparando el terreno para crear una matriz opinática interna, en casi todos
los medios audiovisuales de Guyana ha aflorado, en los últimos meses, una
sibilina y machacona campaña de (des)información, cuya intención apunta a
hacerle creer a la población que habita en la “Zona en Reclamación” que
Venezuela no posee los recursos probatorios de nuestra contención; y que, por
tales motivos, le habíamos estado rehuyendo al arreglo judicial, como
“expedita alternativa” que ellos
presentaron en la Corte.
Por cierto, demanda interpuesta contra
nosotros, ingratamente; dado que, siempre
hemos sido respetuosos absolutamente del Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero
de 1966. Seguimos considerado, también, que llevar este caso a la señalada
instancia constituyó como una especie de emboscada jurídica, que sin embargo no
le tememos en lo más mínimo.
Explicaremos más adelante por qué.
En el mismo
sentido expuesto en los párrafos anteriores, estamos observando y analizando el
despliegue inusitado en los canales internacionales; asimismo, en los diarios
de mayor circulación -- los de mucha credibilidad y prestigio y los más leídos
en el mundo- la ilimitada propaganda que el gobierno guyanés ha cancelado, con
la finalidad de darse un barniz favorable en torno al histórico caso del
Esequibo.
Tratan de
diseñarse un espectro de comentarios generalizados acomodaticios.
El gobierno
guyanés ha desatado un propagandismo con “descomunal ferocidad”, en dos
vertientes: En Georgetown, con la utilización de la televisión a diestra y
siniestra contra Venezuela; haciéndonos pasar como avaros en la reclamación o
imbéciles e ignorantes del Derecho Internacional Público.
La otra burda estrategia ya la conocemos: Vienen organizando
sistemáticas visitas a la Guayana Esequiba. Giras administrativas del
presidente Irfaan Ali, de ministros, de miembros de las Fuerzas Armadas, de
empresarios, y de representantes de todas las organizaciones políticas e
iglesias.
Han quedado develadas
las añagazas que diseñan y acometen los representantes de la contraparte en el
pleito.
Veamos:
Los pronunciamientos de la Caricom y --quizás para los próximos días—
otro comunicado de la Commonwealth; Igualmente, han logrado sumar “solidaridades
por conveniencias” de algunos países que (como es fácil advertir) tienen
fuertes intereses en el área en contención, y ya han recibido ilegalmente por
parte de Guyana concesiones para el desarrollo de proyectos.
El gobierno
guyanés ha logrado reunir suficientes recursos dinerarios de las empresas
transnacionales (¿extorsión?) que operan -sobre todo— en la proyección
atlántica, área aún por delimitar. Con todo lo que han venido recaudando
cancelan los carísimos honorarios de los abogados litigantes en este caso.
Nuestra
simétrica estrategia de ofensiva en lo
sucesivo -porque así lo desea la población venezolana- debe fijarse en estos
términos: Si ya procedimos a la consignación de la Contestación de la demanda,
el 8 de abril de este año; nada nos limitará que, para el 11 de agosto de 2025,
cuando comparezcamos para la dúplica, accionemos una contrademanda o
Interpongamos una Reconvención por todo el daño que Guyana ha
venido perpetrando a Venezuela; aparejadado a lo dicho solicitemos medidas de paralización de todas las
operaciones de explotación del enjambre
de las empresas que están esquilmando nuestros recursos en la zona terrestre y
marítima que aspiramos, en justo derecho, nos sea restituida.
La delegación
guyanesa pensó que con la demanda que presentó el 29 de marzo del 2018 ya el
mandado estaba hecho.
Nunca se imaginaron
en la excolonia británica que Venezuela ripostaría; que nuestro país
estructuraría una comisión con densa formación, para la defensa de lo que
histórica y jurídicamente siempre ha sido nuestro.
Manifestamos que
nos sentimos orgullosos, honrados y dignamente representados por los
compatriotas, por asesores de otras naciones y de todos quienes han venido
trabajando con precisión en las indagaciones documentales requeridas para la
elaboración del acervo de probanza.
Ha habido
plena coincidencia de criterios para darle consistencia a nuestras
argumentaciones.
Como habrá de
suponerse -- en la natural dinámica del mencionado equipo multidisciplinario—en
algunas ocasiones se presentan eventuales opiniones contrapuestas en un aspecto
específico, que luego van consiguiendo acoplamiento.
Resulta
hermoso contrastar ideas y conjeturas con gente inteligente, imbricada en un
objetivo común.
Ciertamente,
donde todos nos encontramos en perfecta vertebración de posición es en denunciar
la fraudulenta causa de la que se ha valido la contraparte para pedir en la
Corte.
En la
controversia que nos ocupa, estamos absolutamente convencidos—y lo probaremos--
de que no hay Causa Típica acreditable en la demanda que activó Guyana, a
través de la función jurisdiccional de la Sala Juzgadora de la ONU.
¿Por qué
cuestionamos la “Causa” invocada en la demanda? Porque determinantemente no hay
Causa. No tienen con qué ni cómo.
La Causa se
extinguió, dejó de ser válida, por Inexistente cuando se suscribió el Acuerdo
de Ginebra; y, por lo tanto, la causa de pedir de la contraparte carece de
verdad. Se volvió ilícita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario