martes, 21 de febrero de 2023

 

                          G/D (Ej) Oswaldo Sujú Raffo

           Defensor acendrado de nuestra patria

 

Dr. Abraham Gómez R.

Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua

Asesor de la Comisión para la Defensa del Esequibo y la Soberanía Territorial

Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV)

Asesor de la Fundación Venezuela Esequiba

 

En cada conversación con este insigne ciudadano, uno tenía la posibilidad de seguir aprendiendo; fundamentalmente, en todo lo concerniente a estrategias militares, que fue su campo disciplinar de dominio completo; y que en mi condición de civil tuve que dedicarme a asimilar nuevos conceptos y categorías. Una elogiable experiencia.

Hoy, parte al encuentro con Nuestro Señor un venezolano de extraordinaria excepción para la defensa de nuestra Nación, integralmente.

Hace ya algunos años se comunicó conmigo – telefónicamente—y me dice:

 “¿Estoy hablando con mi paisano Abraham Gómez? ¿Tú estás en Tucupita? Deseaba conocerte, aunque haya sido por esta vía. Te habla Oswaldo Sujú Raffo. Sabes que presido el Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela; y allí hemos estado analizando toda tu trayectoria y estudios sobre la Guayana Esequiba, y decidimos que pases a formar parte del nuestro Consejo Académico, al lado del ilustre constitucionalista Dr. Cesáreo Espinal Vásquez, con el coronel Lucas Vivas Morales, con el internacionalista Jorge Luis Fuguett, con el Dr. Hernández Cartens, con el Dr. Pablo Cohen, entre otros. ¿Cómo te parece?”

Le respondí que para mí significaba un gran honor, tal designación; por cuanto, me daba la ocasión de compartir criterios y vivencias con brillantes profesionales, un equipo de conocedores y expertos en la materia. densamente formados; con lo cual seguiré ensanchando mis conocimientos.

Bueno – me dijo-- en la primera oportunidad, de aquí en adelante, que vengas a Caracas, nos contactamos para proceder a tu juramentación e incorporación formal; pero quedas autorizado, de todas maneras, para que, desde ya, en todos tus escritos y conferencias puedes hacerlo en nombre del Instituto”

Así lo hicimos, y de tal manera lo he venido cumpliendo.

Todas las semanas nos comunicábamos dos y tres veces para escuchar las ideas, propuestas y conjeturas sobre algún hecho de actualidad en el caso litigioso que nos ocupa.

Recuerdo que, en más de una ocasión, cuando nuestras posiciones se volvían demasiado controversiales, me señalaba:

“lo que pasa, Abraham, es que tú eres civil, y los civiles siempre llevan los acontecimientos bajo mucha diplomacia y discursos. Nosotros los militares tenemos otras maneras de resolver los asuntos. Y si se trata de reclamos fronterizos y de límites, te podrás imaginar”

Reconocemos la absoluta autenticidad en sus palabras y hechos.

Mientras estuvo activo comandó – entre muchos otras-- la División de Selva, para lo cual rigió con cabal responsabilidad los estados Delta Amacuro, Bolívar y Amazonas. A lo largo del mencionado desempeño conoció directamente las aspiraciones de desgajamiento territorial, contra nuestra geografía, por parte de los países vecinos.

Con sus destacadas intervenciones en las reuniones del (IDEFV), aunque se daban interesantes discusiones, también había plena coincidencia, y se vertebraba el criterio de que la contención por esa séptima parte que nos han venido usurpando debemos percibirla, en nuestro país, por encima de parcialidades, sin diferenciaciones y sin mezquindades.

El General Sujú Raffo, sostuvo esta prédica constante:

“El Esequibo es tuyo, es mío, es de todos y, como la patria, hay que defenderlo. El problema con Guyana es un problema de Venezuela; eso nos obliga a verlo como un problema de Venezuela y no de ideología ni de interés políticos o grupales. El caso del Esequibo es un caso patente de cómo se irrespeta a un Estado, a una nación por el solo hecho de estar desvalido, en comparación con otros países más poderosos. Si Venezuela estuviera ahora en las mejores condiciones para un arbitraje o un juicio en la Corte estaría bien, pero no lo estamos porque no tenemos una economía sólida, tenemos una crisis económica y social, y seguimos, como hace un siglo, sin la unidad nacional necesaria para poder enfrentar el problema; porque Guyana apenas tiene 40.000 kilómetros cuadrados y están explotando en espacios que no les corresponden, que reclaman Venezuela”

Permanentemente, el General Sujú Raffo expresaba el orgullo de haber  pertenecido y cumplido una intachable misión en las  Fuerzas Armadas; así como estar  – hasta sus últimos días--  al frente  de nuestra   organización civil sin fines de lucro,  fundada en el año 1989, por destacados  y valiosos venezolanos a quienes la Patria siempre estará agradecida;  y cuya razón y causa existencial es el estudio, investigación y divulgación de todo lo atinente  a la defensa de la integridad territorial, marítima y fluvial de Venezuela.

La constancia que sostuvo en todo su emprendimiento venezolanista lo hizo acreedor de la admiración del país en general; porque su lucha en favor de la Soberanía nacional estaba basada en valiosa probanza histórica irrebatible, con suficiente documentación jurídica.

En cada escenario comunicacional que se le ofrecía, manifestaba la síntesis argumentativa de nuestro instituto, que ya habíamos discutido y aprobado:

 “Venezuela tiene todo el derecho para defender lo que ha sido de ella, que han tratado de arrebatarle con falsos argumentos y trampas, apoyados en un inicio por una potencia extranjera del pasado”.

Siempre utilizó las expresiones más acertadas y asertivas para hablar por su país.

Definió con toda claridad que no es una reclamación, sino una historia jurídica del territorio al oeste del rio Esequibo; afirmando con propiedad y conocimientos que todo lo que hay que hacer, respecto a la restitución de lo nuestro, está contenido en el Acuerdo de Ginebra, del 17 de febrero de 1966.

En nuestra última conversación, me delegó la representación del Instituto en las deliberaciones permanentes de la Comisión para la Defensa del Esequibo y la Soberanía Territorial; cuyo gesto me agradó y llenó de orgullo; sobre todo por la emotividad y sencillez como me lo dijo:

Abraham, para que te encargues de llevar la opinión del IDEFV, en los asuntos que se están discutiendo en la Comisión que preside el Dr. Hermann Escarrá; él es un venezolano valioso y muy inteligente. Nos mantienes al tanto de todo lo que allí vayan aprobando. Nosotros confiamos en lo que tú expongas…”

Mi eterno agradecimiento por la deferencia y credibilidad entregada, General Sujú Raffo.

Dios le conceda el merecido descanso a su alma.

Nos corresponde, en su honor y memoria, seguir llevando – junto a su elogiable equipo-- las banderas de la lucha de reivindicación por la Guayana Esequiba.

 

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