Guayana Esequiba:
¿desistimiento o demanda de reconvención?
Dr. Abraham
Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la
Lengua
Miembro de la Fundación Venezuela
Esequiba
Miembro del Instituto de Estudios
Fronterizos de Venezuela (IDEFV)
No tienen recatos ni disimulos en
su voracidad. Viene resultando un vergonzoso y descomunal descaro en el que incurre Guyana,
al entregar -- sin limitaciones-- concesiones de todo tipo, a diestra y siniestra
en la Zona en Reclamación; cuya controversia, en estos momentos, se dirime por
ante la Corte Internacional de Justicia.
El vicepresidente guyanés Bharrat
Jagdeo acaba de regresar de Estados Unidos, donde se suscribieron nuevos
acuerdos bilaterales, teniendo como marco operativo la Zona en Reclamación.
Tamaño irrespeto en pleno proceso contencioso en la Corte.
La excolonia británica se ha
aliado, en connivencia de intereses
plenos, con bastantes empresas transnacionales para la exploración, explotación
y comercialización de las riquezas de la región esequibana, que ellos se han
auto adjudicado.
Extensión territorial que nos la arrebataron con añagaza jurídica y vileza,
mediante el írrito y nulo Laudo Arbitral de París, el 03 de octubre de 1899.
Por cierto, la citada decisión no fue más que una componenda
política y diplomática de ingleses y rusos; y jamás atendiendo a los preacuerdos arbitrales
establecidos en el Tratado de Washington 1897, por donde debió haber discurrido la
mediación y resolución.
En concreto, al día de hoy nos
encontramos con un enjambre de empresas
operando bajo la coordinación de la Exxon-mobil, la cual gira las instrucciones
a la Shell holandesa, a la CGX estadounidense, a la Anadarko canadiense, a la
CNOON china; en fin, se conoce que la cifra supera las 52 compañías que allí se
instalaron; procedentes de muchos países, que se dicen amigos de Venezuela.
No dudamos en calificar tales entregas
de: irrespetuosas del contenido y alcance del Acuerdo de Ginebra de 1966; de
inconsultas hacia nosotros, la Parte con
la que se sostiene un litigio en la Corte, además son arbitrarios
y displicentes; con lo cual el gobierno guyanés de Irfaan Ali pone de manifiesto su arrogancia y presunta
seguridad de que saldrán favorecidos en una próxima sentencia de ese Tribunal; instancia
jurisdiccional que ha citado a las Partes conflictuadas: el 08 de marzo del 2022 a
Guyana para que ratifique el recurso interpuesto en contra nuestra, y para el 08 de marzo del año 2023 a la delegación venezolana para que consigne –mediante escrito-- el Memorial de Contestación de la Demanda,
con todas nuestras alegaciones y
probanzas.
Mientras tanto ( y desde hace
muchos años) Guyana está aprovechando,
como mejor le plazca, los recursos madereros, hídricos, agroindustrial,
acuíferos, mineros, petrolíferos y energéticos en nuestra Guayana Esequiba; no
únicamente en el área territorial de los 159.500 km2 que nos arrebataron; sino
además han permisado a grandes consorcios para que operen en el espacio
marítimo que genera la Zona en Reclamación: la costa atlántica propiamente, nuestro Mar territorial, Zona
Contigua y Zona Económica Exclusiva; dentro de las 200 millas náuticas que proyecta nuestra plataforma continental: desde
las bocas del Río Esequibo hasta Punta Playa, en el estado Delta Amacuro.
Nos preguntamos, con inmensa
preocupación venezolanista: qué tratativa rara u oscura habrá entre ambos
gobiernos, para que no se produzca desde
nuestra cancillería un serio pronunciamiento, que conteste y denuncie la
descarada esquilmación de nuestros
recursos; hechos bochornosos que se
vienen cometiendo, inclusive en el
ámbito marítimo de nuestra soberanía.
Nos sentimos consternados que no
se haya publicado aunque sea una nota de protesta por parte de la cancillería
venezolana. Uno llega a pensar que prácticamente nos embarga un desistimiento de la contención que hemos
sostenido por más de cien años o tal vez un consentimiento tácito. Nos resistimos a pensar que haya entreguismo
en este litigio.
Dónde se han metido y qué han
hecho todas aquellas comisiones que se nombraron desde el sector oficial para
elaborar los documentos pertinentes a nuestra posición, para cuando –como se ha
dicho—nos corresponda comparecer ante el Alto Tribunal de La Haya.
Por qué han decaído o desaparecieron los programas y demás actividades de concienciación nacional. Ya los
medios de comunicación ni mencionan nuestra reclamación por la Guayana Esequiba.
No basta decir: “El sol de Venezuela nace por el Esequibo”.
Dejamos sentado lo que siempre
hemos planteado en distintos escenarios. Los silencios por dejadez, incompetencia
o cómplices se pagan caro en el Derecho
Internacional Público. Las facturas por aquiescencias, permisividades o estoppel en la que incurra un Estado-Parte pesan en un juicio internacional,
como en el que estamos concernidos.
Hay que tener bastante cuidado en
continuar dando expresas manifestaciones de desistimiento; por cuanto, el mismo produce efectos
equivalentes a los de la Cosa Juzgada.
Del mismo modo, nos encontramos
en la precisa (y mejor) ocasión para ir estructurando una contrademanda o
proceso de reconvención, por todo el daño que
Guyana ha venido perpetrando a Venezuela.
Los agentes venezolanos que comparecerán
ante la Corte, en la fecha arriba señalada, tienen todo el derecho, en nombre
de nuestro país, de formular una demanda o instaurar un juicio en paralelo
contra quien nos ha demandado. Todo, relacionadamente, con y
en el mismo proceso.
Precisamente, el Jurado sentenciador,
conforme en pleno y justo derecho, debe admitir la solicitud reconvencional
nuestra; porque existe absoluta conexión
entre las pretensiones en litis y las
que han sido identificadas objeto de la
demanda principal.
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