martes, 11 de julio de 2017


Consulta Popular: vinculante con la Democracia.
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
abrahamgom@gmail.com
Estamos seguros que una vez que este tormento orgiástico sea derrotado (o derrocado) los militares, particularmente, y quienes con ellos formaron comparsas de corruptelas y violación de los Derechos Humanos, tendrán que responder ante la justicia por las múltiples tropelías cometidas, masacres desatadas a mansalva (sobre todo a nuestra juventud universitaria) y los silencios cómplices.
Lo menos indicado, para la construcción de un “hombre nuevo” es la destrucción y el aniquilamiento de quienes piensan contrariamente. Hay que respetar y tolerar los disensos y la pluralidad, esencia de los sistemas democráticos.
Ya es bastante conocido que desde los cuarteles venezolanos, dirigidos coactivamente por  agentes cubanos, han decretado para la ciudadanía venezolana un pensamiento único, adocenado, acrítico e inflexible. Esa detestable filosofía la aspiran constitucionalizar si se les da, la írrita propuesta de una Asamblea Nacional Constituyente. Por eso les impacta y espanta el rechazo que tiene ese esperpento llamado ANC por el orden del 90 por ciento. Las instrucciones entonces que han dado son las siguientes: alguna voz en vía contraria debe acallarse y destruirse; los votos hay que perseguirlos con las nóminas de la administración pública.
La historia nos ha enseñado que los seres humanos resisten las tentaciones y padecimientos de los regímenes totalitarios, militaristas. Hoy en Venezuela los sufrimientos sociales, políticos y económicos van llegando a su final.
 Es característica innata del ser humano soportar con estoicismo las pretensiones de militarotes que pretenden constreñir el desarrollo de la personalidad individual, vulnerar las  libertades de las sociedades.
Los militarotes siempre han temido a las explosivas manifestaciones de los pueblos enardecidos.-
Para este domingo se realizará una Consulta Popular, con suficiente asidero constitucional y legal, lo cual le confiere un piso estable para que la Asamblea Nacional, ente del Estado venezolano que ha tomado la iniciativa de promover y organizar esta Consulta Popular (que no es un plebiscito, ciertamente porque no lo contempla la Carta Magna vigente), reciba el mandato del pueblo soberano y democrático  de Venezuela, y proceda a desplegar todo lo concerniente, según el artículo 333 de nuestra Norma Suprema, para estructurar un gobierno de unión nacional.
La Consulta Popular en Venezuela tiene pleno y absoluto carácter vinculante, en esencia, con la moral de un pueblo, que no merece estar subyugado al oprobio de funcionarios ineptos.

La Consulta Popular está afianzada en el tejido discursivo constitucional que se imbrica desde el preámbulo de la Constitución y se  vertebra con sus artículos 5,63, 70, 71, 187, 333,347 y 350, a través de los cuales se consolida la condición indelegable e intransferible de la Soberanía del pueblo.

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