sábado, 3 de noviembre de 2018


ESA EXQUISITA PERVERSIÓN   DEL CAPITALISMO (II)
Dr. Abraham Gómez R. 
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com  
                                  
Hay quienes, sin el menor recato, todavía tienen la desfachatez de   autocalificarse, en el presente régimen, como redentores de la humanidad; al tiempo que pregonan con insistencia que ellos son “enviados providenciales” para salvar a la patria; y dicen tener la mejor Política Económica que la historia jamás haya conocido, para enfrentar una ficticia “guerra económica” que ellos mismos se inventaron.

Debemos comenzar por develar que por ineptos hace rato, ese pesadilla de guerra económica   la están perdiendo; porque se han topado con la propia realidad. Vea usted la catástrofe humanitaria, en que nos han subsumido.

 No pueden maquillar ni caerle a cobas al drama y cuadro de patética miserableza que   golpea a la población venezolana, sin diferenciación de ninguna naturaleza. Excepción hecha de los enchufados por cuanto esos si disfrutan de privilegios y canonjías.

 A los propagandistas del gobierno le decimos una y muchas veces que  las cosas no se transforman con retóricas vacías. Los estómagos no se llenan con artificios y palabrerías carentes de contenidos.

Los capitostes del régimen pretenden hacer entender, a fuerza de engañifas, que ellos son “una maravilla” en el manejo y control de las variables económicas.

A cada rato montan “un circo” cuya denominación siempre es una pomposidad, de factura cubanoide.

De triste y vergonzosa recordación, lo que quisieron que el pueblo digiriera como “Venezuela Potencia”, cuando la realidad los puso al descubierto: hambre, miseria y desesperación. Los vertebra el desacierto en todo cuanto intentan hacer. Nada les sale bien porque son incapaces hasta decir basta.

Hay una comparsita de supuestos inversionistas del sector privado; no son sino los testaferros de funcionarios crápulas.

Ese hatajo (con h) de caricaturas de capitalistas son los que obtienen sus jugosas tajadas, por prestarse para cualquier tramoya que arme el régimen. Su papel es servir de utilería en la estrategia deleznable de distraccionismo.

Podemos exponer en una síntesis que el Capitalismo no ha tenido nunca intenciones de ocultar sus propósitos. El Capitalismo como sistema socio-económico no esconde sus intereses para controlar algunas específicas esferas de la vida. El capitalismo es lo que ha sido siempre.

Póngale la etiqueta que desee, el capitalismo aflora, revienta costuras y deja en pena a los maquilladores políticos.

El capitalismo configura un modo de producción que los sistemas políticos están en la libre decisión de asumirlo o dejarlo a un costado.  

Lo que no permite el Capitalismo es que se juegue con tratativas raras. Por ejemplo, que se diga que el país tiene un esquema socio-político-económico Socialista, y en realidad es Capitalismo. Es Capitalismo lo que usted encuentra en todas partes, principalmente, el más odioso tal vez: El Capitalismo de Estado.-

 Los negociadores oficialistas cuando viajan por el mundo, asistiendo a conferencias internacionales para intentar, la compra-venta de nuestro petróleo, manejan las fórmulas del Capitalismo puro y duro. Allí no hablan en claves de Socialismo porque los mandan bien largo al cipote.


No hay comentarios:

Publicar un comentario