Universidad Nacional de Asuntos Fronterizos (UNAFRONT)
Dr.
Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
Asesor de la Fundación Venezuela Esequiba
Presidente del Observatorio Regional de
Educación Universitaria (OBREU)
Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos
de Venezuela
Me permito informar a la opinión
pública nacional que en el presente momento estamos en la etapa de elaboración
del pertinente Estudio de Factibilidad académico-administrativo que conlleva la
incorporación y análisis de los detalles más precisos – aún perfectibles,
permeables a observaciones- los cuales serán examinados, en su debida
oportunidad, por las autoridades del Consejo Nacional de Universidades (CNU),
con la finalidad de recibir su aprobación de funcionamiento.
Empecemos por reconocer que estamos obligados a proponer ideas
académicas con innovaciones metodológicas.
En cada una de las presentaciones que hemos hecho --hasta ahora— de la
Visión y Misión, de una Universidad Nacional exclusivamente para estudiar
asuntos fronterizos, nos conseguimos con aportes de ideas extraordinarias. Muchísimos
aportes que persiguen ensanchar el proyecto.
Bastantes profesionales de distintas disciplinas se muestras solidarios
y lo manifiestan, según sus expresiones, por el carácter innovador de las
estrategias metodológicas que contendrá y desarrollará esta institución para
alcanzar los objetivos de aprendizajes.
Nos satisface que de modo
voluntario un considerable número de colegas solicitan incorporarse al equipo
proponente, diseñador y organizador.
Una responsabilidad compartida por encima de diferencias de cualquier
tipo. Un objetivo de Estado.
Al revisar por muchas vías, no hemos conseguido ninguna entidad educativa
similar en otro país; ni siquiera en naciones que han tenido pleitos y serias
controversias limítrofes por años.
Hemos escuchado a mucha gente en la Universidad tradicional exponer que
la solución, en lo inmediato, sería crear una unidad curricular sobre fronteras
en las universidades o nombrar una comisión de “reforma universitaria”.
Imaginamos que tendría como propósito colocarle una especie de cosmética a los
puntos y casos más problemáticos y sensibles que atraviesan muchas
universidades. Digamos. Todo lo pertinente a los métodos, los horarios, a las
mallas curriculares, lo correspondiente a planes de estudios, contenidos
programáticos, tipos de evaluación, perfiles ocupacionales, exigencias
profesorales etc.
Estamos convencidos por experiencia propia – y no tenemos limitación en
decirlo- de que lo que se trata es de
Transformar, que es adentrarnos mucho más allá de las re-formas.
Ha sido el propio carácter crítico, que la Universidad genera y
propicia, lo que nos motiva a repensarla, sin descanso; a debatir lo que ha
venido siendo y cómo debería ser.
Nuestra posibilidad de Transformación apunta en el sentido de
resensibilizarla, desde adentro, para que se desplieguen otros modos de
aprendizajes horizontalizados y de compartir experiencias entre cursantes y
docentes. Desanudar estructuras que se volvieron infuncionales y que ya no
responden a los momentos presentes.
No es poca cosa. Lo sabemos. Hay demasiados asuntos álgidos a lo
interno, que respaldan los conservadurismos o por lo menos “reman en dirección
contraria” en estos trayectos de transformaciones aceleradas.
En el tramo epocal contemporáneo han aflorado muchas opciones
tecnológicas (sistemas educacionales digitalizados) que llevan un ritmo más
rápido para alcanzar y construir conocimientos, que superan los rituales
envejecidos de enseñanzas, y a los desactualizados contenidos de las matrices
curriculares de nuestras universidades. Lo asumimos a consciencia.
Acaso no sabemos que se han puesto en práctica instrumentos y
metodologías de innovación y creativas para adquirir y ensanchar conocimientos
que corren y fluyen paralelas a las universidades.
¿Por qué no incorporar tales dispositivos, instrumentos y metodologías
como elementos naturales y legítimos en los procesos universitarios?
Comporta –ciertamente- un interesante desafío, aunque produzca vértigos.
Elogiamos que pocas y muy reconocidas universidades sigan siendo
exquisitos espacios de nuestra sociedad donde se crean, re-crean, preservan,
difunden y legitiman los conocimientos; en permanente ebullición de ideas. Se
distinguen por su naturaleza y su esencia.
En esta oportunidad, me permito proponer – con todo respeto y
fundamentación- a las autoridades competentes, caso concreto al Consejo
Nacional de Universidades (CNU), la creación académica-administrativa de una
Universidad, cuyos componentes curriculares exclusivamente estriben en los
Asuntos Fronterizos de nuestra nación y de otros países del mundo; aparejado a
la Relaciones Internacionales.
Aspiramos que a través de innovadoras estrategias metodológicas;
apoyadas en seminarios, foros, investigaciones cualicuantitativas, etnológicas,
entre otras se haga posible desarrollar y analizar discernimientos, oportunas
conferencias magistrales; visitas a los sitios de estudios, exposiciones e
indagaciones documentales de demarcaciones nacionales.
Aprehender las realidades de las áreas concernidas. Establecer,
claramente, la diferenciación conceptual-estructural entre límites y fronteras.
Examinar convenios, pactos, acuerdos, tratados. Así, además, estudiar múltiples
ejes temáticos, entre otros: las
reclamaciones vigentes entre Estados que integran la comunidad internacional.
Los medios violentos y pacíficos de solución de los conflictos. El Estatuto y –
obviamente- la jurisdicción y competencia de la Corte Internacional de Justicia
y sus más importantes jurisprudencias. El contenido y alcance del Derecho
Internacional Público. Las relaciones internacionales. Los componentes humanos
que habitan los espacios colindantes; en fin, habrá un abanico inmenso de
elementos a incorporar en la malla y diseño curricular, siempre con sentido
experimental y de aprendizaje horizontalizado. Todos aprendemos de todos.
Particular interés y énfasis, por supuesto, lo tendremos en nuestros
espacios fronterizos, en todas sus consideraciones e implicaciones. Valga
decir, la conformación y nuestra herencia histórica; pactos suscritos. Los
elementos jurídicos que asisten a Venezuela. Nuestros estudios y registros
cartográficos. Las diversas reclamaciones y confrontaciones que hemos tenido.
La dimensión étnica y demográfica en general que habitan nuestra poligonal
fronteriza. Los procesos productivos agroindustriales y energéticos factibles
en esas franjas colindantes. Los despojos territoriales que nos han perpetrado.
Nuestra proyección caribeña y atlántica. Los costados amazónico, andino y
guayanés. Son bastantes aristas a estudiar y problematizar, en su justa medida,
en cuatro años aproximadamente.
Por lo pronto, el equipo ha analizado la probabilidad de ofertar cuatro
carreras en la UNAFRONT. las cuales serían: 1) Asuntos fronterizos, 2)
Relaciones Internacionales,3) Procesos productivos en los espacios fronterizos
y 4) Etnodemografía en las fronteras.
Aspiramos que, una vez que se cumplan (insisto, en cuatro años) con los respectivos planes de
estudios, programas, sus contenidos y con
las correspondientes evaluaciones cuantitativas y cualitativas egresen profesionales densamente formados; con extraordinarios perfiles ocupacionales, según
las carreras que hayan cursado, arriba citadas; tendrán amplias posibilidades de desempeñarse en la
Cancillería, en las embajadas y consulados , entidades federales (sobre todo
las fronterizas), en el Ministerio de la Defensa; asimismo, como docentes en
las universidades, en el Ministerio de Planificación, como asesores en la
Asamblea Nacional, en los Consejos Legislativos, en las alcaldías, en otros
países, entre muchas opciones laborales.
Al consolidarse esta propuesta –encontrándose ahora en fase de proyecto–
ofrecerá ilimitadas posibilidades para que dicten cátedras (en condición de
problematizadores) en esta casa de Estudios Universitarios: juristas,
historiadores, cartógrafos, internacionalistas, metodólogos, ingenieros,
geógrafos, antropólogos, tecnólogos, urbanistas, sociólogos, oficiales de los
distintos componentes de nuestra Fuerza Armada Bolivariana.
Conforme a la oferta académica de las cuatro carreras propuestas por la
UNAFRONT, tal hecho constituye el estudio de La integralidad y desarrollo de
nuestros espacios fronterizos y las relaciones internacionales; lo cual debe
considerarse de manera cabal; y – obviamente- despertar el interés nacional
para que se fije, de una vez por todas, la preocupación de quienes estructuran
y ejecutan Políticas Públicas, a nombre del Estado venezolano.
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