¿Hay
cuarentenas provechosas?
Dr.
Abraham Gómez R.
Miembro
de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com
Las
cuarentenas muchas veces resultan provechosas; aunque usted tiene todo el
derecho de dudarlo. Bastantes personas nos dicen que estar “encerrados” no
resulta para agradable.
Los
aislamientos que estamos obligados a guardar, en nuestras casas, no es algo que
la humanidad no haya vivido antes. Cuarentenas se han padecido, casi que
casualmente, a principios de cada siglo. Todavía no hay una explicación
concreta que dé cuenta sobre las coincidencias de fechas.
Pero, a lo
que deseamos apuntar es que, el uso idóneo de las horas depende de cada quien. Si
obtiene el mejor producto, por el tiempo que va a estar en su residencia,
respetando las instrucciones de las autoridades sanitarias.
Si usted
nunca ha sido apasionado o preocupado para sacarle u obtener utilidad del
denominado "ocio productivo"; tal vez estos días le generen un cierto
impacto psíquico de: hastío, tedio pánico e incluso sienten que esta calamidad,
irremediablemente, acabará con su vida. Por eso la considera única en la
historia y maldicen su circunstancia.
Sin embargo,
como ha quedado dicho “las crisis son también oportunidades", quizá las
mejores; porque las mentes prodigiosas alcanzan sorprendentes creaciones en
medio de turbulencias, en el centro de las adversidades.
Permítame un
solo ejemplo, apenas: William Shakespeare, durante la serie de plagas o pestes
que asolaron Londres a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII,
prendió su intelectualidad. Se sabe que
todo espacio público, entonces, quedó clausurado en casi toda Europa,
como ocurre ahora con la pandemia del coronavirus.
La peste
bubónica fue sumamente letal y acabó con la tercera parte de la población británica;
además, de que tuvo similares efectos devastadores en todos los continentes.
En varias
cuarentenas, Shakespeare completó dos obras dramáticas maestras que, quinientos
años después, siguen montándose en escenarios en todo el mundo: El rey Lear y Macbeth,
icónicas en la historia de la literatura universal.
Si a las
mencionadas “calamidades” les adjuntamos calificativos, diremos que: 1606 fue
el annus mirabilis (año maravilloso o milagroso), para Shakespeare. Le supo
sacar provecho a las cuarentenas.
Nuestra
cordial invitación es para que active usted su creatividad e imaginación; para
que una vez que la presente crisis haya sido un amargo recuerdo, valoremos todo
cuanto su inteligencia pudo desarrollar; que de seguro estaba contenido en sus
engramas cerebrales, esperando la ocasión.
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