Guyana nos amenaza e intenta
intimidarnos
“Luego de cumplirse la reunión pautada para este lunes, en el
despacho del honorable Abdulqawi Ahmed Yusuf, presidente de la Corte
Internacional de Justicia, entre la delegación venezolana y la guyanesa.
Nuestro país no aceptó la competencia de ese tribunal para dirimir y menos sentenciar
sobre la controversia que sostenemos por la Guayana Esequiba, con la excolonia
británica”
Lo dice el Dr. Abraham
Gómez, quien ha sido estudioso, a tiempo completo, de este asunto de interés
nacional.
“como se recordará – añadió Gómez – habíamos dicho que
conforme al Derecho Internacional Público, Venezuela tenía dos opciones
denominadas: No comparecencia o fórum prorogatum. La primera consiste en asistir, una única
vez, como se hizo hoy, para señalar, explícitamente, con todo respeto que la
mencionada Corte no tiene atribuciones para conocer en cuanto a la contención
que sostenemos por el vil arrebato que nos hicieron con el Laudo Arbitral de
París en 1899; y la otra medida era admitir como bueno y propio los
discernimientos de esta Corte y someterse a sus determinaciones sentenciales al
respecto”
Quisimos conocer, entre
otras cosas, qué va a pasar, con esta pelea por el Esequibo de ahora en
adelante, a lo que el docente universitario y conferencista, nos expuso:
“déjeme mencionar antes que la decisión que tomó la
delegación venezolana hoy, en La Haya, está plenamente ajustada a derecho;
inclusive propuso rehabilitar la vía del Buen Oficiante, como medio que
encuadra en el Artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, para arreglos
pacíficos, prácticos y satisfactorios de
conflictos entre Estados. ¿Qué va pasar en lo sucesivo?, que el Presidente de
la Corte debe reenviar el caso al
Secretario General de la Naciones Unidas para que continúe conociendo y
mediando, a través de la designación de un nuevo Buen Oficiante, de común acuerdo con las Partes en litigio”
“El comunicado que emitió esta tarde la cancillería guyanesa
nos parece desconsiderada e intenta atemorizar, cuando leemos textualmente, lo
siguiente ‘si Venezuela persiste en su negativa a participar, las reglas prevén
que la Corte proceda, después de una audiencia completa del caso, a una
sentencia definitiva que sea legalmente vinculante tanto para las Partes como
para los no participantes. Qué buscan los guyaneses con este ardid, sembrar
desconfianza entre la opinión pública nacional; y tal vez, darse ellos algunos
ánimos”
Pero, aclárenos esta
duda: ¿En qué se basan ellos, los guayaneses, para sentirse tan seguros que ese
Tribunal Internacional les pueda dar la razón, y entregarles, ya definitivo,
por ley, la Guayana Esequiba?
“Ellos están invocando el artículo 53 del estatuto de la
Corte, que contempla que cuando una de las Partes no comparezca (que fue la
decisión tomada por nuestro país, No Comparecencia) ante la Corte o no defienda
su caso (lo que se llama confesión ficta); la otra Parte podrá solicitar al
Tribunal que decida a favor de su reclamación. Pero, ellos omiten adrede, que
ese mismo artículo 53, contempla en su numeral 2, que antes de dictar su
decisión, la Corte deberá asegurarse no sólo de que tiene competencia conforme
a las disposiciones de los Artículos 36 y 37, sino también de que la demanda
está bien fundada en cuanto a los hechos y al derecho; y aquí sí es verdad que
no hay leguleyismo que valga”
¿Entonces, este caso va para largo?
Parece que sí. Aprovecho esta
ocasión para hacer un llamado a las autoridades de la cancillería venezolana,
en el sentido de evitar partidizar o sesgar con ideologías este asunto que debe
concitar al pueblo venezolano en general. Concluyó.
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