martes, 26 de diciembre de 2017



 ¿Qué nos espera en la ONU?

“No hubo forma ni manera de que las delegaciones de las cancillerías de Venezuela y Guyana lograran hacer avances significativos, este año que culmina, en la reclamación que hemos venido intentando, en base al Acuerdo de Ginebra, del despojo vil del cual fuimos objeto del área de 159.500 kilómetros cuadrados, en el Esequibo”

Nos lo expuso el Dr. Abraham Gómez, formado académicamente en este tema, quien ha analizado la solución que maneja la parte guyanesa, al hacernos aparecer ante la comunidad internacional, como una nación grande que atropella a un país pequeño.

Le preguntamos, ¿qué podemos o debemos hacer, al respecto?

“Debemos ser enfáticos –dice Gómez – en pronunciar con insistencia ante el mundo que no le estamos quitando las dos terceras partes del territorio de Guyana, como ellos arguyen. Nosotros debemos demostrar que fue el Imperio Británico que nos invadió y despojó, mediante el írrito Laudo Arbitral de París de 1899, de una séptima proporción de la geografía venezolana, que luego la cede para que se forme la República Cooperativa de Guyana, el 26 de mayo de 1966”

“El venidero año, con seguridad, la representación de expertos nuestros en Derecho Internacional, que los tenemos, tendrán que dirimir este histórico asunto en el Tribunal Internacional de Justicia, ente administrativo adscrito a la Organización de las Naciones Unidas”.

Quisimos conocer, si no hay otra alternativa que no sea el Tribunal Internacional, a lo cual nuestro entrevistado nos contesta:

 “Mucha gente se hace esta pregunta ¿Por qué estamos obligados a debatir por ante la Corte Internacional de Justicia?, porque exactamente, ha sido esa la estrategia jurídica que ha jugado Guyana. Ellos nunca han querido   la figura del Buen oficiante para que resuelva este caso, con su mediación. Es más, ya el gobierno de David Granger ha recibido una considerable suma de dinero de la transnacional Exxon para cancelar los honorarios y demás gastos que ocasione elevar, definitivamente, la controversia a instancias del citado Juzgado internacional”

Hacemos saber que La Corte Internacional de Justicia tiene su sede en el Palacio de la Paz en la Haya (Países Bajos) y está encargada de decidir las controversias jurídicas entre Estados. También sus quince magistrados emiten opiniones consultivas.

“Permítame añadir a su interesante comentario que una sentencia del TIJ es inapelable y su mandato absolutamente vinculante. Eso no nos debe impactar ni espantar, por cuanto tenemos excelentes profesionales del Derecho, que estarán allí defendiendo nuestra causa”

“Sin embargo, prestemos atención a lo siguiente: la Corte internacional pueda decidir el asunto del Esequibo, y conferirle el   carácter de cosa juzgada. Además de obligatoria, tal sentencia, en principio sería   definitiva, según lo establece el artículo 60 del Estatuto. Qué nos quedaría, posteriormente: solicitar, como Estado soberano, que esa decisión jurídica sea interpretada o revisada”.
 “digo más –continuó exponiendo Gómez—le habíamos venido sacando el cuerpo a la alternativa de arreglo jurídico, que contempla el Acuerdo de Ginebra y la Carta de las Naciones Unidas, para dirimir esta controversia, de modo pacífico. Y no sabemos por qué razón; si todos los elementos probatorios: socio-históricos, políticos y jurídicos nos asisten satisfactoriamente, y conforman un legajo de documentos importantes para exponerlos en una mesa de discusión con los pares guyaneses; eso sí, con imparciales árbitros internacionales” .Concluyó


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