Guayana
Esequiba: forjamiento tramposo de una matriz opinática
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua
Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos
de Venezuela (IDEFV)
Asesor de la Comisión Especial para la Defensa
del Esequibo y la Soberanía Territorial
A lo largo de
todos estos cuarenta años que he estado estudiando académicamente este caso
controversial, y más –recientemente- en los últimos meses, cuando las
condiciones pandémicas y otras
circunstancias lo han permitido; y hasta
donde pudimos asistir a dictar algunas conferencias; me permito decirles que en nuestro recorrido por las universidades
venezolanas (y por algunas instituciones públicas y privadas para atender invitaciones,
cuyo tema estriba siempre sobre el litigio
centenario que nos ocupa) permanentemente
me preguntan, cómo es eso que Guyana nos puede superar como explorador, productor y comercializador
de hidrocarburos.
Se nos pide
que expliquemos – tajantemente--cómo es eso que Guyana pueda llegar tener un
crecimiento vertiginoso de su Producto Interno Bruto (PIB), en los próximos
meses, como resultado de la explotación petrolera en nuestra proyección
atlántica.
Las
respuestas a tales interrogantes las hemos dado directas y contundentes: Guyana
se ha burlado de Venezuela, de muchas maneras. Han cometido cualquier cantidad
de desmanes, en nuestras narices.
Ese país, que
vive en una interminable lamentación y quejas contra nosotros, ha irrespetado
el contenido esencial del Acuerdo de Ginebra de 1966; un importante e
inevadible Tratado que causó estado en
la ONU; y que además limita a las partes en la contención litigiosa --por la
extensa área en pleito—a disponer unilateralmente de los recursos que en esa zona se encuentran,
hasta que haya un arreglo definitivo; que puede darse por la vía de la
negociación directa ( ¿…?) o mediante el arreglo judicial; que por cierto, esta última
alternativa de solución citada ya lleva
un amplio trecho recorrido por ante la Sala Sentenciadora de La Haya.
Leamos el
numeral 2 del artículo V del Tratado suscrito, que lo hemos citado muchas
veces, para que lo tengamos presente siempre:
“Ningún acto o actividad que se
lleve a cabo mientras se halle en vigencia este Acuerdo constituirá fundamento
para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial en
los Territorios de Venezuela o la Guayana Británica, ni para crear derechos de
soberanía en dichos Territorios, excepto en cuanto tales actos o actividades
sean resultado de cualquier convenio logrado por la Comisión Mixta y aceptado
por escrito por el Gobierno de Venezuela y el Gobierno de Guyana. Ninguna nueva
reclamación o ampliación de una reclamación existente a soberanía territorial en
dichos Territorios será hecha valer mientras este Acuerdo esté en vigencia…”
(Omissis)
En bastantes
ocasiones estuvimos haciendo las advertencias a las autoridades de la Cancillería
venezolana; en el sentido, de que no convenía quedarse callados.
También
dijimos que constituía una muy mala práctica dar aquiescencias o permisividades
por acción u omisión.
Expusimos que
resultaba peor – para nosotros-- aun silenciar las denuncias que deberían
hacerse oportunas y contundentemente.
Señalamos
entonces que ya bastaba; que no podíamos seguir tolerando que los gobiernos guyaneses, sean
del PPP o del CNP -- de izquierda o de derecha-- otorgaran concesiones en la Zona
en Reclamación; la cual, como ya se sabe, está sometida – objeto causal – en un
juicio contencioso en la Corte
Internacional de Justicia.
Toda esta
“tranquilidad cómplice” y/o las alabanzas imprudentes e inconvenientes en
favor de la contraparte no hacen más que atenuar o “anestesiar” el pleito serio
en el que nos encontramos; que es como ir contra nuestros propios actos (Principio
de Estoppel).
Todo ese
entramado de quietud y pasividad conspira y nos desfavorece en los reclamos.
Todavía así –
con la breve descripción arriba señalada – la excolonia británica, nos demandó
ante la Corte Internacional de Justicia e insiste en denunciarnos a cuanto
congreso asisten; asimismo se valen de
muchas maniobras para desprestigiarnos en la comunidad internacional diciendo
que los estamos atropellando.
En sus discursos,
con contenidos ufanosos de mala fe, reflejan que hay una “predisposición de
Venezuela” de dejarlos infuncionales como Estado, al “quererles quitar” las dos
terceras partes de “su territorio”.
Han venido
utilizando esa vil estrategia para victimizarse; para crear una matriz de
opinión que concite solidaridades por la supuesta parte más débil.
Sin embargo,
han hecho caso omiso al propósito esencial del Acuerdo de Ginebra, que persigue
la búsqueda de una solución “práctica y satisfactoria” para ambas partes.
Ellos nunca
quisieron, y menos auparon la figura del Buen Oficiante (tuvimos cuatro en 25
años). Todos fueron saboteados --en su labor de mediación y conciliación-- por
las delegaciones guyaneses
Recientemente
en la Asamblea General de la ONU lo hizo su presidente Irfaan Ali, pero la
actitud de repulsión hacia nosotros es de todos ellos, indistintamente el
partido político que gobierne.
Tal comportamiento
lo han asumido desde la gestión de Forbes Burnham en 1966, hasta hoy.
Guyana no
pierde oportunidad para desacreditarnos; en términos de llegar a compararnos
como un país grandote, que los tiene amenazados y desafiados.
Han venido
jugando con esos recursos de metamensaje para indisponernos en todos los
escenarios.
En nuestro
caso – muy concreta y someramente —nos hemos limitado a denunciar con
insistencia, que hay un enjambre de empresas operando, bajo la coordinación de
la Exxon-Mobil, la cual fija los procedimientos, en el área, para
la Shell holandesa, a la CGX estadounidense, a la Anadarko
canadiense, a la CNOON china; en fin, se conoce que sobrepasan las 52 compañías
que allí se instalaron, procedentes de muchos países, que se dicen amigos de
Venezuela; incluso algunas naciones que hemos estado apoyando a través de
Petrocaribe.
Están
aprovechando, como mejor les plazca, los recursos madereros, acuíferos, mineros,
petrolíferos y energéticos en general en nuestra Guayana Esequiba; no únicamente
en el área territorial de los 159.500 km2 que nos arrebataron; sino además han
permisado a grandes consorcios para que esquilmen en el espacio marítimo que
genera la Zona en Reclamación.
Esta semana,
Guyana está obligada a consignar por ante la Corte las conclusiones y
observaciones a la Excepción Preliminar, el cual consiste en un extraordinario
Acto Procesal que introdujimos ante ese Ente Sentenciador, para lograr
paralizar –como medida incidental—el conocimiento de fondo del Proceso. Es
nuestro derecho legítimo a accionar dentro de las normas internacionales. NO ES
NINGÚN ATROPELLO.
Seguros
estamos que, para el 8 de marzo del año 2023, cuando el Jefe de Estado –por
cuanto es su atribución constitucional-- determine la comparecencia de
Venezuela, para hacernos parte del juicio, será densa la alforja de nuestros
justos Títulos históricos y jurídicos (que no admiten
pruebas en contrario), además de la amplia cartografía que presentaremos para
la examinación e investigación por parte del Jurado sentenciador de la Corte
Internacional de Justicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario