La Guayana Esequiba y los
compatriotas Esequibanos
Dr. Abraham Gómez R.
Miembro de la Academia Venezolana de la
Lengua.
abrahamgom@gmail.com
La geografía humana que convive en esos 159.500 km2, que denominamos
Guayana Esequiba, debe llamar el interés
y la preocupación de quienes ejecutan
Políticas Públicas, por parte del Estado venezolano, con la finalidad de
corresponderles, debidamente y como se merecen,
en todas las áreas pertinentes a su subsistencia.
Siempre nos ha parecido que caen en una seria contradicción quienes se
dicen defensores de la Guayana Esequiba;
sin embargo, nunca hablan de la considerable población que ocupa ese
territorio, que nos fue arrebatado, vilmente, hace ya más de cien años, y que
pronto entrará en etapa de discernimiento por ante la Corte Internacional de
Justicia.
Prestemos atención a lo que, estratégicamente, han venido haciendo
todos los gobiernos guyaneses, desde Forbes Burnham hasta el actual David
Granger: han reforzado la infraestructura de escuelas, hospitales, hoteles,
balnearios, medios de comunicación audiovisuales, vías carreteras, pistas de
aterrizajes, puestos militares etc. Además sensibilizan a niños y jóvenes, con
carácter recurrente, en procesos de
ideologización e identidad hacia esa nación.
Cuando analizamos la Constitución de la República Cooperativa de Guyana
de 1980, nos conseguimos con la auto asignación y la distribución
político-territorial que ellos han establecido, precisamente en la Guayana
Esequiba, en flagrante violación del Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de
1966.
La inocultable intención, que tal vez miden en perspectiva, sería la
invocación de la famosa Cláusula de Prescripción; para transformar actos de
hecho en sentencias de derecho, o que se produzca una decisión jurídica tomando
en cuenta la libre determinación de los pueblos.
Fijémonos también en esto, con bastante seriedad: ellos delimitaron,
toda esa extensión en las siguientes regiones: Guainía-Baruma;
Poomeron-Supenam; Cuyuní-Mazaruni; Potaro-Siparuni; AltoTúkutu- Alto Esequibo.
En cada una de estas regiones eligen un gobernador; y allí conseguimos
importantes ciudades, pueblos y asientos demográficos de varios tipos y clases
sociales; en cuyo registro censal, más reciente, arroja una población que
sobrepasa las 600.000 personas, incluyendo a las etnias Waiwai, Makushi,
Arawaks, Akawayos, Saraos, Patamonas, Caribes y Wapashi.
Al reconquistar la Guayana Esequiba, con todos esos grupos humanos
estamos obligados a enlazarnos como compatriotas.
Es obligante ofrecer un trato más igualitario y decoroso a los
Esequibanos que viven en Tucupita, San Félix, Ciudad Bolívar, Tumeremo, El
Callao etc.
Reiteramos una denuncia, por todos ya conocida, la negativa del Estado
Venezolano a la cedulación de los Esequibanos. Ha habido algunos asomos en tal
sentido sin concretarse nada.
Resulta triste tener que reconocer que mientras reclamamos la Guayana
Esequiba a los compatriotas que proceden de esa zona los ignoramos y negamos
sus derechos.
Por propia experiencia puedo mencionar que los Esequibanos que viven
aquí aún conservan algunas tradiciones religiosas, medicinal, en cuanto al cultivo
de la tierra y producción piscícola, manufactureras, actividades gastronómicas,
metodologías educativas, técnicas en general.
Acaso no podemos nosotros
aprovechar esos conocimientos; al tiempo que, en tal dialógica de saberes, los
compatriotas Esequibanos recibirían las necesarias asistencias que refuercen el
carácter identitario de la venezolanidad; que replique hacia sus familiares,
que aún viven en la Guayana Esequiba.
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